Apenas 30 segundos tardó Milei en pronunciar la palabra "casta". Fue el recurso que más utilizó a lo largo de toda su diatriba, gastando su trillado repertorio de agresiones contra "la casta política", "los gerentes de la pobreza", "los piqueteros delincuentes" y "los empresarios prebendarios". Durante los primeros minutos, el Presidente se dedicó a elogiar las acciones llevadas adelante durante los 14 meses de su gestión. La inflación, la brecha cambiaria, los despidos en el Estado, la motosierra y un dato engañoso de recuperación económica. "Desde abril que la economia no para de crecer y ustedes keinesianos no pueden parar de llorar. Fue en V (la recuperación) aunque les duela a los del Frente para la Victoria o como sea que se llamen ahora", dijo, señalando el sector vacío donde se suelen ubicar los legisladores de Unión por la Patria.

Mientras avanzaba el discurso, tres funcionarios se llevaron las ovaciones de la barra libertaria. Fueron el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, el vocero Manuel Adorni y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a quien la aplaudieron de pie por, según sus datos, "bajar la cantidad de piquetes de más de 8.200 a cero".

Uno de los momentos más fuertes del discurso fue cuando se refirió la inseguridad, anticipando que el Gobierno usará las muertes y las víctimas como parte de la campaña electoral y a Kicillof como contrincante: "Si quiere resolver el problema tiene dos alternativas: abandonar esa visión abolicionista y castigar a los criminales, o correrse del camino y dejarnos resolver el problema a nosotros", lanzó Milei pero esta vez, evitó la palabra "intervenir", que había utilizado en su tuit del viernes.

Ante la escucha inmutable de la Corte Suprema, Milei lanzó críticas a la Justicia y aseguró que "no va a funcionar correctamente hasta que la política se decida a dejar de politizar los nombramientos de los jueces, fiscales y defensores públicos". Adelantó que van a enviar los pliegos de todos los cargos vacantes de la Justicia Federal, incluidos el procurador general, el defensor general, el defensor del pueblo, todos los juzgados federales, todas las fiscalías y todos los defensores públicos que hoy faltan designar.

Entre la serie de reformas que pidió llevar adelante este año, se destacó una reforma penal radical, que no sólo incluye modificar el régimen penal juvenil. "Necesitamos bajar la edad de imputabilidad y no sólo eso, necesitamos agravar todas las penas del código penal. Sí, todas las penas del código penal", sentenció sin dar más detalles. Además, Milei anticipó "una reforma impositiva estructural" en la que sólo quedarían en pie seis impuestos. También exigió una reforma migratoria para "cambiar las condiciones de deportación para los extranjeros qué delinquen".

En materia de politica exterior defendió el alineamiento incondicional con Donald Trump y hasta mencionó a Elon Musk, a quien le hizo de asistente para alcanzarle una motosierra. Volvió a promocionar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y adelantó que estaría dispuesto a abandonar el Mercosur.

Uno de los tramos más aplaudidos fue cuando prometió salir del cepo cambiario "antes de fin de año". Para ello, le reclamó al Congreso que lo apoye en el acuerdo que negocian con el Fondo Monetario Internacional, "sin aumentar nuestra deuda bruta".

En un alarde de contabilidad creativa, el Presidente aseguró que "en los últimos 25 años, la política vía al Banco Central le robó a los argentinos 110.000 millones de dólares". Ahí fue cuando hizo la única referencia al escándalo por la estafa multimillonaria que hace 15 días lo tiene como protagonista en todo el mundo: "Vengan ahora a hablar de estafa piramidal. Dale", desafío. Esa misma mañana uno de los medios más prestigiosos del mundo, The New York Times, había publicado en su tapa una investigación sobre la criptomonea $LIBRA y revelado que personas de su entorno, a quienes había recibido varias veces en la Casa Rosada, pedían coimas para reunirse con él. 

Ayer mismo, el fiscal Eduardo Taiano le había pedido al titular de la comisión de Comunicaciones e Informática, Pablo Carro, que le remita la versión taquigráfica de la reunión en la que media docena de expertos habían dejado en evidencia la fragilidad del relato oficial sobre el supuesto desconocimiento del Presidente de los pormenores del proyecto que terminó con unos 100 millones de dólares en manos de los estafadores.

Entre las omisiones del discurso libertario se destacaron la pérdida de poder adquisitivo de las jubilaciones, la reducción de los medicamentos gratuitos, el aumento de la medicina prepaga o el desfinanciamiento de la educación, la ciencia y la salud. Tampoco apareció la falta de tratamiento en el Congreso del Presupuesto Nacional o el reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas, que se repite históricamente en los discursos presidenciales, al igual que el reclamo de Justicia por las víctimas del atentado a la AMIA.

Bancas vacías y palcos colmados

La ausencia de la principal bancada opositora, Unión por la Patria, con 98 diputados y 34 senadores, dejó un agujero imposible de disimular. Tampoco estuvieron algunos de los legisladores de Democracia para Siempre y los del Frente de Izquierda, que dejaron carteles en sus bancas. "Basta Milei. Estafador, hambreador, represor", decía una de las pancartas. Otra, "Milei estafa y discrimina", en referencia a la resolución publicada en el Boletín Oficial que calificaba de "idiotas", "imbéciles" y "débiles mentales" a las personas con discapacidad. Gracias a los aliados del PRO, la UCR "con peluca" y los bloques dialoguistas de la Coalición Cívica, Encuentro Federal e Innovación Federal completaron casi la mitad de la Asamblea Legislativa.

La Casa Rosada se quedó con las ganas de mostrar la foto de la Corte Suprema completa como había prometido. En la primera fila, a la derecha del Presidente se sentaron Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Ricardo Lorenzetti y, el designado por decreto, Manuel García Mansilla. No se lo vio al juez federal Ariel Lijo, que fue designado por Mliei pero todavía no llego a jurar en el cargo.

La representación de los gobernadores fue pobre. Apenas 6 de los 24 llegaron hasta el Palacio Legislativo: los radicales Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Leandro Zdero (Chaco), el peronista Martín Llaryora (Córdoba), del PRO Jorge Macri (CABA) y Ignacio Torres (Chubut) y Claudio Poggi (San Luis). También estuvo presente el padre Javier Olivera Ravasi, defensor de genocidas y artífice de la visita de un grupo de diputados libertarios a Alfredo Astiz y otros represores en la cárcel de Ezeiza.

La vicepresidenta, Victoria Villarruel, escuchó todo el discurso en silencio. No hubo imágenes del saludo al ingresar. La transmisión oficial no lo captó. La tensión con ella atravesó toda la asamblea, a tal punto que Milei la cortó en seco sobre el final, cuando la vice quiso dar por inauguradas las sesiones ordinarias y el Presidente se dio vuelta y le dijo "no terminé, no te apures". Le faltaba gritar "Viva la libertad carajo".

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