Desde Córdoba, Alejandra Torres recogió el guante con una mirada crítica sobre las moratorias previsionales. “Desde 2017 a la fecha, como consecuencia de la masiva incorporación de personas a la moratoria, los haberes de aquellos que han hecho sus aportes en regla se han visto reducidos en un 50 por ciento”, sostuvo.
Julia Strada, de Unión por la Patria, giró el eje y cuestionó la visión fiscalista. La diputada planteó que el sistema previsional se financia hoy apenas en un 54 por ciento con aportes y contribuciones, aunque ese porcentaje supo ser mucho mayor. Según detalló, en 2011 el sistema llegó a financiarse en un 95,4 por ciento con recursos propios, mientras que durante el gobierno de Mauricio Macri ese número cayó al 60 por ciento por el impacto de los bajos salarios y el aumento del desempleo, lo que consolidó una “desfinanciación genuina de la ANSES”. Por último cuestionó a la comisión “que siempre mira al gasto y no los recursos”.
El cierre llegó de la mano de Nicolás Massot, quien buscó despegarse de los encasillamientos ideológicos. “Tenemos que romper la lógica de ‘patriotas responsables’ versus ‘degenerados fiscales’”, planteó, e instó a “darnos un debate con una cuota de pragmatismo, además de números”. Según su lectura, el escenario plantea un doble desafío: “El oficialismo actual nos invita a un principio de vetocracia, donde las leyes del Congreso siempre necesitan una mayoría agravada”. En ese marco, alentó a avanzar en proyectos que puedan ser negociados con el Ejecutivo o, en su defecto, le permitan al Congreso “estar en condiciones de resistir un veto”. Sin entrar en mayores detalles, Massot dejó entrever parte de la estrategia opositora: aprovechar la interna entre el oficialismo y el macrismo por el control de la Ciudad y salir a buscar votos incluso en sectores que, hasta hace poco, parecían lejanos. “Algunos sectores del PRO y de la UCR pueden estar de acuerdo con alguna iniciativa. No me parece imposible”, deslizó.
La comisión terminó cuando las columnas de la CGT comenzaban a llegar al Congreso. Mientras adentro se discutían los proyectos previsionales, afuera miles de manifestantes rodeaban la Plaza con un mensaje claro: las jubilaciones no alcanzan y el ajuste golpea. La movilización se enmarcó en la previa del paro general convocado para este jueves, y contó con un fuerte operativo de seguridad que incluyó vallas y un amplio despliegue policial. Esta vez no hubo incidentes, pero sí una señal política de apoyo contundente.
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