Tras aquellos hechos, la Justicia turca inició una investigación para saber si las figuras públicas que participaron de la movilización asistieron por cuenta propia o fueron cohesionados por la productora que los representaba. En el marco de la investigación, la dueña de la agencia de prensa que representaba la actor fue condenada a 30 años de prisión.
Con los años, la persecución siguió en los despachos judiciales y Ergenç fue citado como testigo. En sus presentaciones ante la Justicia declaró que había asistido a las marchas por decisión propia y no por recomendación de su jefa de por aquel entonces. Sin embargo, la Fiscalía sostuvo que mintió y ordenó su condena por el delito de "falso testimonio".
“Me interrogaron como testigo y no mentí. La sinceridad es un concepto relativo; podemos posar con franqueza con muchas personas en distintos lugares de la industria, o puede que no estemos tan cerca como podríamos de personas con las que hemos filmado muchos episodios de un mismo proyecto”, dijo el actor en su declaración final ante los magistrados.
"Solicito mi absolución porque no hubo elementos jurídicos para probar un delito”, insistió Ergenç, pero el tribunal no le creyó. De todas maneras, por el momento, el actor ni irá a la cárcel, ya que la condena no está firme y puede ser apelada.
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