Con el empuje de su gente, la selección uruguaya superpobló el mediocampo y desde ahí intentaba hacer su juego, un poco más embarullado que de costumbre. El equipo del argentino Gustavo Quinteros intentaba la pausa y elaborar juego con buenos toques, pero con poca llegada al área defendida por Muslera. A los 12, una arremetida de Sebastián Coates puso en ventaja a Uruguay. A partir de ahí el encuentro se planchó y el juego se tornó ordinario. 
Pero en una contra letal comandada por Alex Ibarra, éste metió un brillante pase en cortada para que Felipe Caicedo sentenciera el 1-1, que sería efímero porque el local se fue al humo. Con absoluta libertad, Silva probó de afuera del área, Dreer dio rebote, la tomó Sánchez y su centro bajo y envenenado fue tomado por Rolán, que definió a lo Benedetto con un brillante tacazo: 2-1 y aquí no ha pasado nada.
De hecho, nada ocurrió en el complemento, a excepción de que Suárez tuvo una más y los ecuatorianos pusieron en aprietos a la defensa uruguaya, pero no fue más que un sofocón. Uruguay sigue de racha y el martes espera Chile. 

 

Este artículo fue publicado originalmente el día 11 de noviembre de 2016

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