“Yo no traiciono, no me importa lo que haga (Gonzalo) Higuaín, que él siga por su camino. Ya no me importa. Estoy tranquilo porque yo nunca traicionaría la camiseta del Nápoli y mi corazón es napolitano”, expresó el ex jugador, quien fue la estrella indiscutida de la entidad del sur de Italia, entre 1984-1991.
Pero Maradona, que la semana anterior festejó también su aniversario del debut en Primera División con Argentinos, se refirió además a la realidad del fútbol argentino: “Me puedo olvidar de los que me traicionaron, pero no de Newell’s, Argentinos y Boca, más la gente de la Iglesia Maradoniana”. Y enseguida, el director técnico del seleccionado argentino durante la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010, entregó un mensaje contrario al que expone la actual Comisión Normalizadora, que regula la actividad en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
“Voy –sostuvo– a luchar por el fútbol argentino y a poner todo para que vuelva la pasión. Eso con una sociedad anónima no se arregla. Voy a luchar para que la pasión del hincha argentino no muera y que sea sin violencia”, arremetió.
“Sin violencia podemos ir con nuestros hijos a todos los campos de la Argentina. Hoy tengo la oportunidad de salvar a los hinchas del fútbol argentino, sobre todas las cosas a los jugadores que son los que nos arrancan la felicidad todos los que tenemos pasión”, finalizó.
Maradona dijo que se reunirá en los próximos días con Gianni Infantino, presidente de la FIFA, para resolver los problemas que acosan al fútbol argentino.
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