Espero
el colectivo bajo la lluvia. Otros en las colas de otras lneas
estn peor que yo porque salieron sin paraguas. Simplemente se
empapan. Muchas de las oxidadas chapas que, a pesar de sus agujeros, techaban
de algn modo estos largos refugios de Retiro faltan desde hace
tiempo, desde que las saquearon. Ningn funcionario de la democracia
se ocup de reparar el dao, aunque las autoridades enteradas
deben de estar porque la sustraccin fue muy comentada en los diarios,
la radio y la televisin. El pavimento de estos refugios tampoco
ayuda al confort de la espera. Su antigedad parece similar a la
de las chapas acanaladas: la calculo en 42 aos, porque datan de
la presidencia de Frondizi. El asfalto de estas hileras de paradas, erosionado
por millones de pisadas a lo largo de dcadas, ha dejado aflorar
unas piedritas puntiagudas que perforan las suelas, ocupadas stas
en esquivar unos pocitos aleatoriamente repartidos. Cuando un taxi o un
colectivo pasan velozmente, cerca del cordn, por la calzada tambin
irregular, que deja asomar el antiguo adoquinado entre crostones de asfalto,
una tromba de agua griscea se abalanza sobre la gente de las filas
que, hasta los huesos calados y helados, responde con insultos. Alzando
la vista, detrs de la Torre de los Ingleses se ve la mole impertrrita,
extraterritorial del Sheraton, y se intuyen sus alfombras, sus bronces
y quiz los ojos curiosos de algunos viajeros, que desde las ventanas
contemplarn a estos argentinos que soportan embotadamente la lluvia.
Alguno de ellos quizs intuya, a partir de esta melanclica
escena, esquicio de una absurda comedia dramtica, el extrao
carcter de nuestra democracia, en la que los representantes del
pueblo no se sienten comprometidos con el bienestar de sus representados
ni les rinden cuentas. Hacer poltica es siempre otra cosa. Es
luchar cotidianamente por los espacios de poder, es estar en los medios,
comprar voluntades de todas las maneras posibles con los recursos del
Estado, y mentir y salir del paso como un ejercicio diario.
Tras veinte aos de democracia, esto es la democracia en la Argentina,
aunque cualquiera suponga que debera ser otra cosa. Si lo fuera,
una mayora de argentinos no estara hundida en la pobreza,
la degradacin, la ignorancia. No hay otra razn para este
estrepitoso fracaso sino el mal funcionamiento de la democracia, con Alfonsn,
con Menem, con De la Ra, con los peronistas, los radicales, los
frepasistas, los impunes caudillos de las provincias. Pero en un pas
tan castigado por sucesivas dictaduras militares, que fueron del ridculo
a la aberracin, suena peligroso criticar a la democracia. Aunque
no hacerlo sera como abstenerse de condenar a Saddam Hussein o
a Fidel Castro porque de esa condena podra deducirse un respaldo
al imperialismo estadounidense. Slo que en este caso hay una diferencia:
sin Saddam hay Irak y sin Fidel habr Cuba, pero es inconcebible
una Argentina sin democracia. La nica alternativa es transformarla.
Otras lluvias, para volver al agua, no solamente mojan. Adems
inundan, ahogan, arrasan, como la de Santa Fe. Tambin all,
a la furia de los elementos se sum la incuria de los gobernantes
democrticamente electos.Quiz deba aspirarse a que la democracia
aporte algo ms transformador de la sociedad que unas chapas o
unas obras hdricas. Pero, mientras tanto, no podr
empezar por las cosas ms sencillas, como dira Eladia?
Nota bene: Este comentario
fue escrito el viernes 16. Pocos das despus, las chapas
robadas empezaron a ser sustituidas por otras similares, igual de protectoras
y deprimentes. La democracia est a salvo.
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