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La Sala II de la Cámara Federal concretará mañana, a las 11.15, la audiencia a partir de la cual decidirá si el juez Claudio Bonadío sigue al frente de la instrucción de la causa conocida como dólar futuro. La decisión de la Cámara es trascendente porque es un secreto a voces en Comodoro Py que Bonadio tiene listo el procesamiento, casi seguro con prisión preventiva, de Cristina Fernández de Kirchner. El abogado de la ex presidenta, Carlos Alberto Beraldi, expondrá oralmente sobre las numerosas razones por las que Bonadio debe ser apartado. En primer lugar, que el juez ya está imputado en el caso por haber permitido que siga adelante el pago del dólar futuro, por lo que –según Beraldi–, no puede estar a cargo de un caso en que él mismo está imputado de haber dejado correr el delito. Entre los argumentos que usará el letrado estará la enemistad manifiesta y un punto concreto que figura en el Código Procesal como causa de recusación: que existe el antecedente de que CFK pidió el juicio político de Bonadio antes de la existencia del expediente. 731p2w
Los camaristas de la Sala II –Horacio Cattani, Martín Irurzun y Eduardo Farah– ya rechazaron el anterior pedido de apartamiento de Bonadio, aquella vez presentado por los abogados Alejandro Rúa y Paula Honisch, defensores de uno de los directores del Banco Central, Pedro Biscay.
La Sala II sostuvo que durante años le viene recriminando su actuación a Bonadío, pero que el magistrado tiene esa forma irregular de tratar a las partes –por ejemplo, no les permite el al expediente–, por lo que no corresponde sacarlo de la causa porque actúa igual de mal con todos.
Esta vez, Beraldi irá con otros argumentos y espera conseguir otra respuesta de los camaristas.
Bonadio fue denunciado judicialmente por diputados del FpV a raíz de su actuación en la causa del dólar futuro. Sucede que el Banco Central consultó con el juez si debía seguir con el pago surgido de la operatoria y el magistrado contestó que sí. Los legisladores razonaron que si la operatoria de dólar futuro era un delito (como lo consideraba Bonadio) y el juez dio el visto bueno para seguir concretando los pagos, estaba siendo partícipe del delito. El fiscal Jorge Di Lello consideró que hay mérito para investigar a Bonadio y el caso lo instruye el juez federal Sergio Torres. La lógica indica que Bonadio no puede seguir al frente de una causa en la que él mismo está imputado.
En los últimos días quedó en claro que varios funcionarios del actual gobierno no sólo apostaron al dólarfuturo sino que estuvieron en reuniones donde se decidió la rentabilidad. Esto hace que aparezcan de los dos lados del mostrador: como denunciantes y como beneficiarios. Bonadio acompañó ese proceso.
Hay una cuestión trascendente desde punto de vista del texto del Código Procesal. Una de las causales de recusación de un juez es cuando la persona recusante pidió, antes de la existencia de la causa, el juicio político del magistrado. En su momento, CFK instruyó al secretario de Justicia Julián Alvarez para que impulse la destitución de Bonadio. Para el Código según sostiene Beraldi ese hecho es una evidencia taxativa de que el magistrado no puede ser imparcial frente a quien pidió que lo echen del cargo.
Evaluando estos elementos –y otros– la Cámara deberá resolver si deja el expediente en manos de Bonadio o si se sortea un nuevo juez. Es público y notorio que el magistrado quiere procesar y detener a la ex presidenta: para eso sacó de la galera la figura de la asociación ilícita, diseñada para denegar la excarcelación. Casi no existen condenas por asociación ilícita, pero sirve para que el juez encarcele a su antojo.
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