Desde hace años, la casta económica en España se ha empeñado en presentar como imposible todo aquello que no quiere que suceda. Apoyada en la teorÃa económica dominante (la misma teorÃa neoclásica que ni supo prever la crisis ni sacarnos de ella), intenta convencernos de que sólo hay un camino posible, esto es, una suerte de pragmatismo económico circunscrito a aquello que interesa a un poder económico que siempre viaja en business class. Sin embargo, todo este montaje comenzó a desvanecerse en el momento en el que el pragmatismo de la polÃtica económica española dejó de ser pragmático para el bienestar de la mayorÃa social. En estas circunstancias, nace Podemos como iniciativa polÃtica, con el objetivo de interpelar al viejo pacto social cada vez más quebrado y alertar que el consenso del pasado se sigue descomponiendo a fuego lento. 49685b
Podemos presenta un relato responsable dirigido a la mayorÃa social, claro y directo, serio y riguroso, abandonando el derrotismo y los subterfugios, denominando a las cosas por su nombre, y logrando acompañar cada crÃtica con una solución concreta. Podemos plantear como necesidad imperiosa recuperar la economÃa al servicio de la gente. Su propuesta económica tiene como principal objetivo acabar definitivamente con la estafa democrática y económica que se ha venido produciendo. Podemos llegar con la saludable intención de disputar ese sentido común económico que venÃa instalándose por arriba sin atender a todo lo que venÃa pasando por abajo. Esta fuerza polÃtica considera que âlo posible, lo que se puede, lo que es verdaderamente pragmáticoâ, debe ser aquello que realmente es beneficioso para la vida cotidiana de cada ciudadano. Se trata de poner la economÃa al derecho, y no dejarla más tiempo al revés; se trata de acabar con esa injusta ley del embudo de orden neoliberal que hace de la economÃa un mal repartidor de riqueza, es decir, âestrecha para una mayorÃa y ancha para unos pocosâ. Podemos se presenta como alternativa económica cuestionando al modelo fallido desde sus propias entrañas, desde sus corruptas y anquilosadas estructuras e instituciones, acusando a los responsables con nombres y apellidos, haciendo algo que la economÃa dominante ha declinado hacer, esto es, âllamar al pan, pan, y al vino, vinoâ.
Esta iniciativa emergente ha comenzado a inquietar (y mucho) a esa minorÃa enriquecida que ya no sabe cómo persuadir a la ciudadanÃa de que lo pragmático es seguir caminando hacia el precipicio, hacia una década perdida. Su impotencia se explica porque advierten que su mensaje económico ya no cala, que ha dejado de ser creÃble. Y porque además enfrente tiene a Podemos, que llega sin ataduras a ningún capital privado, con un mensaje que tiene cada vez más eco entre los ciudadanos, y que no inventa nada sino todo lo contrario; simplemente se convierte en portavoz del malestar generalizado en la ciudadanÃa, que poco a poco va dejando de tener una paciencia infinita.
Este escenario explica que la crÃtica contra Podemos desde la elite dominante alcance lÃmites insospechables. Entre los miles de improperios que lanzan, destaca el orquestado cuestionamiento sobre cuán posible, pragmática y viable es la propuesta económica de esta iniciativa polÃtica ciudadana. Ahora que el discurso económico de Podemos tiene gran aceptación y legitimidad entre mucha población, entonces el objetivo opositor (sea desde el PP o el PSOE) es afirmar que âel programa económico jamás podrÃa llevarse a caboâ. Abren asà un nuevo flanco de batalla después de sentir por primera vez en muchos años que peligra su chiringuito económico. La diatriba contra Podemos se centra en lo económico en base a una mezcolanza de propaganda del miedo y profecÃa de lo imposible. Poco tiene de sustento esta estrategia de acoso y derribo, porque la propuesta económica de Podemos, por un lado, no genera miedo sino esperanza, y por otro es plenamente realizable si la voluntad mayoritaria asà lo decide.
Hasta el momento, el único documento programático disponible en materia económica es el que forma parte del programa electoral para las elecciones europeas (que sin lugar a dudas ha de ser concebido como tal, y no como un programa para elecciones generales en España). Sin embargo, es posible identificar en él una propuesta absolutamente verosÃmil, factible y viable, articulada en base a estos diez principales ejes:
1. AuditorÃa de la deuda contratada, pagar la deuda legÃtima, pero reestructurándola para que realmente sea posible hacer frente a su pago.
2. Prioridad del pago de la deuda social por encima de cualquier otra deuda.
3. Acabar con la dependencia de la polÃtica económica española de las agencias de (des)calificación de riesgo.
4. Un sistema financiero virtuoso en sintonÃa con la economÃa real y productiva.
5. Una polÃtica económica democratizadora y humanista que garantice los derechos sociales.
6. Reapropiarse del control público de los sectores estratégicos que fueron expropiados en las décadas neoliberales.
7. Una polÃtica tributaria socialmente eficiente, que recaude y lo haga con criterios de equidad.
8. Otro modelo productivo con mayor valor agregado, anclado en el conocimiento, en la ciencia y tecnologÃa, en la innovación e investigación.
9. PolÃtica económica que jerarquice la creación de empleo digno.
10. PolÃtica monetaria y Banco Central Europeo para otro modelo de desarrollo.
Estas son algunas lÃneas de la propuesta económica de Podemos que tanto incomoda a los poderes económicos conservadores que venÃan construyendo su hegemonÃa a partir de hacernos creer que su sentido común era el único sentido común posible entre todos los sentidos comunes. Asà nos fueron convenciendo de todo aquello que es imposible y que no podemos ni intentar. Creyeron que podrÃan seguir con sus mensajes de austeridad y sacrificio, persuadiéndonos de que, por ejemplo, la ejecución de un desahucio a un anciano es algo de sentido común. Se pasaron de rosca aplicando la guillotina económica a la mayorÃa social, pensando que todo era posible gracias al control monopólico del sentido común económico. Pero no. Toda esta sarta de situaciones crueles están siendo cada vez más rechazadas por los ciudadanos. El poder económico y la casta polÃtica que lo representa ya no ejerce plácidamente ese control sobre el imaginario polÃtico y económico de la mayorÃa social. Podemos es consciente de que ese dominio se les acabó, y por ello ha dado un paso al frente, transcribiendo el nuevo sentido común en una propuesta económica que da respuestas y soluciones a las nuevas demandas de la mayorÃa ciudadana.
* Director del Centro Estratégico Latinoamericano de GeopolÃtica (Celag).
@alfreserramanci
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