La alta intención de voto que despliega Cristina Fernández de Kirchner en las encuestas de las principales consultoras invita a reflexionar sobre un futuro escenario a partir de octubre con un nuevo gobierno de la Presidenta. Esto plantea diversos interrogantes, aunque sin embargo el más importante parecer ser si el modelo económico kirchnerista es viable o no, dado que presenta ciertos indicios de agotamiento. 474x1g
Para un mejor análisis, resulta adecuado dividir la gestión del gobierno en dos subperÃodos: 2003-2007 y 2007-2011.
De esta forma, en un principio el modelo se caracterizó por un tipo de cambio alto y salarios bajos, heredados de la devaluación de 2002, que permitieron tener una elevada competitividad especialmente en los sectores transables. A partir de esto, y con una coyuntura externa favorable, el paÃs creció fuertemente logrando un superávit fiscal y de cuenta corriente âcon la consecuente acumulación de reservasâ, una baja inflación y una importante reducción de la deuda externa, que logró finalmente desvincular a la Argentina de la influencia del FMI. Este auge en la economÃa permitió implementar una polÃtica de generación de empleo y mejora de las condiciones salariales que a su vez impactaron positivamente en la reactivación y crecimiento de la economÃa.
A partir de 2007 el panorama comenzó a cambiar: con salarios más altos, motivados principalmente por el auge económico y una distribución progresiva del ingreso, una inflación mayor y un tipo de cambio real apreciándose, el PBI continuó creciendo pero la competitividad de los sectores se fue erosionando, fundamentalmente la del sector transable. Esto, sumado a la alta elasticidad-ingreso de las importaciones, generó en los últimos tiempos una continua reducción del superávit en la balanza comercial: según los datos del Indec, en 2010 cayó un 27 por ciento con respecto a 2009 y el acumulado de enero-abril de 2011 presenta a su vez una caÃda del 24 por ciento con respecto al mismo perÃodo del año anterior.
Si bien la inflación actual representa un problema para el Gobierno, que además repercute en la apreciación del tipo de cambio real, no parece ser un factor desestabilizante de la economÃa, ya que se encuentra contenida. Sin embargo, la constante reducción del superávit que ha venido exhibiendo la balanza comercial en el último año y medio ciertamente se presenta como un llamado de atención para el oficialismo. Esto se debe a que, si se recapitula un poco en la historia argentina de los últimos 50 años, se puede observar que todas las crisis económicas tuvieron su origen en la escasez de divisas.
Ahora bien, ¿esto significa que indefectiblemente el modelo no es viable? En absoluto; el paÃs cuenta con una suficiente cantidad de reservas como para financiar un déficit de cuenta corriente por lo menos por los próximos cinco años. No obstante, dado el peso que tienen las expectativas en la economÃa argentina, incurrir en un déficit de balanza comercial podrÃa ser un duro golpe para la credibilidad del Gobierno, por lo que el mantenimiento del superávit en este rubro se presenta como uno de los principales desafÃos a partir de octubre.
Esto es asÃ, ya que este problema presenta caracterÃsticas estructurales, por lo que la forma de combatirlo deberÃa ser empleando un programa coordinado y planificado que ataque la raÃz del problema, y no a través de medidas cortoplacistas y aisladas como hasta ahora viene sucediendo.
De todas formas, hay que aclarar que estamos en año de elección y, como se dijo al inicio, dada la alta intención de voto que viene teniendo el oficialismo, la estrategia del Gobierno parece ser tratar de modificar las cosas lo menos posible, es decir, poner la economÃa en âpiloto automáticoâ.
A partir de octubre esta estrategia seguramente se modifique, ya que, de no hacerlo, el agotamiento del modelo podrÃa cristalizarse en el mediano plazo
© 2000-2022 pagina12-ar.informativomineiro.com|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.