La forma de vida nómade de los primeros habitantes de Tierra del Fuego, los Selkânam (mal llamados Onas), sus vestimentas, rituales, su vÃnculo con la naturaleza, su forma de entender el mundo y el genocidio que esa pequeña comunidad sufrió a manos del hombre blanco fueron los ejes sobre los que centró su investigación y poesÃa el escritor salteño Carlos Juárez Aldazábal. El resultado fue Hain. El mundo Selkânam en poesÃa e historieta, un libro que homenajea a esta comunidad originaria de la Patagonia y cuyas huellas aún persisten en la diversidad cultural de nuestro paÃs. âMe interesó contar, a través del libro, el genocidio que sufrió la comunidad. También el vÃnculo que hay entre la antropologÃa y la poesÃa: conocer esa otredad a través de la poesÃaâ, dijo el poeta durante la presentación de su trabajo, el martes en el Centro Cultural de la Cooperación. 1z197
Se trata de un libro de poesÃas breves dirigido a jóvenes, que permite adentrar al lector en la historia de los Selkânam y en la forma de vida que ellos tuvieron, antes de las matanzas ocurridas desde finales del siglo XIX y principios del XX. La literatura de Aldazábal es acompañada por los expresivos dibujos de la historietista Eleonora Kortsarz, que a través de las imágenes permite conocer e imaginar un poco más sobre ese mundo narrado. El Hain al que hace referencia el tÃtulo es una ceremonia en la que los adolescentes varones pasaban a la adultez. Este ritual (en el que sólo participaban los hombres) servÃa para justificar el patriarcado asegurando el dominio simbólico de los hombres sobre las mujeres.
El libro está dividido en dos partes: la primera es de poesÃa y en la segunda se agrega el lenguaje de la historieta. âDesde chico me gustó mucho la historieta. Toda la obra de Héctor Oesterheld para mà es central. Y me parecÃa que ese largo poema narrativo que era Hain, donde aparecÃa este personaje premagallánico que empezaba a tener premoniciones sobre lo que iba a ocurrir, sobre los españoles pasando por el estrecho, viendo las fogatas Selkânam y llamando a ese lugar Tierra del Fuego, podÃa sumar mucho con los dibujos y creo que fue una ganancia para la poesÃaâ, explica Aldazábal a Página/12.
âPienso en la poesÃa como magia; porque en esta cultura que no es la occidental, la magia y la poesÃa no son cosas distintas. El hechicero tenÃa el poder de hacer varar a una ballena y atraerla con su canto y que quedara en la orilla. Entonces ése era el motivo de celebración y alegrÃaâ, contó el poeta. Uno de los versos titulado âLa ballenaâ, dice: âHa llegado la ballena/ el mar la acaricia y su cuerpo es una promesa confirmada/ las mujeres aman cantar, por eso, en caso de nevada corta el cielo/ mientras mi piedra por las costillas corre/ y mis hermanos juegan/ ellas alejan la tormenta con su canto/ y el sol pulsea con la nieve derritiéndola, antes de que caigaâ.
â¿Qué caracterÃsticas de la comunidad Selkânam les llamaron más la atención?â, preguntó un hombre al poeta y a la historietista, durante la presentación. âMe llamó mucho la atención y me parecÃa contradictorio que haya sido primero una cultura matriarcal y después patriarcal. También, la vida nómade que tenÃan y el amor a la naturaleza. Ellos le rendÃan culto la naturaleza como endiosándola. De alguna manera yo encontré una conexión entre ellos, en su manera de venerar a la naturaleza, y otras culturasâ, respondió la dibujante Kortsarz.
La obra de la antropóloga francoestadounidense Anne Chapman, conocida por sus estudios sobre los pueblos fueguinos, en especial de los Selkânam, fue central en la investigación de campo que realizó Aldazábal. âMe conmovió mucho cuando la conocà a Chapman, ver el cariño que ella le tenÃa a esa cultura. Y la historia del genocidio que vivió el pueblo Selkânam fue terrible. Eso me hizo pensar en las matanzas que vivió nuestro paÃs donde hay ciertos genocidios cÃclicos que se van repitiendo a lo largo de nuestra historiaâ, reflexiona el escritor, quien viajó por primera vez a Tierra del Fuego en 1998. Es que los de la comunidad fueron vÃctimas de todo tipo de vejaciones. Por ejemplo, en 1890, un grupo de ellos fue trasladado a una feria en ParÃs para ser expuesto en jaulas como âantropófagoâ, como objeto de entretenimiento. Una clara muestra del etnocentrismo de la época.
â¿Sobrevive esa comunidad?
âActualmente resurgió la identidad del pueblo, se está rearmando. Pero aproximadamente quedarán unas 500 personas en la comunidad. Muchas de sus mujeres fueron transformadas en empleadas domésticas y los hombres en peones rurales. Es como pensar en el gaucho, que ya desapareció como forma de vida nómade.
Informe: MarÃa Luz Carmona.
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