La revista Fierro cumple seis años. No habrá festejos, pero sà un regalo inolvidable para lectores y coleccionistas: la publicación de âEl Dibujadoâ, historieta realizada por Alberto Breccia y Juan Sasturain en la década del 80, que hasta hoy se encontraba inédita, ya que forma parte del robo de numerosos originales âen el que interviene Interpolâ que sufrió la familia del dibujante. Una copia fotográfica de ese trabajo fue restaurada digitalmente por el dibujante Lucas Nine, logrando asà que las diez páginas de âEl Dibujadoâ sean el eje central de un Suplemento Especial dedicado a Breccia que mañana, junto a Página/12, publicará la Fierro en su edición aniversario. 23764
Pero el lector de esta edición número 72 no sólo se encontrará con la posibilidad de ver y irar el lápiz del Viejo, también será testigo de una suerte de homenaje que realizaron a pedido Patricia Breccia, Domingo Mandrafina, Angel Fernández y Félix Saborido, quienes entintaron algunos cuadritos de la historieta original y explicaron el desafÃo que significó trabajar sobre la obra de uno de los dibujantes más importantes de la historieta nacional.
El encuentro azaroso con esa historia lo relató el propio Sasturain: âHace unos años me cité a la vuelta de mi casa, en el café La Puerto Rico, con un español de paso por estas saqueadas costas, que âsegún dijoâ tenÃa para vender originales de distintos dibujantes argentinos de historietas y suponÃa que yo podÃa opinar algo (si no comprar: no colecciono) sobre posibles interesados. Era o se presentaba como un intermediario. Me acuerdo muy poco de lo que charlamos ese mediodÃa y apenas de lo no mucho que me mostró en la pantalla de su pequeña y por entonces modernÃsima computadora. Es que de golpe, me quedé absolutamente sorprendido: me estaba mostrando, una a una, diez páginas que reconocà enseguida. â¿Y esto?â, pregunté, y me contestó âEs Alberto Brecciaâ. âYa séâ, le dijeâ.
âAl verme interesado, me explicó que se trataba de una obra de los años â80 o antes; el comienzo de una serie sin tÃtulo de la que âcomo yo podÃa observarâ se conservaba solamente el lápiz, ya que el artista nunca la habÃa pasado a tinta. Era un trabajo notable, empezó a explicar. âLa conozco âlo corté impacienteâ. ¿Y quién vende esto?â Me respondió: âUn coleccionista inglésâ. Y a mà se me escapó un âQué hijo de putaâ. Es que lo que tenÃa ahà en pantalla, o âmejor dichoâ los originales que alguien habÃa escaneado para ponerlos a la venta internacional se suponÃa (yo suponÃa) que estaban, junto a muchos, centenares de otros, en Buenos Aires, en el lugar en que estaba depositada âtodaâ la obra del Viejo desde hacÃa tantos años esperando quién sabe qué.â
â¿Le interesa? âdijo el tipo.
âClaro: me interesa saber cómo esto llegó hasta ahÃ. Esa historieta tiene nombre, se llama âEl Dibujadoâ y la escribà yo.
âY terminé con una larga serie de puteadas que el imperturbable intermediario âsin hacerse cargo de lo que le tocaraâ dijo estar dispuesto a intermediar cuando huyó sin dejar rastros.â
Pero el rastro quedó: un CD con los archivos digitalizado âen mala calidadâ y que debieron ser tratados para su publicación. Recuerda Sasturain: âTras las primeras tres historias de la saga ambientada en la metafórica dictadura (Perramus), imaginé una nueva serie, más aventurera que sombrÃa y con cierto tono retro, incluso en el dibujo clásico, a lo âSherlock Timeâ: se llamarÃa âEl Dibujadoâ y, en la ficción, el protagonista era un personaje originalmente creado por Oesterheld-Breccia, Juan Deveras, que ellos no habÃan llegado a desarrollar... La historia estaba contada por Diego Fierro, que trabajaba en una revista, y jugaba con el doble nivel de representación: los personajes clásicos creados por Oesterheld-Breccia décadas atrás âlos Ojos de plomo, el Dr. Morgue, etcéteraâ invadÃan la nueva historieta, interactuaban con El Dibujado Juan Deveras, lo acompañaban en las nuevas aventurasâ.
La copia digital de esos originales robados permaneció durante un tiempo largo en la redacción de Fierro, esperando que alguien se hiciera cargo del tratamiento de las imágenes para su publicación. Hasta que Lucas Nine asumió el riesgo: âAl ser imágenes fotográficas de las páginas originales, el proceso que realicé fue doble: tratar de eliminar en lo posible el efecto esférico que les daba la lente de la cámara y rotular los textos (ya que era imposible leerlos) reemplazando la letra de Breccia por una tipografÃa que yo llamo âSherlock Timeâ. No modifiqué en nada el aspecto de las páginas originales, salvo algún retoque menor, dado que era consciente de los ribetes fetichistas que poseÃa toda la operaciónâ.
Para esta edición aniversario de Fierro se les pidió a cuatro dibujantes argentinos que hicieran una prueba de entintar la historieta de Breccia. Entre el respeto y la iración, el pedido se fue demorando hasta que finalmente Domingo Mandrafina, Angel Fernández, Félix Saborido y, por supuesto, Patricia Breccia aceptaron la propuesta de la revista. âMe cuesta escribir sobre qué cosas me pasaron, o sentÃ, mientras tenÃa frente a mà un cuadrito a lápiz de mi viejo... âescribe Patricia en el Suplemento Especialâ. Me preguntaba si tendrÃa ganas (el cuadrito, no yo) de que lo pasaran a tinta, y mientras me lo preguntaba, tomé un pincel finito, lo hundà en el frasco de tinta china y comencé a recorrer las lÃneas de âEl Dibujadoâ. Me temblaba el pulso, tenÃa miedo de arruinar esos trazos tantas veces vistos por mÃ. Pero no, no lo arruiné, si hasta quedó lindo. ¿Me habrá guiado un poco con su mano? Ojalá.â
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