âLa cárcel no deberÃa existir. Pero lo cierto es que existe.â MarÃa Medrano ite lo inevitable pero se niega a naturalizarlo. De ahà que esta poeta sostenga, desde hace una década y cada vez con más colaboradores, el más célebre proyecto relacionado con el arte en prisión, responsable de la tapa de un disco de Las Pastillas del Abuelo y protagonista de un reciente y delicado documental llamado Lunas cautivas, de Marcia Paradiso. Yo No Fui nació como un taller de poesÃa en el penal de Ezeiza y hoy es una asociación civil que empuja iniciativas culturales y productivas tanto adentro como afuera de la cárcel, para quienes salen de ella y para todos los que gusten sumarse. Tiene una sede en Palermo y otra, más nueva, en Vicente López. Imparable, el colectivo acaba de publicar su primer libro de fotos, Luz en la piel, que recopila material del taller que brinda Alejandra MarÃn a las mujeres detenidas en la Unidad 31, de Ezeiza. Será presentado este sábado a las 20.30 en la XI Feria del Libro de Fotos de Autor (ver aparte), donde, además, Yo No Fui tiene una muestra de 42 imágenes tomadas con la técnica estenopeica. 2r1u70
Es el momento oportuno para que un trabajo como éste salga a la calle, en medio de la polémica generada por la nota que publicó ClarÃn el domingo 29 de julio. Allà se denunciaba la utilización de presos para actos polÃticos. La organización que encabeza Medrano se propone âabrir la cárcelâ. No solamente con talleres que dictan, incluso, algunas ex detenidas, sino también con festivales dentro y fuera, con una acentuada participación de la sociedad civil. âEsa nota generó confusión y despertó la bronca de la gente que siempre pide más mano dura, más cárceles y más represión. Me parece de una pobreza infinita que la discusión quede en eso y que no profundice en los defectos del sistema penitenciario. La gente se asombra porque una persona que está privada de la libertad sale a un evento cultural pero no cuando hay denuncias de torturasâ, se queja la poeta. Opina, por otro lado, que âéste es un momento polÃtico en el que uno espera un cambio real y no solamente de fachadaâ.
Quizá sin proponérselo, Luz en la piel viene a cuestionar el imaginario que tiene sobre el preso una parte de la sociedad. âLas personas que estamos privadas de libertad no sólo producimos violencia o todas las cosas malas que dicen los medios de comunicación. Nosotras también podemos hacer arte y con mucho amorâ, escribió, para el libro, Miriam López. En las primeras páginas se ve también la firma de Liliana Cabrera, discÃpula de Medrano, brillante poeta, autora de dos libros y fundadora de la primera editorial cartonera en un penal de mujeres, quien resume la particularidad del taller de fotografÃa y sus resultados. âEs muy difÃcil encontrar diferencias a lo largo de los años en un patio de 5 x 7. Siempre los mismos bancos de cemento, el mismo pasto, el alambre de púa que parece enredar el cielo, los mismos alambrados que cortan en cuadraditos el horizonte.â Por razones obvias, las fotos de Luz en la piel han sido tomadas todas en el mismo lugar. En ese espacio minúsculo, una espalda Ãntegramente tatuada, un par de botas y una mujer con su hijito âen la Unidad 31 está el pabellón de mamásâ recuerdan que la cárcel existe. Pero también que el arte puede transformarla en otra cosa, al menos por dos horas.
Eso es lo que dura el taller de MarÃn, una fotógrafa que se siente atraÃda por iniciativas de carácter social. Lleva doce años trabajando en Ciudad Oculta. Tuvo otra intensa experiencia en un contexto de encierro (en la Unidad 20, la que antes funcionaba en el Borda). Y no dudó en dar el sà cuando, en 2009, Guadalupe Faraj y Cecilia Glik la invitaron al taller de Ezeiza. Desde 2011 coordina la actividad junto a Ruth Guzmán y Natacha Ebers. âConmigo se incorporó la fotografÃa estenopeicaâ, desliza. Se trata de una de las técnicas más ancestrales para capturar imágenes. En el taller, las chicas fabrican sus propias cámaras con cajas de cartón, de fósforos y latas, que se venden en la feria junto con el libro. âHay que ponerle mucho el cuerpo. Es una forma muy reflexiva y crÃtica de hacer fotografÃas. No se trata de sacar mil por minuto como con el celularâ, explica MarÃn. Otro foco de la actividad está en la labor colectiva. âAlguien piensa la imagen, otra modela, otra decide tiempo de exposición, una revela y otra positivaâ, detalla. âAprendés a trabajar en equipoâ, coincide Camila DÃaz Avendaño, una participante del taller que ya recuperó su libertad y que, junto a Medrano y MarÃn, estará el sábado presentando el libro. âSi te llevabas mal con alguien, en ese momento tenÃas que olvidarte.â Cada lunes, de 11 a 13, el salón de peluquerÃa de la unidad âdonde se dictan talleres de ese oficioâ mutaba en laboratorio.
Como casi todo lo que ocurre con Yo No Fui, que es muchÃsimo, tanto la retrospectiva como el libro fueron el resultado de una suma de voluntades. Fue Camila la que encendió la llama. En prisión la visitó Eugenia Rodeyro, su cuñada, organizadora de la Feria del Libro de Fotos de Autor junto a Julieta Escardó. Entre mates, Camila le comentó que participaba de un taller de fotografÃa estenopeica. Rodeyro se asombró y enseguida propuso editar el libro a través del sello de la feria, La Luminosa. âAparecieron un montón de personas que hicieron esto posible, porque no habÃa un pesoâ, recalca Medrano. Pablo Grancharoff se hizo cargo de la impresión de los pliegos. Y encuadernadoras y diseñadoras también ofrecieron su mano de obra, gratis. Todo lo que se recaude por la venta de Luz en la piel y las cámaras durante la feria se destinará a la asociación civil, que va camino a convertirse en empresa social. Tal es el sueño de Medrano por estos dÃas.
Por eso los de esta movida ejemplar están poniéndole garra, ahora, a la cuestión productiva. âQueremos formalizarnos como cooperativa. Uno de nuestros objetivos es la generación de ingresos: si no conseguimos que a través de los talleres la gente gane su dinero, me frustrarÃa un pocoâ, desliza Medrano. Yo No Fui tiene una tienda virtual (tienda.yonofui.org.ar) desde la cual se pueden adquirir productos, todos ellos de carácter artesanal, como muñecos, anotadores y manteles. Medrano adelanta, además, que la organización participará de Cafira, la muestra más importante de regalerÃa y decoración del paÃs, que tendrá lugar del 23 al 26 de agosto. Es todo un logro. Uno más.
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