Una milenaria teorÃa maya sostiene que el hombre, a los 52 años, vuelve a nacer y recorre otra vez su vida, pero en forma consciente. Puede modificar sus equivocaciones y enmendar errores porque âdecÃan ellosâ es más sabio. No muy distante de lo que Carl Jung, el psicólogo de los sueños, llamó proceso de individuación, aquel que va hacia el centro superior de la psique (la conciencia) y permite expandir el autoconocimiento, vivenciando los contenidos del inconsciente personal. Miguel Vilanova enlazó ambas teorÃas y le dio una salida elegante a su conversión: el blues master ya no es más Botafogo: se cortó la enorme barba, el pelo, las crenchas de mago y se distanció profesional y afectivamente de Dafne, la mujer que lo acompañó durante 26 años. âHace años que curto terapia jungueana y Jung, como los mayas, decÃa que por los 50 aparecen giros y revisiones personales. Me pasó eso. Es como cuando Cassius Clay se puso Muhamad AlÃ, sólo que yo no tengo una guerra de Vietnam al lado, tengo apenas una guerritaâ, se rÃe. 4b16w
âVilanova sin barba, qué rareza.
âPuede ser..., aunque la barba nunca la tuve por una cuestión estética sino porque me daba fiaca afeitarme.
La nueva senda, entonces, implica también un cambio total en la formación de su banda y la separación del clan familiar que trabajó a la par en su último disco (Don Vilanova). Ahora lo acompañan Luciano Scalera (baterÃa), Rafael Pravettoni (bajo), Hernán Zamora (teclado), Federico Pernigotti (guitarra) y Franco Capriati (armónica), junto a quienes concretará un ciclo durante todos los miércoles de junio en el Velma Café, además de grabar su próximo disco en estudio. âEn el primer ataque se terminó todo: el nombre, la imagen..., mandé todo al carajo de un dÃa para el otro. VenÃa madurando algo en mi inconsciente desde Don Vilanova, que es un homenaje a mi viejo, el tipo que me habilitaba el sótano de su peluquerÃa para ensayar en plena época militar. CaÃamos en cana, y al otro dÃa me daba la llave igual. Don es de origen noble y el origen noble de mi padre me está pegando cada dÃa más. Don también tiene que ver también con el don que te da Dios para poder tocar un instrumentoâ, sostiene.
âLo afectivo parece una razón fuerte...
âCon Dafne, por ejemplo, nos mantenÃa unidos esta historia, pero en realidad no nos hacÃa bien ni a ella ni a mÃ. Cuando pasa asÃ, hay que desvincularse..., siempre quise que fuera ella quien manejara mis asuntos, pero fue imposible mantener una independencia entre ambas cosas.
Botafogo fue Botafogo durante 35 años, hasta su último show como tal, el 1º de marzo en el Club 77 de Temperley. Asà le puso Pa-ppo en la época de su Volumen 3, durante el verano de 1973. Salieron de gira y al Carpo no le cerraba presentarlo como âMiguel Vilanova, el hijo del peluqueroâ. âNo fue por el club de Brasil ârÃe Vilanovaâ, pero Pappo nunca me quiso decir por qué me puso asÃ. Puede ser por un vaguito amigo de él que vivÃa en la calle y se parecÃa a mà o por el sobrino de Afanancio, un personaje de la revista Capicúa. Me inclino por ésta porque, en ese tiempo, él parecÃa Afanancio y yo su sobrino. Me tendrÃa que haber sacado el apodo el dÃa que él dejó la tierra, pero tomé conciencia tardeâ, reflexiona.
â¿Cuál fue, concretamente, la razón que lo llevó a abandonar su nombre artÃstico, con todo lo que ello implica?
âHay personas muy queridas para mÃ, que consideran que Botafogo era un personaje y no una persona, y se me acusaba de estar subido al caballo de Botafogo. Nada más lejos: si me la creyera un poco serÃa más famoso que Pity, pero ahora, al tener mi verdadero nombre, se acabaron los reclamos. Soy quien soy gracias a mi padre y a él nadie puede tirarle mierda.
â¿Por qué âmás famoso que Pity...â?
âHay algo central: en los afiches de los años setenta siempre se presentaban los shows con la leyenda âblues y rock and roll argentinoâ y, bajo ese rótulo, tocaban Manal, Almendra, Arco Iris, Pappoâs Blues. Yo soy producto de eso y necesito reafirmarlo, porque en este momento cualquier pelotudo que toca tres acordes y fuma paco aparece como una estrella, y yo que me rompo el orto hace mil y nunca me atreverÃa a tirarles un mensaje de destrucción y reviente a los pibes argentinos, aparezco marginado.
âCambiaron los tiempos. ¿Tiene herramientas para afrontar el contexto?
âPonerme en otro lugar. Antes decÃa âyo noâ, pero ahora digo âyo sÃâ: mi renacimiento tiene que ver con eso..., yo también puedo ser brillante, loco: formé musicazos y por eso exijo mi lugar. ¿Cuánto más tengo que demostrar para llegar a tener espacios de difusión? Nunca una empresa vino y me dijo âquiero laburar con vosâ. Siempre laburé independiente y cuando les acerqué algo no me dieron bola, mientras que en la tele Pity se tira un pedo y están todos detrás del quÃa como si fuera Spinetta.
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