âSoy un bicho de estudioâ, ite MarÃa Eva, mientras va picando cada tema de su nuevo disco (Más ahora que después), a través de una consolita de DJ. De pronto suena âVerde lugarâ, algo asà como el corte que la guitarrista, cantante y compositora transformó en clip. De pronto âRenacerâ, bello acústico del que se enamoró Javier Malosetti y, compulsivo, colocó el bajo para abrillantarlo. De pronto âEgaâ, tema con explÃcita influencia de Charly GarcÃa en el tratamiento de las voces, o âTic Tacâ, único tema que desmonopoliza la trÃada bajoâguitarraâbaterÃa de los demás, gracias al aporte del Hammond del Pollo Raffo. Ella sube y baja el volumen como si fuera una operadora de radio y, en cada intersticio, cuenta historias como si fuera, a su vez, conductora. âY sÃ, soy un bicho de estudio âinsisteâ. A los 15 años mi viejo, Pepe Albistur, me preguntó qué querÃa que me regalara. Le dije una portaestudio, y me regaló una TV (risas), pero cuando pude me la compré. Este es mi ambiente naturalâ, señala, sobrevolando con sus ojos verdes el cuarto lleno de instrumentos, equipos de sonido y discos, donde GarcÃa grababa sesiones del inédito Kill Gil cualquier dÃa de semana hasta las cuatro de la mañana. âMe siento una privilegiada... acá hay música todo el tiempo y la gente no se quejaâ, sigue Eva, a punto de presentar su disco esta noche en Samsung Studio (Pasaje 5 de Junio 444) 325r1s
â¿Por qué tanto tiempo sin editar? Avatar, donde grabó Leonardo Favio, ya lleva siete años.
âY... necesitaba trabajar para financiarlo (se rÃe). Ya que lo citó, Favio decÃa que cantaba para financiar sus pelÃculas, y yo digo que, bueno, necesito trabajar para pagar los discos que quiero hacer. Hice música para tres pelÃculas, estuve casi un año encerrada grabando Kill Gil con GarcÃa, produje algunos discos y, además, soy muy obsesiva con las canciones. Les tengo un respeto enorme y por eso las trabajo tanto, en todo sentido. Siento que cada disco tiene que ir superando al anterior, y creo en ese tipo de evolución.
Hace cinco años que MarÃa Eva se reinstaló en Buenos Aires, luego de vivir siete en España, pero esto no implica quietud geográfica. Incluso el disco fue grabado âen parteâ y masterizado en los estudios Sterling Sound de Nueva York, la ciudad que la formó antes de viajar a Madrid para integrarse como bajista y cantante a la banda de JoaquÃn Sabina para la gira 19 dÃas y 500 noches y, âde pasoâ, registrar su disco debut, atraÃda por el crisol musical que anidaba en la Madrid de entonces: Insomne. Y también Avatar. âMi constante es el cambio. Siempre cambio. Insomne fue un disco raro, exótico, lleno de instrumentos étnicos y esas cosas; Avatar es más electrónico y éste sintético y directoâ, reseña.
âMás fácil de asimilar, se nota a primera escucha.
âMás transparente... le saqué el velo a todo nivel. Este disco es como un reencuentro con todas las que fueron mis raÃces musicales. Me pegó bastante volver a Buenos Aires, porque hubo una reconexión con bandas que fueron el soundtrack de mi vida: La Máquina, Seru, Divididos, Invisible, Pescado. No es que haya una conexión directa, pero sà con lo que fue ese rock para mÃ. Además, estaba buscando pegar un volantazo del disco anterior... querÃa cambiar la producción, el sonido, un montón de cosas, y le encontré la vuelta. Siento que es un disco bien entero en el que se cristalizó todo, mientras Avatar tenÃa como un velo en la forma de cantar, en el sonido, que lo hacÃa más intrÃnseco.
Además de Malosetti y Raffo, Albistur sumó entre los invitados al ex Otro Yo Ezequiel Araujo, Fernando Samalea, Tito Losavio, Fernando Kabusacki, Aaron Johnston (el de Brazilian Girls), Fernando Nalé y Deborah De Corral, y ligó de yapa al fotógrafo estrella del rock argentino de los â70, Juan Orestes Gatti, que se ofreció para hacerle las fotos del disco cuando a todos dice no. âMuchos colegas se van a morir de envidia âse rÃe Evaâ. TodavÃa me parece increÃble que Gatti haya hecho las fotos ¡y el glam que le puso!â, se entusiasma, mientras se ve hÃper producida, vestida de cuero negro y con el pelo arremolinado sobre las mejillas. âAhora que lo pienso, es cierto, tendrÃa que haber sacado el disco antes, pero por algo no se dio. Yo laburo de esto y no me puedo dar el lujo de estar tanto tiempo sin disco... tiene que ser algo más frecuente, pero a la vez pertenezco a la clase de músicos que no firman un contrato para sacar un CD por año. Y no podÃa dejar pasar la oportunidad de hacer un disco con Charly.â
â¿La modificó la experiencia? ¿Fue un punto de inflexión?
âSÃ. SabÃa que me iba a cambiar la cabeza, que iba a aprender y de hecho, algo cambió cuando volvà a agarrar los instrumentos después de Kill Gil.
â¿Y ocurrió lo mismo después de Sabina?
âSÃ, pero en otro sentido. Charly ya era un maestro para mà y a Sabina, cuando me llamaron para tocar con él, no lo conocÃa ni me habÃa alimentado musicalmente. Lo de GarcÃa fue más intenso.
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