Una brisa de aire fresco corre en los últimos años por las orillas del RÃo de la Plata. Las cosquillas que provoca se sienten tanto en los humores de la gente como en las expresiones musicales. Un ejemplo de ello es la aparición espontánea de un puñado de jóvenes artistas que crecieron con el rock pero que dialogan con la música latinoamericana. Del otro lado del rÃo, el âcancionistaâ uruguayo âcomo prefiere catalogarseâ Daniel Drexler definió la nueva escena como âtempladismoâ. âDe alguna manera, estamos hablando con un lenguaje contemporáneo que tiene bien puestas las raÃces en una cuestión regionalâ, le dice el músico a Página/12, antes de repasar sus cuatro discos y adelantar nuevas canciones hoy a las 21 en La Trastienda (Balcarce 460). 5p44d
Esta nueva camada de cantautores, entiende, tiene una visión polÃtica y estética diferente a la de generaciones anteriores: âEn las décadas del â70, â80 y â90, que fueron muy duras para la región, no fue tan clara la mirada hacia América latina. Hubo una tendencia más al escapismo, a buscar cosas que no tuvieran que ver con nuestra realidad. Pero ahora estamos tratando de reconectarnos con nuestro lugar en el mundo sin perder o con el afuera. Todo lo contrario: asimilamos el o con el mundo a lo que está pasando acáâ. Y lo que sucede en la región, entre otras cosas, es la buena salud de que goza la relación bilateral entre la Argentina y Uruguay.
A fines de agosto, un hecho concreto ây âun simbólico de unidadââ unió a los presidentes Cristina Kirchner y José âPepeâ Mujica: la reinauguración, después de 36 años de ausencia, del servicio de tren que une a la Argentina y Uruguay. âEstoy súper feliz con que, en cierta medida, se haya superado el conflicto (de las papeleras) âconfiesa Drexlerâ. El otro dÃa me preguntaba si yo pensaba que lo que estaba pasando con esto de la vuelta a las raÃces en la música tenÃa que ver con ciertos fenómenos polÃticos. Y creo que es al revés: los fenómenos polÃticos que se están dando tienen que ver con cierta madurez regional que primero se manifestó en el arte. En el peor momento de conflicto ya nos estábamos tratando como lo que somos: habitantes del mismo barrio.â
Esta noche, en el local de San Telmo, el músico comenzará a despedir su último disco, Micromundo (2009), un trabajo con lÃrica nostálgica que cruza elementos electrónicos con milonga, candombe, murga montevideana y hasta bossa nova. âCreo que los grandes cambios en la historia de la humanidad siempre se dieron por una confluencia de dos factores âexplicaâ: un cambio del tipo de energÃa que se utilizaba o un cambio en las tecnologÃas de la comunicación. Y nosotros estamos viviendo una revolución enorme, que fue el cambio de las tecnologÃas digitales. Eso tiene que marcarnos de algunas forma, sin dudas. Todos estos músicos decidimos abrirnos al mundo.â
â¿Hay una nueva canción rioplatense?
âSÃ, pero no creo que se trate de un movimiento. No es momento para movimientos. La década del â60 fue muy prolÃfica en movimientos de todo tipo, pero la era de Internet es una mucho más incierta, en la que las cosas son más caóticas. No veo que todos nosotros (Lisandro Aristimuño, Pablo Grinjot, su hermano Jorge, Ana Prada, MartÃn Buscaglia) nos hayamos juntado, hayamos hecho un manifiesto y hayamos decidido tener una postura estética común. Simplemente veo una escena estética común que tiene que ver con un lenguaje generacional y en la que hay un muy rico intercambio. Todos nos conocemos, muchos hemos participado en los proyectos de los otros. Y ese tipo de cosas que se está dando mucho entre Montevideo y Buenos Aires, principalmente, también se está dando entre Uruguay y RÃo Grande del Sur. Hay una cuestión estética en lo que hacemos, en la forma de abordar la canción, que tiene similitudes más allá de que cada uno tiene sus propios perfiles. Me siento participando de algo que está muy vivo y que es muy prolÃfico.
âPero hay una clara mirada hacia América latina, ¿no?
âSÃ, pero es una mirada muy diferente a la mirada latinoamericanista que hubo en la década del â60. Quizás está menos ligada a la polÃtica. Estoy usando bastante el término âcancionistaâ para definirme. No me siento muy cómodo con âcantautorâ porque me di cuenta de que, particularmente en España, es un término que está muy relacionado con la estética de la canción de protesta de los â60. Es una canción de protesta con la que me crié y iro profundamente a muchos de esos autores, pero la utopÃa revolucionaria que tiene cada generación es diferente. Y serÃa medio absurdo que estuviéramos nosotros pensando igual a como se pensaba en los â60 sin tener en cuenta todo lo que pasó en el mundo en el medio. Hubo una revolución brutal en las tecnologÃas de comunicación y el mundo cambió tanto que nosotros mismos en este momento no podemos darnos cuenta. Me gusta más el término cancionista, que aprendà en Brasil.
â¿Y cómo miran hacia adentro los cancionistas?
âTiene que ver con mirar los géneros de raÃz que hay en la âvueltaâ para entenderlos y asimilarlos. Y en estos autores hay una visión urbana. Es una forma de mirar los géneros folklóricos pero a través de personas que tienen una inserción en la vida muy cosmopolita. Somos habitantes de ciudades puerto, que demográficamente están formadas por personas que vienen de muchos lugares diferentes. Entonces, en ese sentido, es bastante diferente al latinoamericanismo que habÃa en otros tiempos. La identidad viene más del lado de rescatar la cuestión musical.
Informe: Sergio Sánchez.
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