No ve. Y apenas un ligero desliz en la âyâ delata su origen panameño. Patricia Vlieg se acomoda en una silla giratoria y reorienta su atención, con la mirada imperturbable, hacia allà donde escucha una voz. En este caso âpuntual, de ârutinaââ hacia las preguntas de un cronista. Responde rápido, sin pausas, concentrada, como si supiera lo que va a decir bastante antes de decirlo. Asertiva, cuenta que nació sin ver, pero que eso no fue un obstáculo para cumplir con su sino: cantar, componer, tocar todos los instrumentos posibles y hacer las inferiores (ocho años) en Berklee. âMe ayudó la época âdiceâ, los adelantos tecnológicos que te permiten escribir música y leerla en una computadora.â El plafón suficiente para que ella pudiera plasmar, poner en acto, lo que habÃa mamado de una familia musicalmente abierta: el amor por los ritmos populares de América latina, el jazz o la música clásica, y una tendencia genética a la mezcla, al encuentro. Y asà apareció la voz a la que el tacto interno de la panameña orientó toda su atención: la de Mercedes Sosa. âQuise agradecerle a una cantora por todo lo que significa cantar en esenciaâ, resume ella y abre el tema. 1x5h1b
El tema es el disco que acaba de grabar, editar y mostrar en la Argentina con piezas que alguna vez pasaron por la voz de la Negra. Se llama A una cantora y, además de operar como una aceptable carta de presentación de Vlieg por este lado del mundo, resalta la persistencia de una tucumana sin fronteras. A través de una voz fina, matizada, llena de colores, Mercedes Sosa vuelve nacer en esas canciones que la mantuvieron viva en vida: âPiedra y Caminoâ, âDuerme, Negritoâ, âEl corazón mirando al surâ, âMarÃa vaâ, âComo pájaros en el aireâ, âLa cigarraâ, âYo vengo a ofrecer mi corazónâ o âSi se calla el cantorâ, entre otras. âLa verdad es que quise hacer un proyecto en el que pudiera compartir estas canciones con personas con las que pudiera encontrar una sensibilidad común. Fue una necesidad de cantarlas con personas que las hayan vivido de una manera particular y que, pese a tener una estética musical con técnica, armonÃas y ritmos trabajados, hubiese una conciencia sobre lo que se estaba diciendo, porque si tú cantas desde un lugar y los músicos la viven de otra, la experiencia no es integral. Hablo no sólo de compartir una estética personal, sino también una vivencia personalâ, comenta ella con el ancla puesta en los músicos que la secundaron: la pianista Lilián Saba en especial, que se encargó de los arreglos, del âtoque argentinoâ en el grueso de las versiones, y también las participaciones puntuales de Roberto Calvo y Susana Ratcliff, entre otras.
â¿Por qué Mercedes y no Violeta Parra o Chabuca Granda?
âNo hay un porque sà y un porque no, no hay excluyentes. Tiene que ver con darme cuenta de varias cosas: siento que una de las misiones del cantor es ese aprendizaje que tiene que ver con incluir, y en ese sentido Mercedes funciona como una voz que toma otras, que las acuna, las entiende, las interpreta desde aquÃ, y las comparte desde donde tú las entendiste. Entonces, el trabajo sobre Mercedes no es un trabajo sobre ella en sÃ, sino de lo que representa para mà todo un trabajo de mirar a muchos más, de conocer la esencia de trabajo, recogerlo, tomarlo y entregarlo, y eso es lo que celebro de ella: no sólo una voz y una historia, sino una manera de entender la música, para cantarla desde mi lugar.
âLa idea de exponer no sólo a la Mercedes intérprete sino también a la catalizadora: mostrar, a través de ella, a Yupanqui, Peteco Carabajal, Tarragó Ros.
âEs que tengo una gran pasión por la música argentina en particular, no sólo por la poesÃa popular sino también por los estilos, los compositores... Las canciones no son un punto sino una historia, que te van llevando a otras gentes y otras historias, y creo que Mercedes fue una gran impulsora de eso, ¿no? Ella te da un panorama acabado de la música latinoamericana, no dividida por paÃses sino como una unidad, como todo lo que nosotros podemos decir y contar. QuerÃa homenajearla por su sentimiento, por su compromiso con el arte y las gentes.
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