Los caminos de la memoria conducen al paso de Changó, de Obatalá, la risa de Yemayá, la valentÃa de Oggún, a Orula y tantas otras deidades de la religión yoruba. Las rastas del âpoeta de la rumbaâ tiemblan al compás del niño que fue. Hay una imagen que le viene a la mente a Mayito Rivera, cantante y percusionista que luego de veinte años junto a los Van Van inicia su carrera solista y se presenta hoy a las 21 en Groove (Santa Fe 4389), acompañado por los músicos de Clave Cubana. La casa de su abuelita en Pinar del RÃo. En el patio habÃa una mata de naranja cagel, un tipo de naranja rara que no se consume. âYo me ponÃa debajo de esa mata. Pasaron los años, crecÃ, empecé en la música y nunca habÃamos hablado de eso en mi familia. Hasta que un dÃa, mi padre y mi abuela me cuentan: âMario, tú ibas siempre a la mata de naranjaâ. Resulta que era la mata donde se sentaba mi bisabuelo, que era africano, del Congo. Mi bisabuelo solÃa recostarse en un taburete. Cuando descubrà esto, me llenó de emociónâ, repasa Mayito en la entrevista con Página/12. âMe sirvió para darme cuenta de que hay una conexión importante con la cultura de Africa. Debajo de esa mata yo me aislaba un poco, siempre pensando en la música.â 3o1l1z
En ese patio de Pinar del RÃo, la ciudad donde nació, en 1966, Mario Enrique Rivera Godines, el menor de nueve hermanos, comenzó sus experimentos musicales con una baterÃa de juguete. âLa familia en la que crecà fue de una vibración tremenda. Se respiraba música. Mi madre es declamadora de poesÃa, lo hace con mucha energÃa. Mi padre es cantante de tangos, muy importante en Pinar del RÃo. Se llama Enrique Rivera y canta muy bienâ, subraya el hijo con un tono de iración hacia ese padre que le enseñó a cantar algún que otro tango como âMelodÃa de arrabalâ. Uno de los proyectos de Mayito es Soneros de verdad, âmúsica cubana de formato más tradicional, con siete músicosâ, explica el cantante y cuenta que está escribiendo sones, boleros, timbas, canciones, âtodo lo que siente mi cabecitaâ. En unos meses estará a punto el CD Alma de sonero, un trabajo en el que participará Alexander Abreu (Havana DâPrimera), entre otros invitados. âEl son es la vida, no puede faltar. El son a la manera actual, con sonoridad diferenteâ, aclara. âSi tú comienzas en el son, al son regresas. De jovencito fui aprendiendo de los mejores soneros de Pinar del RÃoâ. En su debut como solista en Buenos Aires anticipa que hará una mezcla de canciones que le permitan mostrar su versatilidad. Se intuye que no podrá obviar algunos temas que interpretó junto a Van Van: âNormalâ, âVoy a publicar tu fotoâ, âLlévala a tu vacilónâ y âSoy todoâ, especialmente. âQuiero que vean al Mayito que puede cantar boleros, timba, rumba, que puede hacer un show para escuchar y bailar con toda la intensidad de mi corazón, porque entrego todo lo que puedo en la tarimaâ.
â¿Qué pasa por la cabeza de Mayito cuando dicen que probablemente sea la mejor voz de Cuba después de Benny Moré?
â(Se rÃe) Eso está impresionante, es un cosa que no puedo creer. He trabajado muy fuerte en cada interpretación. Que lleguen a decir eso es un alto honor. Lo dicen por la intensidad de mi canto y por haber asumido varios géneros musicales. Es lo mismo que hacÃa Benny Moré, un cantante extraordinario, un artista único que se hace célebre por el dominio natural de varios géneros. Yo aprendà el lenguaje de la rumba sin saber si iba a ser cantante. Se siente un honor cuando dicen algo asÃ. Pero no es tanto por la voz, porque la voz del Benny es diferente, un timbre limpio, hermoso, muy suave comparativamente a lo que se canta ahora. Hoy se canta duro, hay que cantar diferente la timba. La música cubana tiene otra dinámica y uno se desgasta un poquito más.
â¿Cómo se aprende el lenguaje de la rumba?
âCompartiendo con una familia, creciendo dentro de un ambiente que te lleve por el camino de la rumba. Lo demás puede ser por añadidura; vas aprendiendo porque tienes talento, pero no la comprendes desde el corazón. Tú puedes ser un músico que cante rumba, puedes saber tocar la conga; pero estar dentro de la rumba es otra cosa. Hay dos maneras: hay que llevar su espÃritu o puedes aprenderla por academia. No puedes ser un rumbero verdadero si no tienes el lenguaje. Si no puedes comprender su esencia, no las vas a poder decir como la dicen los rumberos. Puedes cantar una rumba, un guaguancó, pero no estás dando el corazón. Toda la cubanÃa sale a partir del lenguaje de la rumba.
â¿Por qué el âpoeta de la rumbaâ para comenzar su carrera solista?
âEl poeta de la rumba salió de la famosa canción de Orula (âSoy todoâ). Esa canción me marcó y alguien me dijo que deberÃa ponerme âel poeta de la rumbaâ. Es una responsabilidad decir que soy âel poeta de la rumbaâ, es decir palabras desde el corazón, desde lo profundo, desde la raÃz.
âDespués de veinte años con los Van Van, ¿fue difÃcil dejar la orquesta?
âNo fue nada difÃcil. Yo me sentÃa bien musical y profesionalmente en los Van Van, pero mi debate mental era cuándo iba a dar el paso para mi propia carrera. Era un reto personal que se me impuso, una necesidad de tener más libertades para expresarme. En 2006 saqué mi disco Llegó la hora, que tuvo una nominación al Grammy. Esta necesidad de creación viene desde antes, lo que pasa que la gente no lo sabe. Si tú pones todas mis canciones con Van Van, hay ahà una lÃrica que no está cuando te dan la canción, independientemente de que las canciones no las escribà yo. Me basé en hacer una lÃrica respetuosa, responsable, en sacarles partido a las canciones. Salir de los Van Van era una necesidad espiritual, profesional y creativa. No fue difÃcil, pero sà fue extraño la soledad, siempre andando en manada. Veinte años en manada, no es fácil... (risas)
âEn una entrevista confesó que le faltó el abrazo de Juan Formell. ¿En qué sentido lo dijo?
âMe hubiera gustado despedirme, hacer una fiesta. Hay un poquito de reproche, lo digo con toda honestidad. Para mà era importante una despedida. Soy una persona que trata de romper los esquemas y esta frase que dije es un poco protestando porque no se estila en Cuba brindarles respeto a los artistas. No vivà ese momento de despedirme de mis compañeros y decirle al maestro: âGracias, Formell, por tantas oportunidades que me brindasteâ. Pero gracias también por la música que ofrecimos. Estamos a mano porque di todo de mÃ. Yo digo que faltó el abrazo y dejo que las personas tomen su conclusión. Quise hacer un show de despedida, lo propuse pero no tuve respuestas.
âEn âLa maquinariaâ, uno de los temas del último disco de Van Van, se dice: âSomos una maquinaria que si nos cambian los aros nos rectifican el cigüeñalâ. Y en otra parte: âTe figuraste, te lo creÃste, pero yo creo que te confundisteâ... ¿Se refieren a su salida del grupo?
âNo, en el disco Chapeando hay canciones que tienen ese sentido. Juan Formell tiene el mayor de mis respetos. Yo estuve dentro de ese disco con una gran participación. Formell me dio la oportunidad única de hacer dos orquestaciones: âControlâ y âMis santos son ustedesâ. No creo que âLa maquinariaâ esté escrita para Mayito Rivera. Se lo están diciendo al mundo. No es algo personal, es una manera de escribir. Y lo hacen todas las orquestas. Pero Formell es más pÃcaro, tiene más experiencia. Eso de âte figurasteâ... está hablando de la competencia, de Havana DâPrimera y todos los que compiten con los Van Van... También puede ser que haya algo de su experiencia, de su maldad, de su picardÃa o su sapiencia. En todo caso es un tipo muy hábil, muy inteligente, porque en ese momento yo no habÃa tomado la decisión de irme.
â¿Entonces no descarta que esté dirigida a usted?
âNo. Lo importante no es interpretarlo asÃ. ¿Qué palabras negativas tendrÃa Juan Formell hacia Mayito Rivera? Ninguna. Yo no soy el dueño de los Van Van; es una obra compuesta por todos, ni siquiera es de Juan Formell solo. Siempre lo he dicho, es una obra en la que todos aportan y cada uno tiene una responsabilidad. Juan Formell la dirige con maestrÃa; es un gran músico, un gran artista que ha hecho las grandes canciones de la música cubana. El público puede dar su interpretación; lo único que faltó fue un abrazo. Pero no guardo ningún rencor. Los artistas somos del pueblo, pertenecemos al público; y hay un Dios grande en el cielo. Cuando tú has hecho bien tu trabajo, no hay susto ni temores.
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