Desde San Ignacio 101v34
Arriba de un imponente escenario, Charo BogarÃn, cantante de Tonolec, alienta con sus brazos al coro de niños y niñas de la comunidad Tava Mirà de Misiones. Juntos están cantando âOreruâ, una canción que el dúo âque completa Diego Pérezâ compuso en lengua guaranà y que significa âPadre nuestroâ. Pero esas voces ancestrales y propias de estas tierras no se escuchan en cualquier sitio. Lo hacen en las Ruinas JesuÃticas de San Ignacio Minà (o Ruinas de San Ignacio), un lugar histórico en donde los primeros misioneros de la CompañÃa de Jesús se instalaron hace 400 años para evangelizar a los indÃgenas americanos. Y luego la historia es conocida: aculturación, esclavitud, despojo y expulsión. Sin embargo, ese gesto musical ây muchos otros que se expresaron en el escenarioâ cobra otro sentido. Organizado por el Plan Nacional Igualdad Cultural âdependiente de los ministerios de Cultura y de Planificación Federal, Inversión Pública y Serviciosâ, el concierto Hermano Sol también puso en escena canciones de la colectividad judÃa, la cultura musulmana, la religión católica y la cosmovisión indÃgena. Fue un encuentro musical y cultural que se caracterizó por promover la diversidad, la tolerancia, la convivencia, la espiritualidad y la libertad de culto.
Salvando las distancias, el sábado sucedió un proceso de resignificación similar al que se generó en ECuNHi, la ex ESMA, porque los artistas llevaron alegrÃa a un lugar en donde antes hubo sufrimiento. Bajo la dirección musical de Lito Vitale, la amplitud religiosa que se reflejó en el repertorio también tuvo su correlato a nivel musical. Sobre el escenario, la música popular y la académica se tomaron de la mano. La virtud de Vitale radica, entre otras cosas, en juntar a artistas de lÃneas estéticas variadas y lograr que en escena todo suene de modo armónico y equilibrado. âMe interesa que haya un conceptoâ, dice Vitale, acerca de estos conciertos gratuitos y colectivos en los que no hay bises, la lista se cumple de modo riguroso y cada músico toca una canción. Entre los músicos que participaron se puede reconocer una búsqueda que incluye a gran parte de ellos: el divorcio con la tradición, con el purismo. Es el caso, por ejemplo, de Juan Quintero y Luna Monti, Bruno Arias, Gabo Ferro, Chango Spasiuk, Tonolec, Aca Seca TrÃo, Marcelo Chiodi y Ernesto Snajer.
Ubicada a 60 kilómetros de la capital misionera, San Ignacio espera con ansias el inicio del concierto. De a poquito, familias enteras se van ubicando en las sillas y reposeras dispuestas para la ocasión. La temperatura es tan agradable como el humor de los pobladores. Mientras en Buenos Aires se cae el cielo, en Misiones todos âincluso los mosquitosâ celebran los 18 grados. La puesta es asombrosa: un minucioso juego de luces alumbra el escenario y los dos bloques de roca conforman la tÃpica postal de las Ruinas. En ese marco, Yusef Husain Hallar recitó el âLlamado a la oraciónâ, de tradición musulmana, y más tarde Julia Zenko, junto al coro Tous Ensemble vocal, emocionó con el canto judÃo âAvinu Malkeinuâ (Max Janowski). La ovación de la noche, tanto por talento como por localÃa, fue para el Chango Spasiuk, quien tocó su canción âTierra coloradaâ. En tanto, Luna Monti y Juan Quintero se le animaron a âLa vida mÃaâ, de Leda Valladares, y Gabo Ferro versionó, con arreglos corales y orquestales, su tema âVolver a volverâ.
Desde otro plano, también se destacaron las poderosas interpretaciones de Paula Almerares con âRequiem In D Minorâ, de Mozart, y DarÃo Volonté con âPanis angelicusâ, de Santo Tomás de Aquino. El único que hizo doblete fue Bruno Arias: cantó âCóndor vuelaâ (Puchades Dulón-Carretero) y una original versión con charango del âGloriaâ. âLoado seas, mi Señor, con todas tus criaturas, especialmente el señor hermano Sol, el cual es dÃa y por el cual nos alumbras. Y él es bello y radiante con gran esplendorâ, recitó el cura Juan Carlos Molina (titular del Sedronar), a la par de Arias. El texto pertenece a âCántico del hermano solâ, uno de los escritos más famosos de San Francisco de AsÃs, en el que también se agradece a las âhermanasâ Luna, Viento, Agua, Fuego y Tierra. ¿El cierre? Todos los músicos en el escenario cantando con Raúl Porchetto el clásico del rock argentino âSentado en el umbral de Diosâ.
âEs muy importante que se dé el cruce de religiones y creencias que conviven en esta tierraâ, resaltó en conferencia de prensa la ministra de Cultura, Teresa Parodi, quien fue declarada visitante ilustre de San Ignacio. Y amplió: âEn este concierto estamos reflexionando sobre el respeto y la necesidad de convivir en armonÃa y en paz con nosotros mismos, con nuestro hábitat, con lo que pensamos, soñamos y creemosâ. Para Parodi, âlas polÃticas de Estado tienen que mostrar, desarrollar y potenciar las expresiones culturales que se generan desde el puebloâ.
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