A pesar de que parezca pretérita, Leandro Aput se aferró a la expresión âtrabajo de hormigaâ para definir la manera en que lleva adelante su carrera solista. Eso fue lo que hizo en España, donde se estableció en 2009, repitió este año en México, a través de una gira de cinco meses, y está probando justo en este momento en la Argentina, su paÃs de origen, en el que el imaginario del rock local lo recuerda aún como guitarrista del grupo Cabezones. âEs la primera vez que vuelvo en cinco años. Por lo que, básicamente, vine a ver en qué lugar estoy parado, y qué tan lejos quedó lo que hice en el pasado, porque prácticamente mi carrera solista la hice afueraâ, explica el cantautor mendocino, quien desde diciembre se encuentra tanteando su jugladurÃa en varias ciudades del territorio nacional. âCuando llegué, tenÃa la duda de si me sentirÃa extranjero, pero vivà una mezcla de las dos cosas: me abrazaron y trataron como en casa, y lo que me puso todavÃa más feliz es ese reconocimiento de mi trabajo, de a lo que he llegado.â 6x1w6d
Además, el artista argentino, que al momento de presentar su laboratorio sonoro lo define como âLeaâ, regresa al paÃs con nuevo disco, Por vivir (2014), con el que logró consolidar su veta cantautora. âFue el más responsable que hice hasta ahoraâ, asegura Aput, que estará presentando ante el público porteño su nuevo repertorio, al igual que el de sus dos álbumes anteriores, hoy a las 21 en el Centro Cultural Matienzo. âSi bien Luz dÃa (2008), mi primer trabajo solista, casi lo vomité, y Sed (2012) fue armado con mis experiencias de vida en España, en este caso paré para dedicarme a componer. Y no se trata de cualquier disco: es el tercero, lo que significaba un reto importante, porque sentà que habÃa empezado a armar mi propio lenguaje, mi sonido y mi universo. Pese a que hay muchas cosas con las que no estoy de acuerdo en la sociedad y en la música, estas canciones tienen que ver con eso de que es difÃcil cambiar el mundo, pero no lo que tenemos a mano, de lo que destaco la cotidianidad y la profesión.â
Si en el álbum Sed despunta la colaboración de Ariel Minimal en la canción âLa mano abiertaâ, en esta tercera producción, en el tema âPrimer pasoâ, Gabo Ferro se prende en un tándem con el mendocino, y asà inaugura un repertorio que en su promedio conceptual reivindica la tradición cancionera del rock argentino. Y sobre ese soporte sonoro, el artista de 39 años vertió toda una epÃstola existencialista de justa medida. âSiempre creà que un disco es un mundo perfectoâ, especula el mellizo de Diego, bajista de Karamelo Santo. âLe busco un sentido a las cosas y a la vida. A veces me vi envuelto en vorágines, pero nunca supe cómo llegué hasta ahÃ. La música es lo que me ayuda encontrarle una razón a todo. Para mà esto se trata de vivir con profundidad, de cambiar algunas cosas que tengan que ver con el mundo. No me junto con alguien porque necesite algo suyo. Puedo relacionarme con otras personas con valores diferentes, al igual que ofrecer más que recibir. Para mÃ, eso es vivir, por eso llamé al disco Por vivirâ.
â¿Qué lo motivó a dar ese paso de integrar un proyecto colectivo a hacerse cargo de su propia obra?
âSoy cantautor por necesidad. El cambio fue traumático porque hasta último momento intenté que Cabezones sobreviviera, debido a que era mi proyecto de vida. Cuando no se pudo, comencé a pensar qué hacÃa con mi vida y mi música. En ese momento, no tenÃa nada. Pensé que no iba a tocar más. Agarré mi guitarra, para salir de ese momento, y asà aparecieron mis primeras canciones. Necesitaba sacar muchas cosas que me estaban asfixiando.
â¿Y cuándo creyó que podÃa ser cantautor?
âMe lo creà de a poquito. Mientras buscaba a alguien para que cantara mis canciones, un ami-go, que escuchó esos temas, me dijo que lo hiciera yo. Luego apareció mi hermano y más tarde lo hizo Ale Vázquez, que trabajó con artistas como Carajo, y se involucró a tal punto que me editó ese mi primer álbum. A partir de ese momento, me di cuenta de que debÃa hacerme cargo de que era cantautor. Una vez que me volqué en los últimos años a la música, empecé a sentirme un poquito distinto al resto. Encontré formas de escribir y de cantar, y ahora me reconozco musical y personalmente.
â¿Por qué eligió desarrollar su carrera fuera de la Argentina?
âFui a España para hacer música, porque acá me costaba alejarme de los trabajos de los que vivÃa. No tenÃa la certeza de cómo iba a irme, pero sà de que no querÃa repetir lo mismo. El proyecto con el que empezaba era pequeño en comparación a Cabezones, aunque era infinito porque dependÃa de mÃ. Asà que quise probar qué tan real era eso de ser solista y de tocar donde quisiera. Cuando llegué a Madrid, no conocÃa a nadie y tuve que salir a presentarme solo. Me encantó la idea de empezar de cero, al tiempo que me obligó a esforzarme mucho.
â¿Le fue difÃcil hacerse un lugar en esa escena, tras el imaginario que sentaron Calamaro o Coti en España sobre el estereotipo del cantautor argentino?
âLo que me pasó es que creà que se podÃa hacer otra cosa más allá de Calamaro. Si bien allá fui consciente de que mi propuesta también era argentina, de quién soy yo, y de cuáles son mis influencias, logré adaptarme bastante bien. Al punto de que no encajé en ningún circuito, era el bicho raro. Me abrió unas puertas y me cerró otras. Pero eso llamó la atención.
âA partir de su experiencia, ¿a qué se debe que al músico argentino le cueste tanto posicionarse entre el público español?
âA que saben muy poco de nuestra música y a que tienen una tradición sonora muy diferente a la nuestra. Salvo Bersuit, Fito y Babasónicos, no conocen nada más de lo que hay acá. La mayorÃa de los artistas que van para allá hacen turismo musical porque generalmente tocan para la comunidad. Hay suficientes argentinos en Madrid para llenarte una sala de dos mil personas, sin necesidad de que un medio local publicite el show. Normalmente sucede eso. Lo interesante de estar en España o en otros lugares es que te ofrece una perspectiva diferente de tu música en un contexto nuevo.
â¿Por eso pasó tanto tiempo en México?
âLlegué con varios objetivos: tenÃa una gira armada, deseaba editar Por vivir (Luz dÃa está publicado fÃsicamente sólo en la Argentina, mientras que Sed fue lanzado nada más que en España), y necesitaba promocionarme en ese lugar que es tan fértil. Ahà me ayudó haber hecho carrera en la Argentina, ya que conocen a Cabezones, al igual que el lenguaje del rock de acá.
â¿Cómo se lleva con sus ex compañeros de banda?
âCon algunos sigo en o. Con Pichu y Gustavo, quien vive en México, tengo buena relación, a la distancia. Pero no estoy aferrado al pasado: hoy Cabezones me queda lejos.
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