A la Bersuit la acompañará esta noche en su show del Teatro Opera la presencia de una señal despreciada: hoy, viernes 13, presentará su disco número 13, compuesto por 13 canciones. âNo somos supersticiosos, en absolutoâ, asegura Dany Suárez, uno de los dos cantantes del grupo, quien en su muñeca tiene una pulsera con una herradura. âSon simples coincidenciasâ, sostiene el Cóndor Sbarbati, el otro elemento del tándem vocal: âEn realidad, el disco iba a tener 14 canciones, pero por una cuestión de derechos tuvimos que descartar âLa luz de mi ciudadâ, de Mariano Mores, más conocida por haber sido el himno de Feliz domingo. Una versión muy linda, bien bersuitera, que grabamos antes de que el Maestro falleciese. Tal vez la subamos por ahà más adelante. Gustavo Santaolalla nos dijo una vez que el 13 es un número de buen augurio entre los músicos. Nos inclinamos por creer esoâ. 6i234o
La cuestión es que La nube rosa encuentra a esta (re)formación de la Bersuit en un plan intenso: desde el regreso, la banda editó tres discos, a razón de uno cada dos años. El actual es el sucedáneo de La revuelta (2012) y El baile interior (2014); y aunque es el más nuevo de todos, parece inscribirse en cierta necesidad de recuperar algo del sonido que caracterizó al grupo en su época de mayor popularidad. âTratamos de hacer un trabajo lo más bersuitero posibleâ, esboza Suárez. âPor empezar, el productor fue Pepe Céspedes, nuestro bajista, que laburó con muchos artistas, pero nunca con Bersuit. Además, recuperamos demos descartados de discos como La argentinidad al palo o Testosterona, entre los cuales están âObstinatoâ, âApuntadoâ, âEl taparrollosâ o âNo vengan con armas a casaâ, que lo hizo el batero Carlitos MartÃn en ocasión de la recordada visita de Bush a la Argentina, cuando propuso traer un submarino y plantar una base en Mar del Plata para sentirse protegido. ¡Una locura! Es como que te invite a cenar con mi familia y vengas con un arma en la cintura. Siempre fuimos de componer por lo menos 45 canciones para cada disco y, lógicamente, la mitad se quedaba afueraâ.
â¿Qué los motivó a salirse del lugar común del vivo de Bersuit para debutar en un ámbito impensando como lo es un teatro de la calle Corrientes?
Cóndor Sbarbati: âQuerÃamos hacer algo especial y uno de los pocos ámbitos en los que nos faltaba tocar era ése. Preparamos una lista separada por bloques, entre los cuales va a estar todo el disco pero también el resto de nuestra carrera. Va a ser un show largo, pero con matices, momentos acústicos, climas y una sección de cuerdas. De todos modos, suponemos que igualmente la gente se va a parar y bailar. Será inevitable.
Dani Suárez: â¡Y será lamentable para las butacas! Tratemos de que esto no lo lean los dueños del teatroâ¦
âEl famoso âquedate tranquilo que no va a pasar nadaâ, para que no entre en pánico..
C.S.: âBueno, sucedió una vez en Necochea. Las primeras butacas quedaron hechas trizas.
D.S.: âLas primeras butacas y el teatro entero. ¡Después de nuestro paso tuvieron que rehacerlo de cero! En realidad, estaba prevista la remodelación desde antes, pero nosotros lo aprovechamos para fortalecer nuestro propio relato (risas).
C.S.: âEl show está concebido para disfrutarlo desde una butaca, desde lo musical y visual, a través de los estados de ánimo que va bordeando la lista de canciones. Está todo metódicamente ensayado para que sea agradable a todos esos sentidos que, cuando estás en medio de un pogo, no disfrutás.
D.S.: âTambién es un desafÃo para nosotros lograr que los matices lleguen al oÃdo, como por ejemplo canciones con cascabeles sonando, o hasta un serrucho, cosas que, por ejemplo, no se pueden notar en un show de un festival. La banda siempre estuvo identificada con fiesta absoluta. O con la protesta, aunque a lo sumo debemos tener diez canciones entre más de 200.
â¡Pero qué diez canciones!
D.S.: âSÃ, pero qué diez canciones de amor que tenemos, qué diez de barrio, qué diez de futbol... Ese anclaje te pone en un lugar de responsabilidad, aunque justamente uno haga música para lo contrario, para despojarse de responsabilidades. Para que sea tu personaje el que vomita todo eso.
â¿Cómo hacen para que ese personaje no se coma a la persona?
C.S.: âComo canta Palo Pandolfo: â¡Destruye el personaje y eleva el ser!â. Con los años fuimos aprendiendo que el personaje y el ego sirven para plantarse, decir e interpretar cosas arriba del escenario. Pero que, a su vez, saliendo de ese ámbito, sirve para muy pocas cosas más.
D.S.: â¿De qué carajo te sirve ese personaje cuando se te enferma un familiar o tenés un amigo en problemas? El pijama sirve mucho para poder hacer esa disociación. Te lo sacás y se termina todo. Como decÃa nuestro viejo compañero Osky Righi en broma cuando Ãbamos de gira por el exterior: âPoneme el pijama, que si no no me conoce nadieâ.
â¿Nunca pensaron en abandonar los pijamas?
C.S.: â¡Nunca! Una vez, en México, tuvimos que seguir camino sin ellos, porque los habÃamos dejado en una lavanderÃa que estaba cerrada cuando debÃamos irnos. Siempre tenemos varios, pero imaginate que acumulan trajÃn, olor a chivo⦠La cuestión es que, al show siguiente, invitamos al público a que nos trajeran los suyos y nos llenamos de pijamas. Fue increÃble.
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