Como en aquellos versos de Troilo (âAlguien dijo una vez que yo me fui de mi barrio; pero ¿cuándo?... ¡si siempre estoy llegando!â), Federico Gil Solá y su banda Exiliados, después de haberse ido (otra vez) durante once años, vuelven (de vuelta, nuevamente) con Operación Retorno. A veces vale la pena redundar. 1h386b
âEs el karma del exiliado: nunca terminamos de volverâ, dice el baterista. âY nos sentimos más cómodos durante el viaje que llegando a destino; mi viejo decÃa que, para muchos de sus amigos exiliados, el momento que más gozaron de su regreso a la Argentina fue en el avión, en vuelo, en el aire (se rÃe). Era su mayor felicidad⦠porque el arribo tiene sus consecuencias. Y eso describe también nuestros laburos, que siempre van hacia algo y siempre están en camino, no se sabe bien hacia dónde o hacia qué.â
â¿Cuántos âretornosâ viene acumulando?
âEmpecé a tocar la baterÃa en la Argentina cuando tenÃa 10 y luego, cuando mi familia no tuvo más remedio que exiliarse en los Estados Unidos, mi primer retorno a la baterÃa tardó varios años. Después, a los 18, cuando me mudé solo, fue otro âretornoâ: armé Wire Train, mi primera experiencia absolutamente profesional. Y cuando me fui de Wire Train también tuve la necesidad de dar un paso al costado y estuve un par de años sin tocar. Siempre me agarran ataques existenciales de â¡para qué!â y â¿por qué!â⦠Y â¿por qué el rock⦠¿Y la baterÃa para qué sirve? ¿Por qué sÃ?â. (Larga la carcajada)
â¿Alguien le contestó?
âNo, nunca⦠(risas). En realidad, también me hago la otra pregunta: â¿Por qué no?â. Me pregunto cualquier âpor quéâ de cualquier otra cosa, además.
Breve instructivo del vuelo de regreso: Federico Gil Solá âsegundo ex baterista de Divididosâ en 1988 se habÃa embolado con el ârock & rollâ (âo como se digaâ, dice). Luego de muchos laureles con Wire Train (la banda llegó a ser soporte de King Crimson; su disco fue elegido como âRevelaciónâ y con la bendición de Bono), el chico también âretornóâ de eso y se mandó a tocar percusión en San Francisco con una banda acústica, mucho antes de que existieran los unplugged. Otro retorno (uno más grande) fue volver a Buenos Aires. Y el otro retorno a los tambores fue enseguida, cuando fue a probarse (y quedó) para Divididos, en 1990; son un montón, los retornos. âSiempre hay una serie de avances, luego, pasos al costado que necesito para reagruparme y ver qué hacer.â
Cuando se fue de Divididos grabó Leaving Las Vergas (2001) y después armó la banda Exiliados para La suerte y la palabra (2005). â¿Qué pasó durante estos últimos once años? Pasó Cromañón y me di por vencido; me rehusé a pagar por tocar: esos hijos de puta ponÃan condiciones que otras bandas aceptaron en una actitud muy poco solidaria, además de suicida. Todo se hizo muy cuesta arriba, muy angustiante; me embolé de nuevo, y paramos un tiempo.â Federico se puso a dar clases de baterÃa; en 2010 volvió a escena con un precioso ciclo en el bar Libario junto a su esposa Laura Ros, también artista (editaron un gran DVD, Tercer jueves); tocó con Buenos Aires Negro, cuyo lÃder, Peche, falleció en 2011 (âhicimos cinco shows, no más; no existe ninguna otra banda asà en el mundoâ); casi consiguió otro GIT con Alfredo Toth y Pablo Guyot, proyecto pendiente; y se puso a trabajar con Tito Losavio y Gringui Herrera. âTito le querÃa poner a la banda LosavioâHerreraâGil Solá, pero no me quedaba simpático; yo preferÃa Plan Tito (risas). De nuevo, juego de palabras: ahora nos llamamos Cero estrés: se escribe 0S3.
â¿Cuándo tocan?
âNo sé, Tito está en Miami; cuando aparece, nos juntamos. Por eso es 0S3.
âOperación Retorno más de una vez remite al sonido distintivo de Divididos al que tanto usted contribuyó desde un folkloreârock que, hace un cuarto de siglo, resultaba raro. ¿Qué tanto tuvo que ver aquel aporte con su primer exilio?
âTodo, totalmente. Descubrà el rock argentino en los Estados Unidos; fue algo importantÃsimo para un chico de 12 años, hijo único sacado fuera de su paÃs, allá no habÃa una comunidad argentina en la cual apoyarme. Era justo la edad en la que precisás una⦠No me sale la palabraâ¦
âIdentidad.
âSÃ. Necesitaba agarrarme de lo que pudiera, para averiguar quién era yo. Mientras vivÃa en inglés me ayudaba mucho la literatura latinoamericana âGarcÃa Márquez, Cortázar, Onetti, Benedetti, Arlt, Sábato; todo, todo lo que se me cruzara por el caminoâ; musicalmente, el rock argentino fue como tener un amigo que me hablara en mi idioma. Mi abuelo me mandaba en paquetitos la revista Pelo y la Humor, y a algunos artistas los terminé escuchando âen reversaâ del tiempo: primero fue Invisible en el 76, y recién después llegué hasta Pescado y Almendra. Pero lo que me llamaba mucho la atención era cuando aparecÃa algún disco como Octubre, de Roque Narvaja, o el cuarto disco de León Gieco, o los Los Jaivas, o Arco Iris; ahà habÃa algo que para mà era interesante. Y también para los amigos que tenÃa allá (sonrÃe); a ellos les parecÃa más lÃcito aquello, y no los tipos que cantaban en castellano el rocanrol en inglés: era como escuchar un tango en finlandés. Cuando volvà a Buenos Aires lo primero que hice fue preguntarle a mi primo (Juan MartÃn, folklorista): â¿Dónde están las bandas de rocanrol que se mezclan con el folklore?â. Me contestó: âNo, no hayâ. Me puse a buscar y, efectivamente, no habÃa. Sucedió que fui a parar a Divididos, con tipos que conocÃan ese lenguaje aunque nunca lo habÃan utilizado. Yo tenÃa la pasión por tocar eso, pero nunca lo habÃa tocado; y lo metà en la banda. Aún hoy no sé tocar una chacarera o una zamba de manera formal; hago âmi versiónâ de eso. Son âaires deâ, por decir.
Y ahà fue Federico, con un poncho y arriba de un burro, al escenario de Obras Sanitarias en los inolvidables shows de Divididos apenas arrancaron los 90. El sentido del humor de Gil Solá es refinado y complejo; las letras explotan de juegos de palabras en castellano y en inglés: en este nuevo disco hay canciones que se llaman âOpo Gigioâ o âALCA hueteâ, y su propio isotipo de firma (FGS) remeda al de YPF. âEl doble sentido y la ironÃa siempre estuvieron conmigo desde chiquito: Les Luthiers, Monty Python⦠Mi abuelo materno, socialista antiperonista gorila, le hizo una genial poesÃa al Frejuli, si bien mi madre era peronista de izquierda; en casa todo se vivÃa a través del humor, mientras volaban las bombas y estaba La Triple A matando gente⦠El recurso del humor siempre es salvador. Pero, especÃficamente en mis letras, yo aprendà con Ricardo (Mollo) y Diego (Arnedo), ellos usan esa herramienta como protección, aunque les parecÃa más divertido lo escatológico; después, yo seguà por mi lado. A ver: Frank Zappa hacÃa la música más difÃcil del mundo y las letras parecÃan escritas por un preadolescente tonto⦠Es cierto: a veces me salen letras medio panfletarias, sobre todo cuando estoy enojado. Si los fachos quieren bajar la inimputabilidad a los 4 años, por las dudas⦠hablo de eso pero digo: â¡Sube el costo del tomate y baja laâ¦! Es difÃcil cantar la palabra âinimputabilidadâ (se rÃe).
Mañana es la presentación oficial de Operación Retorno en el Teatro del Viejo Mercado, a las 21 en Lavalle 3177. La banda cambió un poco: ahora son Damián Ferraris (cantante, aunque Federico va a cantar la mitad de los temas); Sebastián Bocha Villegas (bajista) y el guitarrista Patricio Ciavarella, quien es el hermano mayor de Catriel (curiosamente, el actual baterista de Divididos). En el show habrá invitados sorpresa; quizá, también, Catriel.
â¿Les mandó este nuevo disco a Mollo y a Arnedo?
âSÃ, se los mandé, y parece que les gustó, asà que estoy contento. Buena onda. Para que cuando les pida prestado al pibe para el show no se pongan celososâ¦
âY no le voy a preguntar por qué se fue de Divididos.
â¡Muchas gracias!
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