Son dos especies de alter egos, ubicados en sendos lados del RÃo de la Plata. Por momentos parece que se hubiesen criado juntos. Dos âhombres orquestaâ reunidos a la luz de una idea: hacer dos conciertos en una noche este viernes en La Trastienda. Ambos tienen, además, un mundo interior demasiado profundo, o âmejorâ demasiado hondo; con muchos animales recorriendo el interior de sus cabezas, con una vasta capacidad creativa y con las canciones más cÃnicas (sobre todo en el caso de Buscaglia) y con los ambientes más sarcásticos (mayormente en Krygier) de los últimos tiempos. Krygier (que tiene origen suizo y alguna vez fue parte de La Portuaria) editó Echale semilla!, Secreto y Malibú, y el año pasado dio a luz Zorzal, además de tener una larga lista de colaboraciones en el panorama internacional. Buscaglia editó en Argentina El evangelio según mi jardinero, donde reúne una catarata de buenas canciones y una lisergia poética propia de alguien que creció escuchando a Leo MaslÃah y haciendo un mix entre el candombe y la nueva trova uruguaya (si es que ésta existe, claro). Se encontraron en Cabo Polonio, aunque nunca se vieron allÃ. Krygier habÃa dejado una copia de su primer disco solista en un bar, que Buscaglia oyó, y preguntó por él, y luego lo descubrió. Krygier lo âconocióâ por una nota y se hizo âamigoâ cuando Buscaglia editó su disco por el sello de Los Años Luz. Por lo cual, hoy habrá encuentro de dos mundos en La Trastienda. kr27
â¿Cómo se encontraron?
MartÃn Buscaglia: âPor la música, más que por la carne y hueso. Música que conocà en un boliche de Cabo Polonio que no paraba de pasar temas de Echale semilla.
Axel Krygier: â... SÃ, yo estuve en Cabo Polonio y le dejé un disco mÃo a un tipo de un bar.
M. B.: âEsa fue la primera noción y con el tiempo El evangelio según mi jardinero salió en el mismo sello que el de Axel.
A. K.: âYo supe de él por una nota que hablaba las maravillas... Los Años Luz editó el disco y escuché El evangelio según... ¿mi jardinero? (le pregunta a Buscaglia).
M. B.: â... En realidad es mi jardinero, pero podemos decir que es como el tuyo también...
A. K.: âY fue como â¿por qué no lo escuché antes?â, porque suena muy grosso.
âHay un mundo interior muy grande en ambos, hay monstruos escondidos a la hora de la creación...
Ambos: â...
M. B.: âCuando toco como hombre orquesta, que no es siempre, pasan cosas muy disÃmiles y diferentes de lo que pasa tocando con una banda, sea más standard o estrafalaria. Y eso que decÃa que adentro podÃa haber más seres pasa en una misma canción, tocar un mismo tema, hay temas diferentes en el repertorio, pero generan otras cosas.
âEn el caso de Krygier hay una fuerte apuesta a la estructura, a los ambientes.
A. K.: âManejando las texturas de forma rÃtmica y juguetona: me divierto haciendo ese set.
â¿Qué los unió para decir âquiero tocar con vosâ, aunque suene cursi?
M. B.: âEs la misma manera en la que me coloco. Hay un lado experimental lúdico totalmente controlado por uno, el hecho de tocar sólo hace que pueda moldear realmente a mi antojo un tema sin dejar a nadie pagando. Pero en cada show hay temas, no es que sea todo una jam. En cada noche tengo momentos en que puedo retorcer la cosa para un lado o para otro. Sale de una cosa lúdica y eso te hace llegar a lugares buenos y además que son serios. Y en la música de Axel veo, en un disco, noto esa manera de entender la música. Es superabierta, peculiar y con esa cosa lúdica, pero sin ser un chiste: intenso y profundo.
A. K.: âEstoy de acuerdo en cuanto a la viceversa: la cuestión tÃmbrica y con algo que es un discurso no lineal.
M. B.: âA mà me gustarÃa tocar los vientos como él.
A. K.: âYo no sé hacer canciones, pero escuchando los ritmos de MartÃn uno dice cuánto juego...
âTambién pareciera unirlos cierta ironÃa y sarcasmo.
M. B.: âEs la manera natural en que tiendo a ver las cosas, incluso en los momentos en los que puedo ser dramático. Asà como otros ven todo con puñales en los ojos...
âEl antitango.
M. B.: âSiempre recuerdo la frase de Charly âtodo se construye y se destruye tan rápidamente, que no puedo dejar de sonreÃrâ. Eso se traduce en las letras. Ninguna de las canciones que hago es en joda, por más que en algún momento alguna cosa puede causar gracia, pero sin hacer un chiste. No es mi intención. Toda la vida sentà mucha iración y afinidad con los surrealistas o los movimientos ses, aunque hago canciones y candombe, con su discurso poético absurdo musical.
âPareciera que Axel lleva a la música esa ironÃa.
A. K.: âAquà vuelvo a acordar al collage: hay antecedentes de este modo de llegar a algo que son los surrealistas, o los dadaÃstas o lo que fuera. Pero si esa fuerza viene de uno también y uno está haciendo música, la descontextualización de los elementos produce lo mismo que en un collage surrealista que una cabeza de pájaro con un hombre con corbata. El uso de elementos produce algo. Son iluminaciones.
M. B.: âEs un momento hermoso en el que ellos te dominan un poco a vos, te encontrás llegando al lugar que tenÃas en la mente, pero no recorriste un sendero transitado.
âPero hay una cierta necesidad de materializar ese transcurrir, algo parecido a temas que empiezan y terminan. ¿Dónde está el corte, dónde el surrealismo o el dadaÃsmo se convierte en obra u objeto?
A. K.: âEs que sólo puede ser obra.
â¿Pero dónde está la canción?
A. K.: âCuando no te aburre.
M. B.: âEs difÃcil, pero no tiene una ley rÃgida, dos acordes con dos palabras y ya está, pero también se puede estar dos años buscando algo.
âY a la hora de llevar eso a la producción industrial, ¿es una molestia?
A. K.: âEn mi vida cotidiana hago música y de repente se me puede ocurrir grabar algo y, si me gusta lo suficiente, lo sigo trabajando en el tiempo, y cuando van tomando forma, tal vez es hora de sacar un disco. Cuando decido eso, empiezo a pensar en la tapa o el orden de los temas. Tampoco me pasó tantas veces: saqué apenas tres discos...
M. B.: âMe gusta también grabar y dejar todo dentro de un disco, por más que un disco sea una impresión de un momento que suenan asÃ. Las canciones continúan su vida también, algunas suenan parecidas al disco y otras no. En lo personal me da pena de la desaparición del disco, el concepto beatle de Sgt. Pepper. Me gusta mucho la colección de canciones en objetos. De poner a Joni Mitchell, que ella grabó cuando estaba enroscada en tales cosas. Y ahora que está desapareciendo el formato, me encanta conocer cosas asÃ, pero me gusta la obra.
â¿Les preocupan los nuevos formatos? Es curioso porque tiene que ver con cómo componen ustedes.
A. K.: âEstoy feliz tocando en vivo y deberÃa hacer un disco con lo que estoy tocando en vivo. Hay temas inéditos o que nunca serán editados. Hay muchas músicas que no edito jamás y quedan como obra privada. Yo tengo muchos entretemas: la base es la comunicación con el público. En realidad, lo fui aprendiendo muy de a poco. Tuve bandas que me costaba tanto hacerlas ensayar que en vivo era un director abocado, que estaba con un látigo tratando de que los músicos fueran para el lado correcto, que cambiaran de parte. De a poco fui encontrando mi espacio y ahora estoy bastante a pleno. También tengo una banda que funciona. Está en un buen momento, el hombre orquesta funciona sólo o con banda, es un repertorio parecido, y eso ayuda a que esté bien estructurado.
â¿Cómo van a encontrarse estos dos mundos?
M. B.: âEn España me habÃan agitado bastante con que tenÃa que hacer algo con Axel, o sea que es una cosa que estoy realmente deseoso de concretar. Haremos unos solos y unos siameses también. El Uruguay está divino, pero es muy chiquitito, es bueno venir. Acá hay una efusividad desacatada que cuando está a favor tuyo está buenÃsima, te da ganas de tocar más.
A. K.: âSiempre nos han influido muchÃsimo, desde MaslÃah; para mà en su momento me dieron la idea de que la intuición era correcta.
M. B.: âA MaslÃah lo venÃa escuchando en el barco, es un maestro.
â¿Hay conexión con el resto del mundo también?
A. K.: âTengo algunos proyectos... primero vamos a ir a Texas. Todo es muy under todavÃa.
M. B.: âUn disparador a este tipo de cosas es MySpace. Grabé cosas para Venezuela, para unos japoneses. Es una manera de estar en sintonÃa, y que puede ser generadora de cosas.
âEso contradice su preocupación por la obra.
M. B.: âMe chupa un huevo la industria, es una cosa mÃa. Pero la movida internauta genera cosas maravillosas.
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