âActualmente no se dispone de mayor informaciónâ, se lee en el link de la página web del Teatro Colón que conduce al Centro de Experimentación (CETC). A pesar de ser el único espacio escénico del máximo coliseo en condiciones de funcionar, el subsuelo reacondicionado y reinaugurado el año pasado pareciera no poder sustraerse al contexto de un teatro resignado a una temporada fragmentada âpor usar un eufemismoâ, en medio de interminables reestructuraciones edilicias, cuya realidad en general es tan compleja como incierto su futuro inmediato. Una programación aún no definida en su totalidad y la repentina ocupación de gran parte de su superficie con la muestra El mundo de Giuseppe Giacosa, como anticipo del museo que se inaugurará próximamente en ese lugar, son otros puntos espinosos en la gestión de ese sótano que desde hace años es lugar de experimentación, y por eso de vanguardia. âAl CETC lo instituimos durante mi gestión en 1990, porque entonces nos parecÃa inexplicable que un teatro como el Colón no tuviese un lugar para la experimentación, un espacio para poner en práctica actividades de creación a partir de prueba y error, para arriesgar estéticamenteâ, cuenta Sergio Renán. Desde entonces artistas de diversas disciplinas como Alfredo Arias, Mariano Etkin, León Ferrari, Gabriela Prado, Alejandro Tantanian, Edgardo Cozarinsky, por nombrar sólo algunos âademás de numerosos creadores jóvenesâ, contribuyeron con sus búsquedas a consolidar el perfil de una de las pocas instituciones del paÃs capaces de encargar obras originales, abordar nuevos repertorios y establecer cruces interdisciplinarios. âInclusive hubo producciones como Europera de John Cage o La ciudad ausente, de Gerardo Gandini y Ricardo Piglia, que se iniciaron en el CETC pero se dieron en la sala mayor, creando un tránsito de público muy interesanteâ, recuerda Renán. 5r467
Si bien las actividades del CETC comenzaron oficialmente el sábado con un concierto del Ensemble Nuove Forme Sonore âofrecido por el Instituto Italiano de Culturaâ, todavÃa no se definió la programación completa para esta temporada. âHay muchas cosas que todavÃa no están confirmadasâ, reconoce el músico Omar Cyrulnik, director del CETC desde diciembre. Entre lo ya pautado menciona al compositor y director Marcelo Delgado, que estará en junio, y anticipa además que en julio se pondrá la ópera Cenicienta de Marta Lambertini ââpara que los niños vayan al CETCââ, en agosto estará la coreógrafa sa MarÃa Donata DâUrso y en septiembre el compositor argentino radicado en Francia MartÃn Matalón. âDelgado interpretará a Messiaen, mientras que Matalón tendrá dos conciertos con su obras âexplicaâ; a esto último le estoy buscando la vuelta para concursar una coreografÃaâ. âTenemos numerosos proyectos âcontinúaâ, muchos de ellos presentados por los mismos cuerpos artÃsticos del Colón, porque el CETC debe ser del Colón y estoy decidido a correr ese riesgo.â
Por su parte, el compositor MartÃn Bauer, predecesor de Cyrulnik, asegura que al terminar su gestión en diciembre dejó avanzada una programación para este año, con ocho tÃtulos, además de un proyecto de creadores residentes para componer microóperas. âLo único que puedo decir es que durante cinco años trabajamos muchÃsimo; pensamos y discutimos ese espacio con mucha intensidad y logramos producciones importantes, pero sobre todo sembramos el terreno para que sea un lugar de experimentaciónâ, comenta Bauer. La coreógrafa Diana Theochraridis, subdirectora del centro durante la gestión de Bauer, va más allá. âMe alegrarÃa si se diese una continuidad artÃstica âexplicaâ; naturalmente cada gestión puede tener su manera de hacer las cosas, pero hay una cuestión de fondo que hace al sentido del Centro de Experimentación.â âLo que me molesta es que no se declare que una parte de la programación actual viene de antes. Nosotros establecimos los os, hicimos esas gestiones y las concretamos. Matalón, por ejemplo, tenÃa que venir para hacer un espectáculo escénico y no solamente dos conciertos, como se anunciaâ, agrega.
Cualquier discusión sobre lo que deberÃa ser la programación en un ámbito como el del CETC se vuelve vana cuando el espacio fÃsico que fue privilegiado para ampliar el horizonte de lo posible de pronto se ocupa para consagrar la conservación. Un museo en el lugar de un centro de experimentación es casi una provocación y hasta podrÃa parecer una broma, si no se explicase desde las asperezas naturales que produce un lugar de vanguardias dentro un espacio tradicional como es un teatro de ópera. Y estas tensiones que alguna vez fueron fértiles para la creatividad hoy recrudecen a partir de un gesto que en la coyuntura es la clara definición del perfil de una gestión. âNo sé qué va a pasar con el espacio, esperemos âse defiende Cyrulnikâ. Sanguinetti es el director general del Colón y si considera que hay que hacer un museo tendrá sus razones. Por ahora hay una muestra y no sé hasta cuándo estará; espero que no mucho, además porque el Colón merece un museo más grande que ese espacio.â
âSi el Colón necesita un museo de ópera no tiene por qué afectar al Centro de Experimentación âopina Renánâ, que sà podrÃa cambiar de lugar, pero hay que tener en cuenta que los espacios son condicionantes para la creación; en este caso reducir el espacio quiere decir reducir la capacidad de producción y la llegada al público. No es posible hacer eso.â âHay que tener una cabeza menos tradicionalista y apoyar a las vanguardias âcomenta el artista plástico León Ferrari, que en 1994 formó parte de Enclaves, una producción multidisciplinaria del CETCâ, pero creo que no es el caso de esta gente. En un principio todo fue vanguardia, por eso el hecho de que un teatro como el Colón se levante sobre un sótano de experimentación tiene un significado trascendente. Es una lástima que no se conserven las cosas que funcionan bien.â
âMe parece que se está defendiendo sólo un espacio fÃsico âsospecha Cyrulnikâ. ¿Qué pasa si el Master Plan decide que es necesario cerrar todo el teatro? ¿Desaparece el CETC? No creo, simplemente seguiremos en otros lugares.â âEs cierto que el CETC no es sólo un espacio fÃsico âreflexiona Theo-chraridisâ , en los últimos años hubo migraciones al Centro Cultural Recoleta o al Museo de Arte Moderno y siguió siendo el CETC; de todas maneras ese sótano es el espacio que le dio identidad al centro, el que inspiró obras, permitió la creación de nuevos repertorios, el intercambio entre artistas locales y extranjeros. Ese deber ser un espacio para la creación y la circulación del arte, ésa es una misión que no se puede dejar de lado, de otra manera el centro perderÃa su razón de ser.â
© 2000-2022 pagina12-ar.informativomineiro.com|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.