Oriente ha sido siempre un escenario exótico preferido por escritores, cineastas y teatristas para contar intensas historias de amor. Asà lo testimonian Madame Butterfly, de David Belasco (luego convertida en ópera por Giacomo Puccini y en pelÃcula por Frederic Mitterand), Ana y el rey (llevada al cine primero por John Cromwell y luego por Andy Tennant y al teatro por Walter Lang) y Miss Saigon, el musical de Claude Michel Schönberg y Alain Boublil, entre otros casos famosos. Pero si hubiera que elegir una representante del género âllamémoslo historias de amor enmarcadas en la cultura oriental, aunque contadas desde una perspectiva occidentalâ, un nombre saltarÃa inmediatamente a la vista: Marguerite Duras. El amante y El amante de la China del Norte, dos de sus novelas más populares, podrÃan ser prueba de ello, al igual que su trabajo como guionista en la pelÃcula Hiroshima mon amour, de Alain Resnais. Pero, fundamentalmente, es su historia personal âla cual tiñe muchos de sus relatosâ la que coloca a esta prolÃfica novelista, guionista y dramaturga en ese lugar liminal entre Oriente y Occidente. Porque Duras nació en Gia Dinh, en los alrededores de Saigón, y murió en ParÃs. Lo primero sucedió el 4 de abril de 1914, unas semanas antes de que estallara la Primera Guerra Mundial; lo segundo, el 3 de marzo de 1996, hace exactamente 10 años. Su verdadero nombre fue Marguerite Donnadieu, el cual sustituyó al momento de publicar su primera obra âLos imprudentes (1943)â por el seudónimo de Duras, nombre de un pueblo del sudoeste de Francia del cual procedÃa su familia paterna. Hija de un profesor de matemáticas que daba clases en Tonkin, Cochinchina y Camboya y una mujer proveniente de una granja de la región sa de PicardÃa, Duras pasó toda su infancia en Vietnam. Tras la muerte de su padre en 1921 âque habÃa regresado a su Francia natal por cuestiones de saludâ, su madre Marie Legrand decidió permanecer en Saigón con sus dos hijos y la pequeña Marguerite de 4 años, hasta 1923, cuando se instaló en Vinh Long, en el delta de Mekong. A los 18 años, luego de terminar su bachillerato, Duras partió hacia Francia para continuar sus estudios. Pero más que el derecho âcarrera que finalmente terminó en 1963â a Duras le atraÃan las letras. AsÃ, a Los imprudentes le siguieron La vida tranquila en 1944 (primera novela editada por el sello Gallimard, que publicarÃa luego gran parte de su obra) y la reconocida Un dique contra el PacÃfico, en 1950. Para esta época, Duras, de 36 años, ya habÃa vivido bastante: habÃa contraÃdo matrimonio con Robert Antelme, para luego divorciarse tras la muerte de su primogénito y volverse a casar con un amigo de su primer marido, Dionys Mascolo, con el que rápidamente tuvo un hijo: Jean. Fue justamente durante la infancia de Jean que Duras escribió Un dique..., un fresco inspirado en su juventud. Más tarde fue el turno de Los caballitos de Tarquinia (1953) y la historia de dos parejas que, durante sus vacaciones en Italia, se enfrentan al aburrimiento que produce no saber bien qué hacer con tanta libertad, para pronto pasar a preocuparse sólo por el deseo propio y el ser deseado por el otro, en una permanente búsqueda por reafirmar su existencia. Y luego, Moderato Cantabile (1958), novela en la que relata la historia de una madre tironeada entre su propio instinto materno y los dictámenes de una estricta profesora de piano. Esta última producción coincide con el perÃodo en que la autora comienza a trabajar en adaptaciones teatrales y cinematográficas de sus primeros textos junto a Gérard Jarlot. AsÃ, en ese mismo año se estrena Un dique contra el PacÃfico, con dirección de René Clement. Pero el primer film por el que realmente se la reconocerÃa como guionista y puestista serÃa Hiroshima mon amour, en el que Duras trabajó codo a codo con Alain Resnais. La diversidad de su obra, que abarca diversos soportes, hizo que la autora fuera ampliamente conocida en la Francia de los â60 y â70. Como dramaturga escribió tres tomos llamados Teatro, en los que incluyó varias piezas pensadas para la puesta en escena. Como guionista de cine trabajó hasta 1969, cuando decidió que serÃa ella misma quien encararÃa toda la realización de sus proyectos audiovisuales. Entre sus pelÃculas se destacan La música (1969), India Song (1973) âambas también fueron realizadas en teatroâ y El camión, en la que Duras se luce también como actriz. Pero la autora de El amor (1971) y El arrebato de Lol V. Stein (1964) no fue sólo una experta en tramar historias de amor y desencuentros. También fue una activista polÃtica: perteneció al Partido Comunista Francés hasta 1950, militó activamente contra la guerra de Algeria y fue una de las firmantes del Manifiesto de los 121, contra la represión colonial en Africa y a favor del derecho a la insubordinación de ciudadanos y soldados ses durante la guerra. La década del â80 fue prolÃfica para la autora, que ya rondaba los 70 años. Produjo Diálogos de Roma junto con la RAI italiana, entre otras muchas obras de cine y teatro. En 1984 llegó El amante, su novela autobiográfica en la que Duras retoma los avatares de su infancia en Indochina, reconocida en el mundo entero y por la que obtuvo el Goncourt, el más prestigioso premio literario de Francia. Tras el galardón, El amante llegó a traducirse a unos cuarenta idiomas y tener una tirada de tres millones de ejemplares, un éxito que se intensificó con el estreno de la pelÃcula de Jean-Jacques Annaud. Los â90 no detuvieron a esta productiva trabajadora de la cultura que publicó, entre otras novelas, El amante de la China del Norte (1991), Escribir (1993) y Esto es todo (1995), su último roman. En 1997 el sello Gallimard editó una última obra, póstuma, de la autora: un compilado de novelas y otros escritos para teatro y cine, representativos de sus 50 años de trayectoria. Cincuenta años a lo largo de los cuales la que alguna vez fue una sensual jovencita del perÃodo de entreguerras âde vestido de seda natural, zapatos de lamé dorado y un inusual sombrero de hombre de ala plana, como ella misma se describe en El amanteâ publicó 47 libros, escribió 13 obras teatrales (originales y adaptadas) y participó de 21 pelÃculas. Relatos que dejan entrever en mayor o menor medida las cicatrices que la vida imprimió en esa joven nacida en Saigón en 1914. Casi 82 años más tarde, una larga enfermedad se llevó a esa mujer. Informe: Alina Mazzaferro. 2t5354
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