Desde Cannes 27g65
Ethan Hawke, Dennis Hopper, Milos Forman, Robert Crumb, Janis Joplin, Sid Vicious, William S. Burroughs, Andy Warhol, Jerry GarcÃa. ¿Qué pelÃcula podÃa sumar en Cannes este elenco de vivos y de muertos? Chelsea on the Rocks, el documental que Abel Ferrara le dedicó a uno de los más legendarios edificios de Nueva York, el Chelsea Hotel. Allà vivieron y escribieron y crearon desde Dylan Thomas hasta Bob Dylan, pasando por Tennessee Williams, Sam Shepard, Charles Bukowski, Jimi Hendrix, Arthur Miller, Patti Smith, Leonard Cohen y siguen las firmas. Con todos esos fantasmas y algunos más, Ferrara âque el año pasado presentó aquà en Cannes Go Go Tales, una suerte de réquiem lúdico a un cabaret en decadencia, visto también en el último Baficiâ se dedica a rastrear la historia de este monumento de la cultura underground, que fue escenario de la mejor y más famosa pelÃcula de Andy Warhol, Chelsea Girls, y que ahora, también como el cabaret de su pelÃcula anterior, está por dejar de ser lo que era para caer en unas manos mercenarias, que piensan cobrar hasta 900 dólares la noche sólo por dormir rodeado de esa aura.
No hay nada de melancolÃa o nostalgia en el film de Ferrara, que derrocha una energÃa inagotable recorriendo escaleras y pasillos, encontrando a los últimos supervivientes y escuchando sus historias increÃbles, que hablan de un lugar privilegiado, donde parecen haberse concentrado las musas. El material de archivo no es mucho, pero es valioso: Burroughs y Warhol charlando como buenos amigos en un cuarto del Chelsea, o Janis Joplin y Jerry GarcÃa improvisando un blues con una botella de ginebra siempre a mano. El héroe de la pelÃcula, sin embargo, es Stanley Bard, del hotel por casi medio siglo, el hombre que logró reunir en el Chelsea a toda esa gente, que hizo de ese espacio un referente de la cultura underground de Nueva York y que ahora acaba de perder el control económico del hotel a manos de un grupo de accionistas dedicados a echar a los últimos inquilinos permanentes. Todo un signo de los tiempos.
La pelÃcula del neoyorquino Ferrara âestrenada fuera de concursoâ fue casi una excepción en el último tramo del festival, dominado por el cine europeo. Con Palermo Shooting, el alemán Wim Wenders confirmó lo que ya vienen expresando todos sus últimos trabajos: que ya nunca volverá a ser el gran director de Alicia en las ciudades y El amigo americano. Aquà Wenders no podrÃa mostrarse más elemental: la historia de un frÃvolo fotógrafo de modas (encarnado por Campino, el cantante del grupo de rock alemán Die Toten Hosen) que descubre su ser interior durante un viaje a Sicilia está narrada con una estética tan escandalosamente publicitaria que va en contra de todo aquello que se supone quiere decir la pelÃcula.
A pesar de su estilo rimbombante, mucho más atractiva resulta Il Divo, del italiano Paolo Sorrentino, un director acostumbrado a desplegar una baterÃa de shocks de imágenes y sonidos y que aquà los aplica a una figura tabú de la polÃtica italiana, Guido Andreotti, el histórico lÃder de la Democracia Cristiana, que fue quien más veces estuvo al frente del gobierno de su paÃs. La lectura que hace Sorrentino del personaje âsospechado de vinculaciones con la mafia, la logia P2 y con los rincones más oscuros del Vaticanoâ es, sin duda, superficial, pero no deja de ser una curiosidad en el cine polÃtico italiano, acostumbrado a tratar estos temas con una solemnidad para la cual aquà no hay lugar.
Finalmente, con el último aliento, llegó a la competencia oficial Entre les murs, la nueva pelÃcula de Laurent Cantet y la tercera sa en concurso, después de Un conte de Noël, de Arnaud Desplechin, y La frontière de lâaube, de Philippe Garrel. El director de Recursos humanos y El empleo del tiempo se introduce ahora en el problema de la educación pública: un profesor de colegio secundario se enfrenta a los desafÃos que le propone el heterogéneo grupo de chicos del que le toca ser tutor y sale relativamente airoso. Como el propio Cantet, que filma esas clases con vigor y verdad, y que muy probablemente aspire a uno de los premios que se darán en la noche de clausura de hoy.
¿Y el cine argentino, tiene chances? La mujer sin cabeza, de Lucrecia Martel, despertó en la prensa reacciones tan diversas que ese mismo abanico âque va de la iración al rechazoâ seguramente se va a repetir en el jurado, por lo cual aquà hay un final muy abierto. Más factible resulta un premio para Leonera, de Pablo Trapero, donde su protagonista, Martina Guzmán cotiza alto para el premio a la mejor actriz. En cuanto a la Palma de Oro, la candidata más firme parece The Exchange, que supondrÃa para Clint Eastwood su consagración en Cannes, donde ya estuvo cuatro veces antes en competencia. Quizá la quinta sea la vencida.
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