En estos dÃas se presenta en el Museo Evita una breve antologÃa de Ricardo Carpani (1930-1997). Pinturas, dibujos, afiches y una escultura, junto con una serie complementaria de fotografÃas que trazan algunos hitos en el itinerario del artista. 4943e
Para Carpani, el arte debe cumplir una función social. En este sentido, después de su viaje de iniciación por Europa a los veinte años y luego de haber pasado por el atelier de Emilio Pettoruti y de haber realizado su primera exposición en 1957, finaliza la década del â50 con la conformación del Movimiento Espartaco, integrado por un conjunto de artistas que reivindicaba el arte polÃtico en el contexto del arte regional e internacional, y padeciendo las consecuencias del golpe de Estado de 1955, con el peronismo proscripto. El arte funciona también como una herramienta que actúa sobre la realidad.
En un largo manifiesto de 1961, donde el grupo Espartaco fija su poética y su polÃtica, el documento postula en su parte final: âDe las manos de la nueva generación de artistas latinoamericanos habrá de salir el arte de este continente, que aún no ha realizado su unidad; quizá le esté reservado por este arte revolucionario realizarla antes en la esfera creadora como sÃntoma de la inevitable unificación polÃtica. Pues no serÃa la primera vez en la historia que el arte se anticipa a los hechos económicos o polÃticos, y tal vez en ello reside su grandeza. Partiendo de la realidad, la prefigura y la renueva. Estos objetivos se cumplirán mediante una doble acción: el arte no puede ni debe estar desligado de la acción polÃtica y de la difusión militante y educadora de las obras en realización. El arte revolucionario latinoamericano debe surgir, en sÃntesis, como expresión monumental y pública. El pueblo que lo nutre deberá verlo en su vida cotidiana. De la pintura de caballete, como lujoso vicio solitario, hay que pasar resueltamente al arte de masas, es decir, al arteâ.
La práctica artÃstica y polÃtica incluye la realización de murales para varios sindicatos y afiches para la CGT. La difusión, la circulación, el componente de narración visual y didáctico formaba parte de la ideologÃa artÃstica del grupo. En 1961, Carpani publica Arte y revolución en América latina y, al año siguiente, La polÃtica en el arte.
En la década del â70, a causa de la violencia polÃtica y luego por el golpe de Estado y la instauración de la última dictadura, Carpani se exilia en España. Viaja por Europa y Estados Unidos, va a Cuba y a México, también a Ecuador. Presenta exposiciones individuales en Italia, Suecia, Alemania, Holanda y en varias ciudades españolas. Participa también de exhibiciones colectivas en Madrid y Venecia.
Con la recuperación de la democracia, vuelve al paÃs, donde participa activamente a través de muestras en instituciones públicas y privadas.
En la obra y el imaginario artÃstico de Carpani se cruzan historia y mitologÃa: las luchas obreras y sindicales, construidas como escenas heroicas derivadas de la mitologÃa; puños en alto, rostros airados; cuerpos de musculatura tensa, actitudes desafiantes recorren las pinturas y dibujos del artista, tanto como evocación de la historia argentina como regional.
Las preocupaciones de Carpani âdonde la perspectiva está puesta en las luchas sociales y el perfil de sus personajes se constituye como el de figuras olÃmpicasâ se vuelcan en una producción que siempre busca ser comprendida y en donde toda emocionalidad y toda expresión apunta a la comunicación con el espectador, sin mediaciones.
Entre sus últimas series pintó un conjunto de cuadros (algunos de los cuales está exhibido en la muestra), donde combina ciertos elementos constitutivos de lo urbano (porteño) en medio de vegetaciones selváticas.
* En el Museo Evita, Lafinur 2988, hasta el 3 de agosto.
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