En 1975, conmovido por la muerte de AnÃbal Troilo, el más grande entre sus pichones le tributaba un homenaje seminal: la âSuite Troilianaâ, una obra de cuatro movimientos que, viene muy al caso, fue ejecutada por su Conjunto Electrónico. Al año, con la misma formación, Astor Piazzolla presentó 500 motivaciones en el Teatro Gran Rex, con importante asistencia rockera y, un semestre después, repitió en el Teatro Olympia de ParÃs. Era la época del jazz rock o, dicho en argentino, del tango-rock con marco de jazz. âPiazzolla estaba muy interesado en esoâ, asevera Pipo Lernoud a Página/12. No es teorÃa ni relectura de fuentes ajenas. El creador de El Expreso Imaginario trabó relación in situ con aquel Piazzolla electrizado con y por la época, y lo entrevistó dos veces. Una en el â75, por encargo de una revista colombiana, y otra para un especial de El Expreso centrado en el vÃnculo entre tango y rock. Y ambas (publicadas en el debut y en el número 5 de El Expreso respectivamente) dieron testimonio de un Piazzolla navegando por las aguas musicales complejas, enmarañadas y vitales de la época. âLa verdad que me sorprendió, porque creÃamos que era un chinchudo que se peleaba con todo el mundo y que consideraba al rock como una cosa menor, pero salió diciendo que respetaba mucho a los músicos de rock, que le gustaban Charly y Spinetta, y que era un momento interesante para esa músicaâ, evoca uno de los seres fundacionales del periodismo de rock en Argentina. 2d2p51
âLa época de los bandoneones de Rodolfo Mederos y Daniel Binelli en Invisible. O de Alas y los experimentos cruzados del mismo Binelli con Gustavo Moretto y Pedro Aznar...
âSÃ. De mucha madurez, ¿no?: Charly habÃa hecho âTango en segundaâ; Luis, âLas golondrinas de Plaza de Mayoâ, Mederos y Binelli se habÃan acercado al rock. HabÃa una apertura de ambos lados, una iración, una voluntad de conocerse más. Los músicos argentinos, empezando por Litto Nebbia, tenÃan una iración total por Piazzolla. Yo creo que esa impronta de alguna manera cruzó a Piazzolla, aunque su apertura venÃa más por el lado de la evolución del jazz rock que por el rock en sÃ. Le interesaba muchÃsimo lo que pasaba con Chick Corea: el uso de máquinas nuevas, sintetizadores, arreglos complejos con más cortes, y también con Emerson, Lake & Palmer.
âLlegó hasta las fronteras con Emerson, podrÃa decirse.
âTal cual, sÃ. En ese momento, él aún estaba muy discutido dentro del tango, e incluso respondÃa con una confrontación permanente y sin diplomacia (risas). Se habÃa peleado con todo el mundo y dentro de ese género tenÃa mucha oposición por eso de meter ruidos raros, arreglos extraños, en fin... Entonces, en el pico de esta situación de soledad, mi sensación es que encontró en la evolución musical que se daba por entonces algo familiar con su propia música. Me refiero al jazz rock, y al rock como música progresiva y compleja. Creo que, de alguna forma, se acercó a ese sonido. O sintió que habÃa una apertura musical hacia la complejidad, el uso de armonÃas y tiempos diferentes, que tenÃa mucho que ver con sus intenciones en ese momento. De alguna manera, el rock lo estaba cruzando y su participación en el festival de jazz de San Pablo también dio testimonio de eso.
La referencia de Lernoud enraÃza con otra instancia en la que le tocó indagar en el Piazzolla ârockerâ. Fue en 1979, y la Expreso dio cuenta de aquel festival apoteótico, en el que Piazzolla fue figura principal. La crónica le pertenece a Alfredo Rosso, pero Lernoud también puede dar cuenta. âEstaban Dizzy Gillespie, Chick Corea, John McLaughlin, en fin, un cartel impresionante y, cuando Corea terminó de tocar, dijo âles pido especialmente que escuchen lo siguiente porque es lo mejor que está pasando en el planetaâ. Y salió Piazzolla. De pronto, el tipo que era su puente hacia otras músicas lo reconoció públicamente. Lo mismo hicieron McLaughlin y Gismonti: fue un recital descojonante. Yo nunca habÃa visto a Piazzolla improvisar en el bandoneón con una libertad y una fiereza impresionantes. En general, sus arreglos eran bastante compactos, pero esto era otra cosa. Piazzolla fue el héroe de ese festival y él estaba refeliz, porque le habÃa entrado por la gente del rock un reconocimiento que no le brindaba la gente del tango... un reconocimiento que venÃa desde siempre, ¿no?, porque yo creo que no se puede hablar del primer disco de Almendra, del primer disco de Manal o del primer disco de Arco Iris sin mencionar a Piazzolla. El está presente en âAvellaneda Bluesâ, en âLaura vaâ y en la parte de âAdiós Noninoâ que usa Arco Iris en el disco rosa. El está en el origen del rock argentino.
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