Leonardo será siempre un punto de referencia porque nos deja un imaginario único, creado por él mismo para contar la ciencia y los devenires de ese conocimiento humano, demasiado humano, sus marchas y contramarchas. ¿Hay un imaginario de Leonardo Moledo? SÃ, una suerte de constelación de valores, ideas y principios encajados en una estética existencial y erudita, junto a la historia universal de todo, orbitando a bordo de la cucharita que revuelve el enésimo café en la tertulia demorada de La OrquÃdea, en el barrio de Almagro, su lugar en el mundo. 4w1p6q
Despelotado, distraÃdo y a contramano del mundo, Leonardo estaba dotado de un extraordinario sentido del humor, de una capacidad de análisis corrosivo, era amante de lo refinado y el enemigo de toda solemnidad. PodrÃa haber sido un escritor convencional, pero eligió ser el jinete hipotético, vértigo e insomnio que no son para cualquiera y menos para alguien incapaz de subirse a un caballo empÃrico, pero no importa. Asà como no era un pensador superfluo, tampoco era un escritor ligero. Tal vez sin querer decidió que su escritura âsus cuentos, sus contratapas en Página/12â fuera hecha para pentagramas y no para respetar rectos renglones.
Muchos por estos dÃas rescatan su agudeza poco común para analizar los más diversos temas de la ciencia y la tecnologÃa en el contexto de la cultura contemporánea y de las grandes corrientes del pensamiento. Es también una sensible pérdida para el campo de la comunicación de la ciencia, que mucho debe a sus aportes. Comparto valoraciones como ésas. âNo es tan asÃâ, refutarÃa Leonardo, con ese tic contestatario de cada vez que se afirmaba algo con una vehemencia que lo incomodaba. Pero en estas horas de introspección, tras tantos meses de dolor, la ausencia hoy de Leonardo, mi querido tovarich, ha dejado un gran vacÃo.
© 2000-2022 pagina12-ar.informativomineiro.com|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.