Quizá, a diferencia de lo que decÃa este polémico gurú, los habitués de + 160 no consideren que bailar sea una meditación sino un simple pasatiempo.
Sea como fuere, deben ser las 4 de la mañana, ya es miércoles, y la gente está ahÃ, vitoreando a la muchacha de los vinilos, en completa empatÃa con la VJ, que en simultáneo proyecta imágenes y potencia la experiencia. Desde sus inicios, a mediados de los â90, el drum & bass siempre fue la oveja negra de la música electrónica: su propuesta, la música âjungleâ, es demasiado demandante, casi lo opuesto a la marcial languidez de seguir un bombo en negra, regular, monótono, parejo...
Bailar jungle es más bien como un vudú digital: hay que estar poseÃdo para bailarlo.
âA mà me gusta bailar, aunque reconozco que hace mucho que no salgo. Pero porque mi energÃa está puesta en esto: a mà pasar música me genera alivioâ, acepta MagalÃ, que bajo su tranquilidad esconde su gusto por la electrónica más volcánica.
âLa gente a veces me pregunta: ¿cómo se baila esto? Alguno directamente te tira que no le gusta porque no sabe cómo bailarlo.â
A Magalà le dicen desde siempre âchinaâ, quizá por sus ojos azules ligeramente achinados. Fue otro amigo, amigo esta vez sin comillas, que le puso un dÃa su nombre artÃstico: âVos sos Maga Lee, como Bruce Leeâ. Y es que hay que tener coraje para animarse a ser Dj siendo mujer, ¡y más pasando drum & bass!.
Maga Lee tiene el doble mérito de haber desoÃdo aquella triste frase peyorativa y de ser la Princesa del Drum & Bass local (cuyo rey serÃa seguramente Bad Boy Orange).
âNo, no me siento la Reina del Drum & Bass, porque estoy todavÃa aprendiendo: hay cosas que hace muy poco que aprendÃ. Ahora estoy tranquila, al principio me ponÃa nerviosa, ahora estoy mejorando mucho. ¡Hasta mi amigo me dijo que estoy pinchando mejor! De Orange aprendà mucho, pero todavÃa tengo mucho que aprender.â
TodavÃa se acuerda de la primera vez que escuchó Drum & Bass, a principios del año 2000. âYo iba a fiestas electrónicas, y bailaba techno, pero la verdad es que un poco me aburrÃa. Y un dÃa escuche a Bad Boy Orange.. fue como enamorarme. Y tuve suerte, porque un amigo (siempre hay un amigo) me regaló unos vinilos de Photek.â
Maga Lee ya tiene su propio club de fans, algo que Internet también facilita .
âLa función del Dj es la de hacer bailar a la gente y sé que a mà me convocan porque logro esoâ, acepta Maga Lee y enumera otras dos leyes de oro para ser Dj, más importante que cualquier género, raza, o color. âYo soy melómana. Amo los discos. Y segundo, pase lo que pase económicamente: ¡no hay que vender los discos! ¡Nunca!â Estamos hablando de vinilos, claro.
Igualmente, Maga Lee me comenta que hace rato que no compra discos. âImaginate mi viejo, que vive en González Catán y que ve que lo único que compré en mi vida fueron vinilos. Me pregunta, casi asustado: ¿para qué te querés comprar más vinilos? ¡si tenés un montón!, se sonrÃe, con ternura filial.
Ahà está el secreto: basta escucharla hablar sobre el Soulfull, el Jum Up, el Tech Step, el Dark Step, el Hard Step o el Liquid Funk para entender que el drum & bass tiene sus secretos. âEl drum & bass no es para cualquiera. Hay gente que flashea y es la primer vez que lo escucha y gente que baila mucho pero al jungla siempre le escapa. Y te digo una cosa: hay gente que disfruta la música sentada.â A pesar de que el 80 por ciento de sus fans son hombres, y de ser una sex symbol del drum & bass, Maga Lee está sola, aunque siempre hace mención a sus âamigosâ: âEstá bueno estar solo: mejor estar solo que mal acompañado. Pero me gusta estar en Buenos Aires. Varias veces me dijeron, gente de Inglaterra, que tenÃa que ir a Londres, o Bristol, porque hay mucho drum & bass y no hay mujeres, que me va a ir bien. Yo todavÃa estoy aprendiendo, aunque más adelante no lo descarto. Igual he escuchado a mujeres Djs extranjeras que les pasan el trapo a la mayorÃa de los Djs que andan por ahÃâ.
© 2000-2022 pagina12-ar.informativomineiro.com|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.