âPara el teólogo Santo Tomas de Aquino la vida se transformaba en humana cuando habÃa animación y esto era a los cuarenta dÃas en el caso de los hombres y a los noventa dÃas en el caso de las mujeres (¡porque somos más lentas¡) pero no desde la gestación. Es importante saber que en la doctrina hay diferentes posiciones y en la Iglesia Católica también hay distintas expresiones como la teologÃa feminista (que interpreta a la Biblia con ojos de mujer) o la teologÃa de la liberaciónâ, explicó MarÃa Teresa Bosio, integrante de Católicas por el Derecho a Decidir. Ella trasciende la teorÃa y lleva a la práctica la fe en el apoyo al proyecto por el aborto legal, seguro y gratuito que ya está en el centro del debate social en lo que resta de este año y del que viene. 544958
âNosotras somos disidentes de la jerarquÃa católica, pero queremos ser parte de ella. Hay muchas mujeres y varones que piensan como nosotras a favor de la despenalización del aborto porque genera vÃctimas dentro de los sectores más pobresâ, resalta. âEl aborto no es nuevo y tampoco el rechazo de la Iglesia. Pero sà ha cambiado la posición católica que no fue igual en toda su historiaâ, relató la filósofa feminista y legisladora porteña (hasta el 10 de diciembre) Diana MaffÃa. âEl maestro Aristóteles decÃa que todos los seres humanos estaban destinados a ser perfectos (o sea, varones), pero que a las mujeres nos faltaba un poco de cocción. Somos como un microondas falladoâ, ironiza MaffÃa. âMientras que Santo Tomás y San AgustÃn deberÃan ser excomulgados antes que las feministasâ, aleccionó, aun con ironÃa redoblada por su concepción sobre el comienzo de la vida. Y argumentó: âEs la mujer la que tiene que tomar una decisión ante el conflicto moral. El problema es que la imperfección que se nos ha asignado históricamente âpor ser supuestas portadoras de una racionalidad de segundaâ es la que justifica que no podemos tomar nuestra decisión sin preguntarle al juez, al médico, al marido o al cura simplemente porque, según esa antigua concepción, sus embriones cuajaron antes que el de las mujeres. Es interesante que la Iglesia descalifica a las mujeres que ponemos el cuerpo, la subjetividad, el intelecto y las emociones para que el embrión crezca. Ya que, aún con su concepción, el embrión no crece solo, sino gracias a las mujeresâ.
â¿Por qué tenemos que aceptar la visión homogénea que determina quién es persona y quién no? âcuestionó el rabino Daniel Goldman, de la Comunidad Bet El, en un debate sobre religión y aborto convocado por la diputada Cecilia Merchán en el Congresoâ. En la tradición judÃa hay una gran discusión acerca de si el feto es persona. La madre, en caso de peligro, tiene derecho por sobre la vida del hijo. Decimos peligro fÃsico, psÃquico, y yo le agregarÃa peligro con responsabilidad social. Asà que este es un buen comienzo.â
âEl año de la vidaâ, caratuló el Episcopado Argentino al 2011 con el afán de âpriorizar en nuestra patria el derecho a la vida en todas sus manifestaciones poniendo especial atención en los niños por nacer como en nuestros hermanos que crecen en la pobreza y marginalidadâ. Sin embargo, hay otros religiosos y religiosas que también luchan por la vida pero con otra visión de la y las vidas. âNo sólo creyentes, sino creÃblesâ, es una frase de monseñor Pedro Casaldáliga que, tal vez, resuma no sólo posturas personales, sino la posibilidad de tener otras posturas ante los retos de la vida sin abandonar la fe. Es el caso del presbÃtero cordobés Guillermo âQuitoâ Mariani, quien después de publicar su libro Sin tapujos âen donde relataba una experiencia amorosa de su juventudâ, fue castigado por la jerarquÃa eclesiástica. âEn la Iglesia hay dos lÃneas âargumenta Marianiâ. La conservadora tradicional y la que surgió luego del Concilio Vaticano Segundo. Esta lÃnea, que vino con toda una serie de cambios que se estaban dando en la sociedad, apareció como irrefrenable, pero al tiempo reaccionó la postura conservadora que se puso a la defensiva. En este sentido, la posición de no dar el debate ignora los derechos de la sociedad civil. Además, su calificación del aborto âcomo una interrupción de la fecundaciónâ tiene un sustento poco cientÃfico. En su historia, la Iglesia fue incorporando los avances cientÃficos. ¿Por qué ahora no? Es una cuestión de autoritarismo.â
âSe ha manejado desde la tradición judeo cristiana el tema de la culpa como una forma de dominación de la condición humana de la que hemos hecho un negocioâ, itió Frank de Nully Brown, obispo de la Iglesia Evangélica Metodista en el seminario âReligiones, Matrimonio Igualitario y Aborto, alianzas con y entre actores religiosos por los derechos sexuales y reproductivos en Argentinaâ que se realizó el 14 de junio, en el Instituto Universitario Isedet y estuvo organizado por el Grupo de Estudios sobre Sexualidades (GES) del Instituto Gino Germani, de la Universidad de Buenos Aires; Católicas por el Derecho a Decidir y el Instituto Hemisférico de Performance y PolÃtica, de la Universidad de Nueva York, con el respaldo de la Delegación de la Unión Europea en la República Argentina.
En el debate sobre la descriminalización del aborto hay una falsa dicotomÃa que los y las religiosas tienen como objetivo desarmar: âNo hay que entrar en el debate a favor o en contra porque esto no es River-Boca. Yo no creà que iba a salir el matrimonio igualitario en la Argentina y salióâ, apuntó el obispo de la Iglesia Evangélica Metodista. Y agregó: âSe ha manipulado sobre quiénes estamos a favor o en contra y no se puede discutir desde allÃ. El aborto es una circunstancia a la que se llega y a la que no se quiere llegar. Mi deseo es que ninguna mujer tenga que abortar en la Argentina y en el mundo. Es un deseo ambicioso pero es mi deseo. Sin embargo, no quiero que una mujer, si tiene capacidad económica, pueda salvar su vida y si no la tiene quede librada a su destinoâ.
La diputada cordobesa Cecilia Merchán, acostumbrada a ser la voz en las mesas de debates que escenifican en la televisión la idea de las dos campanas, traslada su experiencia como ista a la reducción mediática del aborto como si se tratara de un ajedrez sin piezas grises. âLa gran mayorÃa de los periodistas están a favor de la despenalización del aborto. Pero les encanta el circo y si tienen a mujeres agarrándose de los pelos y te ponen la ecografÃa con el feto de imagen de fondo mejorâ, denuncia.
Desde otro sector, la diputada evangelista Cynthia Hotton promueve, junto a la Universidad Austral (vinculada con el Opus Dei), el âProtocolo por la vidaâ, que promueve la Asociación Cristiana de Iglesias Evangélicas de Argentina. Mientras que el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, priorizó durante su discurso en la tradicional caminata a la Virgen de Luján defender la vida âde los que van a venirâ.
Sin duda, la advertencia es una amenaza a una reforma legal en la pelea contra el avance de la despenalización del aborto, que se va a discutir el 1º de noviembre, en la Comisión de Legislación Penal, del Congreso de la Nación. La diputada (hasta el 10 de diciembre) Merchán, contextualizó: âEs el proyecto que tiene más apoyo en el Congreso: lo avalan dieciséis universidades nacionales, doscientas cincuenta organizaciones sociales y cincuenta legisladores/as. Por eso, en base a la construcción colectiva, tengo optimismo respecto de la aprobación de esta ley. Pero los que están en contra se han unido y aggiornado porque hemos avanzado tanto que si no, están en el horno. Perdieron una batalla muy fulera (para ellos) que fue la del matrimonio igualitario y ahora están viendo cómo hacen para no perder otraâ.
En contra de estos respaldos, las iglesias (evangélicas y católicas) que ya se unieron bajo el color naranja en la derrota de su postura pro heterosexualidad obligatoria, auguran que la religión va a aparecer como la gran enemiga de la posibilidad de decidir y de resguardar la salud de las mujeres. Sin embargo, no hay una sola religión. Ni una sola concepción de vida. âSe hace el juego de identificar a quienes estamos a favor de la despenalización del aborto como personeros de la muerte cuando la despenalización tiene que ver profundamente con la vida. Tenemos que apoyar que la ley salga porque está a favor de la vidaâ, diferenció De Nully Brown, quien profundizó: âDesde la pastoral proponemos redes de contención para no llegar al aborto y, en caso de que una mujer aborte, que la intervención se realice en un hospital públicoâ.
En ese sentido, coincidió MaffÃa: â¿La represión es eficaz? Suponiendo que no la discutimos, igualmente, es totalmente ineficaz para defender la vida de los embriones y de las mujeres. Por eso, estamos a favor de la vida. Nosotras defendemos la vida y queremos una vida digna no sólo para el embriónâ.
Por su parte, el pastor Lisandro Orlov, de la Iglesia Evangélica Luterana Unida, manifestó: âEs necesario sacar el tema del Código Penal para ponerlo en perspectiva de derechos humanos, del Evangelio y de los derechos de las personas. Esa es una necesidad de nuestra iglesia, es una necesidad pastoral. Pero también estamos apoyando la legalización porque tenemos que sacar el tema del aborto de la clandestinidad. El respeto de la autonomÃa es un valor que no podemos negociar. El cuerpo humano es el primer espacio donde ejercemos los derechos de ciudadanÃa. Nuestra Iglesia decidió, a pesar de las tensiones dentro de nuestra propia comunidad, que no podemos guardar silencio. TenÃamos que hablar porque nuestro silencio nos hacÃa culpables de la cantidad de mujeres pobres que mueren cada dÃa en América latina. La legislación prohibicionista ha mostrado que no está protegiendo la vida. Y yo quiero proteger la vidaâ.
El otro fracaso de la prohibición del aborto es su falta de efectividad. Bossio, de Católicas por el Derecho a Decidir, cuestionó el poder de la jerarquÃa eclesiástica para convencer a sus fieles de no ejercer las prácticas que critican. âLa prohibición religiosa no ha disminuido la cantidad de abortosâ, sentenció. Los argumentos de Goldman también coinciden: âEl aborto se practica le guste a la vecina, al maestro, al juez, al religioso o al legisladorâ. El obispo De Nully Brown agregó: âLa penalización del aborto no salva vidas. Ni sirve para nada. Han crecido la cantidad de abortos y de muertes. Pero además, para penalizar realmente los abortos tendrÃamos que tener un Estado gendarme que vigile a todas las mujeres en edad fértil, y aún asà âdescartóâ se castigarÃa a la mujer porque es muy difÃcil encontrar al hombre hasta si se hace un ADN. Por eso la penalización del aborto, en realidad, es inaplicableâ.
El también cuestionó las frases rimbombantes que alientan a continuar los embarazos, pero que ocultan la cantidad de mujeres de fe que interrumpen esos embarazos. âHay mucha hipocresÃa porque esto también les ocurre a las mujeres católicas, evangélicas y musulmanasâ, desnudó.
âLa defensa de la legalización del aborto en un hospital público se contrapone al comercio clandestino que gana con la penalización del aborto y que mueve mucho dinero. No sólo los religiosos hacen lobby en el Congreso, también los que ganan con ese comercioâ, sentenció De Nully Brown. â¿Qué es el aborto?â, se preguntó MaffÃa. Pero la respuesta no fue filosófica sino constante y sonante: âEs un gran negocio que mueve millones y en el que tienen que gastar, muchas veces, su poquitÃsimo dinero las mujeres más humildes. Por eso, se opusieron al aborto la Facultad de Medicina y Asociaciones de GinecologÃa. No son casuales estas objeciones. El dinero mueve al mundo y a veces llega al útero de las mujeresâ.
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