¿Menos conocida que su hermana Adèle, la imborrable Adjani de Truffaut? No. ¿Menos romántica? Claro que no. ¿Más trágica? Tampoco. Apenas primera en nacer y en morir: primera ausente de su propia fama. Léopoldine Hugo (Cécile Marie Pierre Catherine completaba su nombre) fue una de las hijas de Victor Hugo y Adèle Foucher (tuvieron cinco y sólo Adèle los sobrevivió). Léopoldine fue sin saberlo musa para su padre âquien la llamaba Didine o Didiâ y tormento para su hermana. El le dedicó sus poemas más conmovedores, ella imploraba compasión para la errancia de su fantasma. Didine no habÃa cumplido los diecinueve años cuando se casó con Charles Vacquerie (de quien se habÃa enamorado cinco años antes), hermano de Auguste Vacquerie, conocido periodista, fotógrafo, poeta y dramaturgo de la época. Finalmente y después de varios intentos para convencer al padre de la novia, se casaron en febrero de 1843. La boda se celebró âen la más estricta intimidadâ en la Saint Paul de ParÃs. El feliz matrimonio apenas duró unos meses, porque los recién casados murieron ese mismo año, en septiembre. El accidente ocurrió en las aguas del Sena, cuando se dio vuelta la pequeña embarcación en la que navegaban. Charles se tiró al rÃo para salvar a su mujer, que no sabÃa nadar, y se ahogó con ella. Quienes rescataron sus cuerpos aseguraron que estaban abrazados. Los enterraron en el mismo ataúd, en el cementerio de Villequier. Victor Hugo se enteró de la tragedia por la prensa cuando regresaba de un viaje por España con su amante Juliette Drouet. Compendio de dolor, vacilación y rebeldÃa, los poemas que el autor de Los Miserables le dedicó a su hija y que aparecieron en el libro cuarto de Las contemplaciones dan cuenta del destierro y el padecimiento por haberla perdido. Valen como muestra algunos versos de su poema âPauca Meaeâ, IV,14 âDémain a lâaube...â(1846): âMañana, después del alba, a la hora en que blanquea la campaña /Partiré. Ves, yo sé que me esperas / Iré por el bosque, iré por la montaña./ No puedo vivir lejos de ti por mucho tiempo más. /Caminaré, la mirada fija en mis pensamientos, /Sin ver nada afuera, sin oÃr ningún ruido, /Solo, desconocido, la espalda curvada, las manos cruzadas, /Triste, y el dÃa para mà será como la nocheâ. Adèle Hugo (la historia de su desesperación por un amor no correspondido, su pasión y su locura merecen lÃneas propias y no un paréntesis al pasar, de todas maneras, mientras tanto se puede volver a ver la joya setentista de François Truffaut, La historia de Adèle H o El diario Ãntimo de Adèle âsegún la hayan traducidoâ) era una nena de trece años cuando se ahogó su hermana mayor y el terror por perder lo que se tuvo la marcó para siempre. Nunca más pudo recuperarse después de la muerte de Léopoldine, como si le hubiera ganado la dualidad del rÃo, sÃmbolo de la fertilidad y de la vida pero sÃmbolo también del abandono y del olvido, y la hubiera arrastrado corriente adentro. Igual que su hermana, Adèle también se habÃa perdido entre las aguas, aunque sus aguas no eran las del Sena sino las aguas de una familia que ya habÃa enterrado a otro hijo âel primero, el bebé Léopoldâ y que ahora practicaba sesiones de espiritismo buscando respuestas y presencias. Emociones y quebrantos que parecen ser una caracterÃstica de la familia Hugo âEugène, hermano del escritor, estaba enamorado de su cuñada Adèle y como no soportó que se casaran, enloqueció y la familia decidió encerrarlo en un psiquiátricoâ. Razones de amor y de muerte definitivas como las que aseguran que Charles Vacquerie, a pesar de ser un experto nadador, se dejó morir cuando supo que su mujer se habÃa ahogado. 3f1x5x
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