âColectiva feminista La Revuelta. Una bio-genealogÃa es, en principio, la crónica periodÃstica de diez años de activismo de un grupo de mujeres en Neuquén, más la biografÃa de sus protagonistas y las urdimbres que tramaronâ, dicen âellas mismasâ de su propio libro. Y las presenta Mabel Bellucci: âLa colectiva feminista La Revuelta viene dando inagotables batallas para promover verdad, identidad y libertad. Agitadoras de conciencias, sus experiencias pedÃan ser relatadasâ, dijo. 2y2
âEl libro puede leerse tanto como un documento histórico que resume diez años de militancia feminista, como un relato polifónico en el que se expresan no sólo las organizaciones de mujeres sino también las vÃctimas de la violencia misógina, la justicia, la polÃtica, la prensa, toda una sociedad en un tiempo y un lugar dados: Neuquén, 2001-2011â, dicen sobre un trabajo que repasa historias de vida, la historia de una lucha convertida en muchas, la historia del feminismo y de una sociedad que grita desde el sur otras formas de hacer revueltas.
Hace una década tres mujeres (tres docentes que se conocieron en la Universidad Nacional del Comahue) fundaron este grupo: Graciela Alonso, Ruth Zurbriggen (colaboradora en la creación del libro) y Valeria Flores, que en 2004 decidió crear un espacio propio de activismo lésbico con âFugitivas del Desiertoâ. La idea de poner en una obra toda su tarea fue encomendada a la periodista Mónica Reynoso, con la que ya habÃan compartido un proyecto editorial feminista âSin Sostén. Periódico menstrual sostenido por mujeresâ que se publicó durante tres años en papel. Ella no sólo convierte una reunión de militancia en una intrigante novela sino que también se permite la autocrÃtica y desnuda el proceso de escritura de una manera atrapante y tan sincera como las idas y vueltas âpero siempre para adelanteâ que La Revuelta encontró para convertirse en una organización referente a nivel nacional.
âAcá se protegen violadoresâ, son capaces de escrachar a un abusador. Pero también de acompañar a una vÃctima no con lo que ellas creen mejor sino con lo que la mujer necesita en un proceso que âcomo la escrituraâ también permite visibilizar sus autocrÃticas o el hilvanado de las mejores formas de construcción. Por ejemplo, en el caso de Gladys Mercado, la Pato, que las revueltas conocieron en el 2006 pero que necesitó tiempo para dar el nombre de su marido violador. Ellas tuvieron que cambiar toda una tirada de volantes para sacar el apellido cuando Pato se los pidió. Y lo hicieron porque no se trataba de imponer valentÃas sino del valor sincero de acompañar. âEl prÃncipe azul no existe, el marido violador sÃâ, dijeron, entonces, con la precisa valentÃa para decir. Incluso fueron más irritantes al comparar al violador con torturadores como el Turco Julián o hacer tubos de cartón de desodorante con el lema âCuando el pene no alcanzaâ, en alusión a los métodos de una violación con libreta roja.
Este fue ây sigue siendoâ el trabajo incesante de la agrupación. Por eso, la respuesta de Graciela Alonso âcuando se le pregunta qué te dio el feminismoâ es âme dio mucho más trabajoâ. Es que ellas creen en su lema âSomos oportunistas y queremos llevar el feminismo a todos ladosâ. Por eso, ellas mismas van hacia donde tienen que ir. Pero su acierto no sólo ha sido develar el terror, sino poder utilizar el humor como arma. âLa Revuelta también son una manga de ridÃculas. Hacen reÃr. Son divertidas, originales, creativas, incansables. Tomaron la audacia de la tradición feminista y la pusieron al dÃa en una sociedad de tradición patriarcal en un escenario desértico y ventoso donde todo está por hacerseâ, describe Reynoso (quien también confiesa el placer de tomarse unos daiquiris de fruta con ellas) sobre la geografÃa que corre la escena de las urbes más fálicas. O, con más brújula, de un feminismo al sur del Obelisco.
Más info: larevuelta.com.ar
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