Para la mayorÃa de los argentinos, Esperanza Aguirre era una desconocida hasta el lunes pasado, cuando se despachó con aquello de: âSi no queremos convertirnos en Argentina, con corralito y con inflación del 20 o el 40 por ciento, tenemos que tomar las medidas que sean necesarias para poder equilibrar nuestras cuentasâ. Hablaba, lisa y llanamente, de más ajuste. 3u113a
La presidenta de la Comunidad de Madrid, dirigente del Partido Popular, no es una recién llegada a la vida polÃtica de su paÃs. Desde 1983, cuando fue elegida concejala de su ciudad por un partido llamado Unión Liberal, esta mujer nacida el 3 de enero de 1952, que ostenta el tÃtulo nobiliario de condesa de Murillo, tuvo responsabilidades polÃticas. Fue ministra de Cultura del ex presidente José MarÃa Aznar, en 1996, y fue la primera mujer electa para dirigir la Comunidad Autonómica de la capital española. Su mandato en la ciudad se revalidó por el 65 por ciento de los votos.
Cuando era ministra, cantaba loas a la monarquÃa y se negaba a calificar como dictadura el gobierno de Francisco Franco. Integrante del sector más conservador del Partido Popular, el perfil de su gestión tienta a compararla con el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. Inaugura hospitales sin terminar, privilegia la gestión privada en la salud y la educación, y sus crÃticos observan que los favorables números de sus estadÃsticas encubren la decisión polÃtica de vaciar al Estado. Más de una vez debió retractarse de declaraciones, por lo menos, temerarias. âCada vez que Esperanza Aguirre habla, Dios mata un gatitoâ, dicen en Twitter, aplicándole un chiste habitual para los sucesos desafortunados.
Siempre se ubica en la misma vereda. Afirmó estar âen contra del aborto radicalmenteâ, cuando la consultaron sobre el anuncio del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, de eliminar la malformación del feto como un supuesto para abortar.
Como buena defensora del ajuste y las cuentas âequilibradasâ a cualquier costo, también ha sido la dirigente polÃtica de su paÃs que más se ensañó con el movimiento de indignados, o 15M. En septiembre de 2011 lanzó una âadvertencia para que no dejemos que la demagogia de resentidos y de minorÃas organizadas cambie fatalmente el curso de la historiaâ, en referencia al movimiento social que repudia el ajuste. âBajo la apariencia de inocentes movilizaciones se esconde la deslegitimación de nuestro sistema representativo y, en definitiva, constituyen la semilla del totalitarismoâ, añadió.
Sus palabras fueron relativizadas incluso por los compañeros de su partido, que se distancian de la visión ultraconservadora de la madrileña. Dice que se hizo furiosamente anticomunista cuando visitó Bucarest, en plena luna de miel. âAllà nació mi ferviente aversión al comunismoâ, dijo en la biografÃa autorizada que escribió Virginia Drake, editada en 2006. Tampoco tuvo pelos en la lengua, durante la huelga general del 29 de marzo, para expresar en una entrevista en la radio que el sindicalismo tiene âuna ideologÃa totalmente fracasadaâ. Para ella, âestos sindicatos caerán como el Muro de BerlÃnâ.
Hay otra biografÃa, no autorizada, donde se desnudan los negocios privados que propicia desde la función pública, para ella y su familia. La lidere S.A., se llama el libro escrito por Alfredo Grimaldos Feito, publicado en 2009. Allà se la califica como âuna polÃtica ambiciosa y calculadora que, bajo la apariencia de un discurso marcadamente populista, oculta un programa liberal que aspira a estrujar el erario hasta el último céntimoâ. Según el periodista, âdetrás de la aristocrática y pizpireta millonaria que actúa con aire arrabalero y maneja la Comunidad de Madrid con absoluto desparpajo, hay un plan sistemático de destrucción de los servicios básicos y de saqueo del presupuesto público en busca del beneficio privadoâ.
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