En estas fechas âDÃa de la Madre, del Padre, del Niño, del Amigoâ se suele decir âpara minimizarlasâ que DÃa de la Madre son todos los dÃas. Sin embargo, si se tiene en cuenta que las publicidades muestran a madres âa milâ (como un celular que intenta vender un equipo a ese precio mostrando que las madres no pueden parar un segundo), que son responsables de que sus hijos sean genios (dedicándose a cocinar con electrodomésticos), que la palabra madre ya no alcanza con su molde y que además tienen que ser psicólogas (como dice un chocolate) o que necesitan irse de spa porque su labor es tan agotadora... pareciera que no hay reparación posible. 6c2c68
No se trata de andar regalando desde flores, electrodomésticos, masajes con piedras calientes o equipos para postear en Facebook las 24 horas. En realidad, lo fuerte es que todas las argumentaciones comerciales para vender regalos apelan a un sacrificio que hace de la maternidad una vivencia extrema. Si ellas tienen âtenemosâ que ser tan maravillosas o tan multifunción âsÃ, como una multiprocesadora que pica, ralla y hace jugoâ, las simples mortales nos preguntamos en qué fallamos, porque seguro que fallamos.
Si la maternidad se vuelve una baldosa siempre floja, en la que nos manchamos por estar o no estar, por creer en el apego extremo y dormir con los crÃos o por trabajar y olvidarse la vianda; si somos responsables de los insuficientes en el boletÃn por no saber las fracciones equivalentes pero también de no llevar a la niña o niño a violÃn para que desarrolle sus dotes, ser mamá se reproduce; la foto que queda es la de la frustración permanente. Nada que ver con la heroÃna cotidiana de los comerciales.
âTodas las compras superiores a $ 500 se llevarán de regalo un perfume de Prüne, ideal para mimar a las madres en su dÃa en el Tortugas Open Mallâ, dice una promoción de un shopping de zona norte. Enaltecer a las madres tiene sus beneficios. Entre ellos, el de tener diván privado para que la madre escuche las penas de amor bajo la premisa de: âTu mamá es mucho más que tu mamáâ (también tiene que ser psicóloga, algo que la publicidad de bombones pone en palabras). Todas las argumentaciones para darle valor a la maternidad la dejan en un lugar imposible de abarcar y, por lo tanto, de disfrutar.
En otro enfoque, más clásico, está una madre reproductora. En estos tiempos en donde todo se reproduce (música, textos, fotos, videos) eso parece no ser poco. Y menos si se reproduce a un hijo genio. âSoy Mateo Zabala, hice el puente más largo del paÃs, construà cuatro torres ecológicas, autopistas y plataformasâ, dice un sÃmil MacGyver con tÃtulo. âY yo hice a Mateoâ, dice una tal Silvia en la campaña de electrodomésticos Liliana. âPara que las madres sigan haciendo cosas únicasâ, se propone. Pero, en realidad, lo único que estarÃa bueno serÃa poder gozar de una maternidad elegida, singular y siempre imperfecta.
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