Cuentan que se juntaban a cocinar y que asà surgió todo. Cada una de estas trece mujeres preparaba algo y entre cebollas picadas, morrones en juliana y tomates en rodajas, compartÃan las experiencias de sus espectáculos en proceso y las miradas sobre sus propios lenguajes. Las juntadas tenÃan que ver, antes que nada, con la amistad y los placeres. Bocaditos de dátiles y panceta, panes caseros, budines, frutas y vinos que estimulaban la inspiración para proponer lecturas y generar un espacio propicio para que algo tomara su forma. Algunas venÃan del clown, otras de la danza, otras del canto y la actuación, y la excusa de la comida las comprometÃa en la confianza, que serÃa la semilla de un proyecto artÃstico en común. En esos encuentros construyeron una hipótesis: si se desprendÃan de ciertos objetos andarÃan más livianas. Y asà fue; lo comprobaron. La quema literal se realizó y con eso que se iba entre las llamas nació Mujeres Quemando. 2m2p2f
Esa escena terminarÃa de unirlas en una concepción que compartÃan para seguir creando y fantaseando, por ejemplo, con estar todas en un camarÃn, cambiándose amontonadas y riendo. El primer paso fue desde el arte en la comunidad. Armaron una red para generar actividades culturales, bolsas de trabajo, seminarios e investigaciones. Pero el deseo de actuar se hacÃa oÃr en sus cuerpos que estallaban en ganas de ponerse en acción. Por eso, enseguida llegó el escenario. Y las trece amigas encendieron sus almas para dejar salir la risa, soltar el llanto y brindar por un instante de comunión.
Son mujeres que se mueven mucho. Viajan, se mudan, van, vienen. Quieren llevar una vida que las haga andar ligeras de equipaje. Cultivaron el desapego, tanto en lo material como en lo espiritual, para estar presentes aquà y ahora. Por eso, en aquellos encuentros le dedicaban un tiempo a reunirse alrededor del fuego. Cada una traÃa un atado de cosas para liberar. âAsà empezamos a quemar, porque creemos en el poder sanador y transformador del fuego. Viejas cartas, amores y desamores, listas interminables de cosas pendientes que nunca se hacen, fotos fuera de foco, zapatos rotos, comprobantes de pago, currÃculums, mandatos... Estas quemas fueron cada vez más intensas y el hecho de hacerlo en grupo activaba una energÃa creativa, fortalecÃa la voluntad y el poder de convicción. Asumimos con humildad el poder de lo femenino para crear y estimular a otros con lo que hacemos. Por eso Mujeres Quemandoâ, dice Mara Ferrari, una de las integrantes.
Lo cierto es que las chicas se divierten y apuestan a esa sensación de vértigo que tiene la sorpresa. Siempre, lo que subyace es el respeto por el trabajo de las demás. El resultado es un espectáculo que pone en escena la diversidad, las distintas voces. âQueremos rescatar y defender la lucha por un mundo mejor, asà de simple y romántico. Defendemos la militancia de todos los dÃas, las acciones potentes en la vida cotidiana, establecer contratos de palabra y apostar por el amor, porque creemos en una sociedad que sea más justa y más humana.â Desde que las chicas arrancaron âen noviembre del 2011â la cosa fluyó con esa energÃa propia de una tribu o de un circo. Y una fecha trajo a la otra, y asÃ. En Mujeres Quemando hay tiempo para todas, y en ese correr, el deseo se desplaza y cada una ofrece lo que mejor sabe hacer. Se turnan para actuar, pero la presencia de las otras, que apoyan y sostienen desde bambalinas, se siente. Cada número tiene el color, el tono y la vibración de cada una. Por eso hay clown, danza, canto a capella, trÃo de voces, stand up y humor. Todas diferentes, emocionan, conmueven o hacen morir de risa. Juegan sus propias pasiones.
Mujeres Quemando son: Yanina Frankel, Valeria Maldonado, Mara Ferrari, Mariana Cabrol, Paola Pretelli, Alejandra Caputo, Julia Izaguirre, Gisela Gómez, Gisela Cilia, Natalia DomÃnguez, RosalÃa Jiménez, Ana González Seligra y Mercedes Di Napoli.
Espectáculo de Varieté a la gorra.
Domingo 4 de noviembre a las 21 en Casa Brandon,
Luis MarÃa Bravo 236, CABA.
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