Desde el abolicionismo disentimos con lo dicho por Carolina Justo Von Luzer, investigadora del Instituto Gino Germani, en el reportaje publicado en este suplemento el 27 de abril pasado. El concepto de âtrabajadora sexualâ no salió de mujeres en situación de prostitución y/o sobrevivientes de prostitución. De estas teorizaciones surgen contenidos distintos como la consigna âNinguna mujer nace para putaâ de Sonia Sánchez. 5d1s5c
Hay âuna particularidad de lo sexualâ que hace más dañina la prostitución que otros modos de explotación: la persona prostituida es penetrada por sus orificios y recibe eyaculaciones. Los humanos somos nuestros cuerpos, no hay escisión entre mente y cuerpo. Es insalvable el abismo con la explotación laboral donde no se violenta la integridad corporal de quien la padece. Pregunta para mujeres: ¿Es igual ser explotada en una fábrica o en el empleo doméstico que ser prostituida?
La investigadora advierte del âriesgo de caer en visiones moralistas que pongan el eje en la sexualidadâ al abordar el tema: con ese criterio podrÃamos igualar el robo simple con la violación âya que la violación se considera más grave sólo porque se pone el eje en lo sexualâ. Pregunta para mujeres: ¿Es igual ser violada que sufrir un robo de cartera?
El eje está en lo sexual, no por moralina, sino porque se dañan la integridad sexual y la dignidad de quien lo padece. A la vez que la investigadora se preocupa en respetar un âconsentimientoâ que sólo sirve para poner la carga de la prueba en las vÃctimas mayores de edad.
Diferenciemos mejor a Moria Casán de mujeres en una real situación de prostitución. Casán banaliza la realidad de éstas al poner su caso excepcional en pie de igualdad con otras aristas del tema. No podemos comprender el fenómeno general desde lo excesivamente particular. Casán lo presenta como una elección sin condicionamientos y la violencia del varón sigue invisibilizada.
âHay whiskerÃas donde las mujeres no tienen retenido su DNI y vuelven a sus hogares. La Justicia deberÃa ser capaz de enmarcar en qué lugar se está cometiendo un delitoâ, se dice en la nota. A la par de esto, la investigadora aclara que la prostitución no es delito; olvida que el proxenetismo sà lo es. El proxenetismo es delito aun sin trata. Se usa ésta para ignorar aquél. Lo más importante es que el delito (aunque no esté tipificado) capital es el consumo de sexo pago. Aun sin proxeneta, se comete una violación paga. Hay que dejar de âponer el ejeâ en la mujer y ponerlo en el prostituyente (mal llamado âclienteâ), único imprescindible, ya que sin él no existirÃan proxenetas, ni tratantes, ni demás beneficiados (Estado, partidos, ONG, y largo etc.). La investigadora no habla de Suecia, donde el prostituyente está penado y hay una real inserción laboral para las mujeres y ninguna reclamó su âderecho a prostituirseâ. Suecia rebate cualquier reglamentarismo.
* Integrante del Observatorio de Trata de Córdoba y de la Red Abolicionista de la Prostitución y Trata de Personas.
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