Todo se encaminaba hacia su primer tÃtulo sobre césped, diez años después de haber sido finalista en Wimbledon. David Nalbandian ganaba 7-6 (7-3), 3-4 ante Marin Cilic, hasta que sucedió lo que nunca en el mundo del tenis: furioso tras un quiebre de servicio por parte del croata, el argentino dio una patada y su pie aterrizó de lleno en la tibia de Andrew McDougall, el juez de lÃnea. b539
Nalbandian habÃa pateado fuertemente la protección de madera que rodeaba la silla del juez, y como consecuencia de ello una madera impactó en la tibia de McDougall, que, incrédulo, se levantó con su pierna izquierda sangrando. Enseguida, y por unos segundos, quedó tendido sobre el césped debido al intenso dolor.
Atónitos, los espectadores y el propio Cilic observaban sin entender. Nalbandian rápidamente buscó el modo de socorrer y pedirle perdón a McDougall, que no aceptó las disculpas e inclusive le recriminó la brusca actitud. Tom Barnes, supervisor desde 1994 de la ATP, miraba sangrar la herida del asistente y no dudó a la hora de decidir.
Chris Northey, anunciador del torneo a lo largo de 14 años, tomó el micrófono, pero fue interrumpido en tres ocasiones cuando querÃa anunciar la resolución: Nalbandian ya estaba descalificado del certamen y Cilic era el nuevo campeón en Queenâs.
Enseguida, llamó la atención la reacción generalizada del público con una fuerte silbatina cuando Chris Kermode, director del torneo, intentó hacerse con el micrófono. Los presentes querÃan continuar con el partido, aunque varios no habÃan percibido la gravedad de la situación. De hecho, Kermode confesarÃa luego que se pensó en mostrar por pantalla gigante lo acontecido para que los espectadores observasen la patada de Nalbandian.
Tras la suspensión, un reducido grupo de argentinos mostraba opiniones dispares en las tribunas de la cancha central del Queenâs Club londinense. âEstá perfecta la sanción, asà no va a volver a repetirloâ, decÃa uno, mientras a pocos metros su amigo silbaba la decisión y pedÃa que siguiera jugándose al tenis. â¡Play on!â (¡a jugar!) era el cántico elegido por los espectadores en el estadio. Mientras se preparaba la insólita ceremonia, Nalbandian dialogó a lo largo de diez minutos con Barnes.
âLe pregunté cómo era el criterio. Porque algunas cosas lo tienen y otras no. A veces se hace lo que dice el reglamento y punto. Pero hay momentos en que el reglamento dice una cosa y no se cumple. ¡Eso es lo raro!â, dijo Nalbandian.
El abucheo mayor habÃa llegado cuando entraron cinco asistentes con el enorme trofeo para Cilic. Lógicamente, no en detrimento del croata, actor de reparto en la insólita escena. Uno de los colaboradores del torneo portaba una botella de champagne que jamás se destapó.
El número 25 del mundo recibió el premio del modo más inesperado en su carrera. Y para el argentino no hubo distinción alguna. En el rincón de Nalbandian miraban sin entender su hermano DarÃo (entrenador del argentino Nicolás Pastor, también presente), el preparador fÃsico Claudio Galasso y el ex tenista Lionel Noviski, que por la mañana habÃa hecho entrar en calor al número 39 del ranking. En ese momento, Nalbandian pedÃa disculpas públicamente, micrófono en mano, y a la vez criticaba a la ATP.
âEstá claro que cometà un error, fue un momento de calentura. Es la peor reacción que uno puede tener en la canchaâ, remarcó Nalbandian. Luego se enteró de que perderÃa los puntos obtenidos en el torneo, el dinero en premios y podrÃa sufrir una multa de 10.000 dólares. Al finalista le correspondÃan 44.100 euros (unos 60.000 dólares).
âDavid no lo hizo intencionalmente, es muy competitivo y perdió el control por un minuto. Pero por desgracia, un hombre quedó heridoâ, comentó Barnes. Además, aclaró que tuvo otros âdefaultsâ âtal como se denominó la descalificación de Nalbandianâ en su carrera, pero nunca un episodio con sangre.
Lo sucedido no impedirá que Nalbandian dispute la semana siguiente una exhibición en Londres, en Wimbledon y en los Juegos OlÃmpicos. âLos jugadores pagan por todos los errores que cometen ellos. Cuando la ATP o la organización de los torneos se equivocan, nunca termina pasando nada. Eso me molestaâ, continuó el argentino.
Aun reconociendo su error por el acontecimiento con el juez de lÃnea, Nalbandian subrayó sus discrepancias con el ente rector. âCuando arranca el año firmás que estás de acuerdo en todo lo que ellos dicen o deciden. Y si no firmás eso tenés que jugar sólo los cuatro Grand Slam y la Copa Davis. No estoy de acuerdo con el tema del control antidoping sorpresivo, de los torneos que son obligatorios: el año es durÃsimo y no se hace nadaâ, finalizó.
La ATP hizo oficial su palabra mediante su presidente ejecutivo, Brad Drewett: âEs una situación desafortunada para todos los involucrados, los espectadores, el torneo, los patrocinadores, los jugadores y el juez de lÃnea. David, sin dudas, no buscó que esto sucediera. Sin embargo, las reglas son muy claras en una situación como éstaâ.
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