La vida, la muerte, la oculta Jorge TasÃn Yotser Libros 345 páginas 2u54h
Reconstruir la cocina de un libro puede resultar un proyecto laberÃntico. Asà como ciertas obras por encargo pueden despertar en el autor una pasión inesperada, desde siempre ha existido el libro como catalizador de una experiencia, incluso la escritura como una necesidad imperiosa. El libro La vida, la muerte, la oculta de Jorge TasÃn es un proyecto que se resiste a las clasificaciones y, acaso por eso, tiene una fuerza contundente. Suerte de relato coral sobre la vida en Ciudad Oculta, La oculta (tal parece ser el eco o el resumen que sugiere su tÃtulo) es, sin embargo, una narración en tres ejes claramente diferenciados, que una vez definidos comienzan a desbordarse y salpicarse a sà mismos. Porque hay un puñado de historias de vida de orden cuasi documental basadas en entrevistas, pero también un andarivel donde la crónica ensancha y ofrece sustento a esos relatos, y un tercer espacio que roza la reflexión sociológica con un carácter alejado del academicismo y vecino de la denuncia. El primero es naturalismo, el segundo es prosa poética y el tercero es barricada. TasÃn corre el riesgo de internarse en vidas anónimas, corre el riesgo de poetizar su prosa sin deslizarse nunca ni en el romanticismo ni en la idealización y, por último, arroja datos y conclusiones de tipo histórico y polÃtico cuya finalidad es recordarle al lector que todo lo narrado está sucediendo aquà y ahora.
El resultado es francamente perturbador. Si bien el tercer eje, el de la denuncia, es el más discutible, es tal la desagregación de dolor e intemperie que surgen de los dos primeros, que cualquier tentativa de explicación, por más tendenciosa que parezca, resulta tÃmida. Libro raro, potente, La oculta hace antropologÃa mediante la prosa y hace literatura mediante la observación participante. Porque TasÃn conoce y transita desde hace años el barrio, comprometido con diversas tareas y militancias de trabajo social, y parece haber llegado a este libro en un estado de orfandad filosófica, con la necesidad de nombrar, de identificar, de transmitirles a otros lo que ha vivido y vive allÃ. âLejos de aritméticas históricas, polÃticas y económicas âdice en el prólogoâ, allà la impresión inmediata, lo que nos viene a los ojos, se nos inscribe en la piel, es una interrogación vaciada de respuestas para tanta sinrazón, dolor, iniquidad.â Villa, cantegril, favela. Dicen que Ciudad Oculta comienza a ser un poco Ciudad de Dios, y que lo que antes era un sinónimo ahora es un concepto que designa el deterioro: favelización. También Brasil supo dar Los capitanes de la arena, de Jorge Amado, de quien el sociólogo Denis Merklen toma la figura del cazador para explicar el modo en que los niños pobres salen a conseguir cosas, del modo que el dÃa o la noche revelen. Hay un cortometraje de los tempranos â60 de Alberto Fisherman, sobre la quema. Allà se prefiguran el hundimiento y la precariedad de sitios que habÃan surgido en los â40 como barrios irregulares que acogÃan migrantes internos en busca de trabajo urbano. Hace pocos años, Dársena Sur de Pablo Reyero ofrecÃa un retrato de tres personas con diferentes relaciones con la pobreza, a fin de siglo. Entre ambos, y a varios años de iniciado el siglo XXI, TasÃn vuelve a mostrar lo que permanece opacado. Oculto.
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