La importancia de los libros póstumos tiene mucho más que ver con la vida âel itinerario y el interés que sus libros supieron crearâ que con la muerte de un escritor. Tal como lo demuestran estos años crueles en que se fueron escritores fundacionales (Carlos Fuentes, José Saramago, Gabriel GarcÃa Márquez, por nombrar sólo a algunos y abreviar el duelo), la relevancia de un libro póstumo queda totalmente a merced de aquello que supo cosechar un autor durante sus trabajos y sus dÃas. Para Isabel. Un mandala vale por el solo hecho de ser el primer libro póstumo (es probable que no sea el único) de Antonio Tabucchi. Quizá, junto a Baricco, el escritor italiano más destacado de las últimas décadas ây por eso mismo también resistidoâ que murió en Lisboa en 2012, no sin antes escribir obras maestras como Pequeños equÃvocos sin importancia, Réquiem y, por supuesto, Sostiene Pereira. Pero Para Isabel. Un mandala âque parece apuntar, desde su tÃtulo, a la archiconocida composición de Beethoven, cuya música impregna toda la novelaâ tiene un valor propio que va mucho más allá de ser un libro póstumo que Tabucchi empezó a escribir en 1996 y lo tuvo en mente desde antes y hasta el final de su vida, a tal punto que tenÃa la intención de revisarlo para, finalmente, sacarlo a la luz. 574836
âObsesiones privadas, pesarosas añoranzas personales que el tiempo corroe pero no transforma, igual que el agua de un rÃo alisa sus guijarros, fantasÃas incongruentes e inadecuación a lo real son los principales motores de este libroâ, describe el propio Tabucchi desde la llamada âjustificación en forma de notaâ previa a la novela, para concluir diciendo que âpodrá parecer curioso que un escritor, pasados los cincuenta años y después de haber publicado tantos libros, sienta aún la necesidad de justificar las aventuras de su escrituraâ.
Y lo cierto es que esa misma curiosidad, que sólo en dosis calma Tabucchi, atraviesa todo el libro: sin revelar demasiado las razones, Tadeus emprende la búsqueda obsesiva de Isabel, una mujer perteneciente a la burguesÃa culta y acomodada de Portugal, a quien se le termina la infancia con la intempestiva muerte de sus padres en un accidente de tránsito (no fallecen en el acto, son llevados de urgencia al hospital y mueren los dos exactamente a la misma hora). Adulta huérfana y precoz, Isabel empieza a tomar un rol preponderante en su universidad, donde estudia Letras Modernas, y pronto entabla os con el Partido Comunista de su paÃs, desafiando peligrosamente la dictadura de António de Oliveira Salazar en una época en que âPortugal era un paÃs que le daba la espalda a Europa y al que Europa daba la espaldaâ.
Esa búsqueda incesante, que deviene una especie de policial metafÃsico que transgrede también las fronteras temporales, lo paseará a Tadeus por recónditos sitios de Portugal, Italia, Chile y China, a partir de viajes reales y concretos y otros referidos por cada uno de los personajes a los que trata de arrancar alguna información acerca del paradero de Isabel que, según versiones no oficiales, se habrÃa suicidado en la prisión: la niñera de su infancia, los camaradas de los primeros años y el carcelero que quizá colaboró con ella son los primeros eslabones de esta pesquisa que empieza siendo realista y va sufriendo cierta gradación fantástica con la aparición, más tarde, de excéntricos sacerdotes, poetas moribundos, Xavier (otro espectro de la novela Nocturno Hindú) y hasta un murciélago que se comunica en forma telepática.
Aunque la atmósfera onÃrica, vacilante y nebulosa de esta novela remite a las primeras ficciones de Tabucchi âen especial El juego del revés y Réquiemâ algo de esa estructura turÃstica y en forma de mandala, a partir de los nueve cÃrculos concéntricos que forman cada uno de los capÃtulos (uno por cada personaje), remite a sus últimos libros de ensayos Viajes y otros viajes, recopilación de más de cincuenta artÃculos publicados entre comienzos de los noventa y finales del 2009 en los diarios italianos Corriere della sera, La Repubblica y también en la revista Grazia Casa, que van de Florencia a ParÃs, de Madrid a Barcelona, de Nueva York a Kyoto, de El Cairo a RÃo de Janeiro y, sobre todo, La oca al paso, otra compilación de artÃculos que reproducÃa la dinámica del Juego de la Oca, aquel en que dos o más jugadores hacen avanzar su ficha por un tablero en forma de espiral compuesto por 63 casillas con dibujos.
Aunque Tabucchi no llegó a revisar, tal como querÃa, este libro que lo obsesionó a tal punto que le impidió cerrarlo, ahora su publicación es absolutamente irreprochable, porque ofrece algo asà como el equipaje perfecto para revisitar una obra que encuentra su centro y razón de ser en el viaje. Interesante cóctel que reúne música de Beethoven, una frase de Hölderlin que repercute en todo el libro, absenta, opio y un quehacer literario que parece mezclar algo del último nobel Modiano con Saramago, Cortázar (Rayuela iba a llamarse Mandala) y Pessoa, Para Isabel es una novela compleja pero fácil de leer, alucinatoria pero coherente, intimista y universal, cuya lectura casi logra la utopÃa que deberÃa perseguir todo libro póstumo: crear un puente con los escritores que ya no están de este lado.
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