Lo decorativo al servicio de lo narrativo, el utilitario en función de acercar el arte a todos, el cruce de fronteras, el mundo cotidiano, lo oriental, la estética de los â50... todo eso es Muy Antoniadis. Carolina fue pionera en unir arte y diseño, en abrevar de ambos mundos rescatando lo mejor que tienen. Del 7 al 9 de noviembre estará presente con su colección de vajilla en porcelana pintada en Atico de Diseño, en la Noche de las Artes, en Boulevard Sáenz Peña, el distrito de arte y diseño de Tigre. 6z512t
âPara mà la imagen y el texto están muy unidos. De hecho, si no hubiera pintado habrÃa sido escritora. De chica escribÃa. Me venÃan frases y también me pasa con las imágenes, que aparecen de repente, entonces es un ida y vuelta que se complementa. Por ejemplo, muchas veces un texto me dispara una imagen o veo una imagen que me dispara un texto. Me parece que es algo que se complementa bien.
âA los 16 años yo tenÃa una amiga que su mamá pintaba sobre porcelana y yo iba a la casa y me fascinaba. Entonces ella me ofreció enseñarme. Fui todos los sábados a la tarde de los 16 a los 19 años y aprendà todo el oficio de pintura sobre porcelana, que es un repertorio más acotado âpájaros, floresâ. Entonces empecé a hacer mis propios diseños. Y cuando entré a la escuela de arte me ayudó para bancarme un montón de cosas, porque les vendÃa a muchos negocios. Y por otro lado, debe ser mi ascendente Capricornio, tengo una cosa muy sistemática, que por eso también me llevo bien con el diseño. Por un lado tengo una cosa muy volada, más poética y otra más sistemática. Entonces la porcelana y el diseño fueron cosas que siempre me acompañaron y me ayudaron a sustentarme la carrera. Después lo interrumpà un poco cuando terminé la carrera y fui insertándome con la pintura y cuando me fui a vivir sola, me hice un juego para mà y ahà venÃa la gente y me pedÃa y entonces retomé. En los â90 hice la presentación de mi vajilla en Papelera Palermo, que no era algo muy común en esa época. HabÃamos hecho una instalación. Y después, en la época de Jorge Glusberg, hice una instalación que se llamó Artes menores, problemas mayores. Jugando con esto de que el diseño empezó como un arte menor. HabÃa hecho una serie de vasijas que estaban pintadas con el interior del cuerpo. Las veÃas de lejos y parecÃan flores y cuando te acercabas eran intestinos, hÃgados. Siempre juego con eso, que haya una primera apariencia decorativa y después si lo observás vas encontrando otras cosas. Ahora estoy más con el tema narrativo, contar historias. La idea es que el comensal se interrogue.
âEs relativo. Porque por una parte hago vajilla para consumo cotidiano. La gente no puede comprarme un cuadro, pero sà la vajilla. Y después tengo otra obra intermedia, que son por ejemplo unos cuadros de cerámica. Y después mis cuadros.
âEn la escuela de arte, cuando estudié en la Pueyrredón, era una rara avis. Yo cursé en la época de la dictadura militar. La imagen más imponente eran artistas como Bacon, la cosa más expresionista de denuncia social, y yo habÃa vivido en una casa muy artÃstica. Mi mamá escribÃa, sacaba fotos, una casa muy creativa, con su propio mundo, por lo que para mà insertarme en el mundo fue lo conflictivo, no el mundo del arte. Yo seguÃa mucho la obra de Matisse y Klimt, que en esa época no se los revisaba tanto. Seguà la lÃnea de los simbolistas. Que tienen una cosa decorativa y fueron los primeros que trataron de unir el arte con el diseño. Y después, la estética de los â50 y â60, porque yo amaba ver televisión y me veÃa todas las pelÃculas de Doris Day. Toda la estética del â50 me volvÃa loca. Hice un mix con todo, el mundo del ama de casa, lo cotidiano, un mundo bucólico. Asà que siempre se me asoció al diseño porque de algún modo siempre trabajo con ese lÃmite que serÃa lo decorativo y lo que trata de trascender lo decorativo. Moverme en ese abismo a mà me gusta.
âLos vÃnculos. De hecho, tengo toda una serie de niños, en exclusión, en competencia. Basado en lo psicológico y lo relacional.
âMe convocan. Yo trabajé doce años en diseño en la UBA, adjunta de la cátedra de Skific-Saltzman, jefa de trabajos prácticos de Skific y adjunta de indumentaria de Saltzman. Con ellas aprendà un montón. Fue una experiencia riquÃsima. Y siempre digo que como yo daba clase en la Pueyrredón y en la UBA, siempre decÃa que era una espÃa que llevaba información de unos a otros. A los de arte los sistematizaba, porque si no estaban con un cuadro todo un año, y a los de diseño les llevaba arte. En el subte busqué obras que tuvieran que ver con escenas cotidianas, como trabajo sin facciones. La idea es que reflejen su familia.
âAhora todo esto está muy vigente, es verdad. También trabajé lo autobiográfico y el registro fotográfico en la vajilla. Ahora estoy abocada a las narraciones, contar y combinar historias, dos hombres y una mujer, un gato, muebles, personajes, naturaleza, objetos, siempre en blanco y negro. A lo sumo ahora agregué un color.
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