âAgarramos los placeres culpables de los últimos veinte años: el glam metal y toda esa parte de fresa pop que te hace bailar en una boda con tres cervezas encima.â La patente definición del bajista Xavi da una punta para intentar descifrar a Moderatto, esta banda mexicana que pasó el último fin de semana por la Argentina, para irrumpir en el Roxy el sábado a la madrugada desplegando paredes de Marshall, un desfile de Gibsonâs bien lookeadas âdesde una Les Paul dorada como la de Slash hasta una Stratocaster rosa con el logo de âHello, Kittyââ, un bajo con forma de metralleta, una baterÃa de doble bombo repleta de cuerpos y, sobre todo, cinco chamacos extravagantes que todavÃa cubren con bandanas sus pelos largos batidos, usan botas y camperas de cuero, plumas, calzas de leopardo, abusan del maquillaje y coordinan el meneo cuando un buen riff se los propone. ¡Eureka! Estamos ante una burlona reencarnación latina del glam metal más recalcitrante de los â80. 2n2u21
¿PodrÃa Tommy Lee vivir en el subdesarrollo y seguir siendo Tommy Lee? ¿Alguien puede imaginar a los muchachos de Mötley Crüe cantando Girls, Girls, Girls a bordo de sus motos, pero surcando la General Paz en vez de avenidas californianas? La estética y el concepto que acapararon gran parte del mercado rockero durante los â80 habÃa surgido, entre otras cosas, a partir de la propuesta andrógina de Bowie en Ziggy Stardust, el desparpajo de los New York Dolls y T. Rex entre fines de los â60 y principios de los â70, junto con el crecimiento de la figura de Alice Cooper y el impacto de Kiss como referentes del hard rock. Este combo parió una red conceptual fácil de asimilar: rockeros bonitos montados en motos rugientes destilando cierta ambigüedad sexual y chicas amables deseosas de su adrenalina, todo en un marco de desenfreno primermundista. AsÃ, durante los â80, Mötley Crüe, Twisted Sister, Poison, W.A.S.P., Ratt, Cinderella y Skid Row coparon Estados Unidos. Si este auge no generó producción local en América latina más que en cuentagotas, fue probablemente porque se hacÃa difÃcil evocar tamaños intereses desde un rincón tan austero como éste.
Rendido a los pies de GunsânâRoses y la oleada del grunge a principios de los â90, el género fue puesto cada vez más en ridÃculo con el paso del tiempo. Algo más que veinte años después, Moderatto lo trajo de nuevo al ruedo como una burla hacia al propio género del que todos sus músicos se consideran fanáticos. âHace seis años, cuando empezamos con esto, sentÃamos que en México el rock se habÃa vuelto muy solemne, muy preocupado de lo que opinaran los demás músicos y la prensa especializada, tanto en ropa como en estilo. Aunque mantenemos otros proyectos, quisimos armar un grupo exactamente como lo habÃamos soñado a los doce o trece años, cuando nos empezó a gustar el rock, con todas sus fantasÃas, y hacer como una representación real de esoâ, explica el guitarrista Roy.
âNecesitábamos volver a todo este tipo de cosas que no estaban bien vistas porque este género pasó a ser tan despreciado que hasta a nosotros nos daba gracia, todo empezó como una especie de burla hacia nosotros mismos y los grupos que nos gustaban, o hasta pelÃculas, como Spinal Tap, pero terminamos dándonos cuenta de que era lo que querÃamos hacer desde niños, incluida la puesta en escena. Nadie se habÃa atrevido a hacer una cosa asÃâ, interviene el cantante y compositor Bryan. âEl grupo trae eso que tenÃan las bandas que escuchábamos: desmadre, diversión; vamos a echarles madres, rockear y cogernos viejas. De hecho, creo que las chamacas también entran bastante en personajeâ, dispara Xavi entre risas.
âLo padre del género, de esa versión â80 de Los Angeles de la hair band, es que era asà ârecuerda Royâ, muy melódico, letras muy superficiales sobre chicas, amor, desamor y fiesta. Nosotros buscamos darles una segunda vida a las canciones melosas y de las que hablan de rock de una manera bizarra como Quiero rock, de Menudo, cuyo cover hicimos inmediatamente.â Entre otras, algunas de las versiones más destacadas de Moderatto van desde ThalÃa y Arjona hasta El Tri y The White Stripes, pasando por Aerosmith y Lenny Kravitz. En el medio del camino, Bryan empezó a componer canciones que cuadraban con el género âincluso eran cosas que realmente les pasaban en las girasâ, y se dieron cuenta de que ya no tenÃan que hacer tantos covers para ser divertidos.
Asà llegó Grrr!, el cuarto disco de estudio completamente compuesto por el grupo, y que cuenta con temas como Sentimettal, Dame, dame y Verano gris. Estos dos últimos fueron creados a dúo con Ale Sergi, de Miranda! (de hecho, a veces los temas de Moderatto parecen producto de alguna reunión compositiva entre Sergi y Nikki Sixx). Los chicos de Miranda! habÃan visto un show en México, se entusiasmaron, incluso Lolo Fuentes trajo discos para sus amigos â¿es Miranda! una parodia de sà mismos?â y en su posterior regreso al paÃs de los tacos invitaron a Bryan a cantar Don, quien después le propuso a Ale juntarse a componer para el disco nuevo, y asà surgieron estas dos piezas. âMe encanta Miranda!, creo que tenemos muchas cosas en común con ellos, esa manera divertida de ver la música, y el lugar under desde donde salen y pueden crecer, como nosotrosâ, elogia. La unión fue tan efectiva que el canal Sony armó un reality show de tres dÃas en el que las dos bandas debieron componer un tema y presentarlo en vivo, junto con las versiones de Sentimettal hecha alla Miranda! y Don al estilo Moderatto.
La banda suena a glam metal, habla en código glam metal (Si mi delito es rockear, me declaro culpable es el nombre de un tema) y tiene la formación clásica de una banda del género: dos guitarras âen una Roy y en la otra Michael, algo asà como si el Tanque de La Renga usara gorro de cowboy, pantalones achupinados y se colgara una viola rosadaâ, una tercera guitarra cuando Bryan toma una, bajo, y baterÃa, a cargo de Elohim, un hábil malabarista y showman tipo Tommy Lee. La puesta en escena en México, dicen, es impresionante: bateristas y cantantes que aparecen volando, enormes motos, bonitas chicas desfilando por el escenario y llamaradas de ocho metros (que nadie espere verlas en la Argentina, porque está prohibido).
Al que le gustó la banda en vivo fue a Dee Snider, cantante de Twisted Sister, quien vio un DVD e inmediatamente decidió tomar un avión a México para cantar con ellos I Wanna Rock y Highway to Hell, de AC/DC. âLe habÃan pedido los derechos del tema Weâre not Gonna Take it para una campaña de comunicación que da mensajes como âNo tires basuraâ o âSé honesto contigo mismoâ en la que participamos este año. Cuando vio nuestro material, dijo: âQuiero cantar con ellosââ, cuenta Xavi.
Asà como Snider los aceptó enseguida, en algún punto los muchachos decidieron jugar con fuego. Entre los fanáticos del heavy hay quienes suelen no itir desviaciones. ¿Hasta qué punto el rock pesado puede reÃrse de sà mismo, o al menos de una de sus vertientes? âSiempre pasaba que alguno con la remera de Metallica se la pasaba todo el show haciéndonos âfuck youâ y mentando madres, pero tocábamos Isabel, de Luis Miguel, y el buey sabÃa la letra, y al tema siguiente ya era parte del show. De ahà viene lo del âplacer culpableââ, explica Michael. âLo interesante del rock, y lo que lo ha mantenido vivo durante tantos años, es que ha tenido muchas caras y muchas reencarnaciones, porque abarca desde Agnostic Front hasta Yes, desde Moderatto hasta Soda Stereo. Además, somos el grupo más transgresor de México en cuanto a los dogmas del rock & roll, llegamos al doble platino (allá son 200 mil copias) y aún asà mantenemos la esenciaâ, cierra Xavi.
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