âSÃ, yo soy más tropicalâ, acepta Emmanuel Horvilleur sobre el cierre de la nota. Y el comentario no refiere al video en clave cumbia que grabó para Música y delirio, su primer disco, sino al insólito frÃo que aquejó gran parte del paÃs hace unas semanas (¡nevaron las sierras de Córdoba en pleno noviembre!) y que ahora vuelve más destemplada la ya de por sà destemplada librerÃa-café de Palermo donde sucede la entrevista. âLa paso mal con el frÃo. Prefiero mil veces el veranoâ, dice. Y la confesión es perfectamente aplicable a su música, de la que se ha dicho que es sofisticada, elegante o hasta frÃvola. Pero de la que no se puede negar que no se lleve bien con el verano, las caminatas en sandalias y la alegrÃa matinal de un estribillo que te sorprende tarareándolo rumbo al trabajo o la facultad. 2i6o2o
âSi hay frivolidad en mi música es una frivolidad buscada y filosa. Creo que un frÃvolo es un tipo que se toma cualquier tipo de reacción a la ligera. Yo cuando hablo de cosas frÃvolas me propongo ser el mejorâ, se defiende Emmanuel. Aunque no hace falta: Mordisco, su reciente tercer álbum, es disfrutable de principio a fin. Y, prejuicios aparte, rankea entre lo más alto del pop pegadizo y seductor que practican desde Miranda! hasta Babasónicos, pasando por Los Látigos, Adicta, Azafata e Infieles, entre otros. En el caso del ex Illya Kuryaki, con el agregado de cierto toque soul del que carecen los anteriores mencionados (por algo las reminiscencias a Stevie Wonder que sobrevuelan sus tres discos solistas, y las alusiones sexuales tan tÃpicas de lÃrica funk).
Después de un hit tan inesperado como lógico en la era metrosexual (Soy tu nena); y de un segundo disco, Rocanrolero (2004), que confirmó su creciente habilidad para componer adictivas gemas pop como Asesino, No como o Fan (la última con la ayuda de su hermano Lucas MartÃ, pequeño genio en las sombras), Emmanuel parece haber encontrado el punto justo para atrapar al oyente escéptico y expresar su mundo a la vez. âTodos éstos fueron años que me fui probando a mà mismo. Cuál era el grado que podÃa alcanzar, el tipo de artista que podÃa llegar a ser. Y me di cuenta de que una de las cosas que me interesaba era poder llegar a la gente.â
Con letras que estallan en el oÃdo conservador promedio (âSi no puede ser con vos/ me encantarÃa hacerlo con todo con tu hermana/ Y si tu hermana dice no/ me encantarÃa seamos mucho más que dosâ, canta), Horvilleur también se hizo lugar para retratar sin resentimientos su separación de la actriz Celeste Cid. ââHola Emmanuel/ mi novio es élâ/ asà nomás me presentó a su futuro ex/ Quise reÃr/ me controlé/ después de todo yo también/ actuaba ese papelâ, canta en Hola, la más explÃcita de las canciones sobre el tema. âSoy una persona melancólica y tengo cierta melancolÃa en mi vidaâ, aclara cuando se le comenta que el álbum aborda la ruptura de manera poco desgarradora o melancólica, como es tradición en los discos de divorcio en el rock, desde Blood on Tracks de Bob Dylan hasta Honestidad brutal de Calamaro. âLo que pasa es que yo querÃa que fuera un disco up. Hay cosas que decido poner en mi música y otras que prefiero guardar. Igual âpuntualiza con una sonrisaâ, yo no me divorcié porque nunca me casé.â
âYo siento que estoy un poco curtido con eso. Es medio heavy decirlo, pero... (hace un gesto de resignación). Por otro lado, creo en el amor más allá de las relaciones. Que puede haber cariño, respeto. Y después, bueno, si estás bajo el mismo techo o no, es otra cosa. Vos a tu hermano lo amás y capaz que por ahà no podés vivir con él.
Hace unos años, Los Látigos sacaron ¿Cuál es tu rock?, una arenga de tinte glam que cuestionaba los añejos modismos del rock actual. Ahora, en Radios, el hit instantáneo que hace de embajador de Mordisco, Emmanuel inquiere: â¿Y dónde están esas radios modernas/ que pasan esa música que me hace tan bien?â. ¿Más inconformismo con el mainstream actual?
âSiento que falta la música que me sorprenda como cuando era chicoâ, asegura. Y arremete, divertido: âYo también necesito que otros me representen, que haya guÃas. Yo también compro discos y tengo Ãdolos de rockâ. Por eso, dice, âa los pibes de 15 o 20 hay que arengarlos. Me encantarÃa que Fito (Páez) no hable sólo de Nebbia, Spinetta, Charly GarcÃa y sus amigos rosarinos; que también se pueda teñir de los pibes que están ahora. Entenderlos. Y si no, que se haga cargoâ.
Emmanuel sostiene que esa falta de aliento también la sintió cuando a principios de los â90 arrancaba con Illya Kuryaki. âMe acuerdo una vez que Daffunchio de Las Pelotas le tiró una mala onda a Dante, diciendo que el hijo de Spinetta no era Spinetta. Lo cual es una obviedad, porque el hijo es el hijo. La cosa es que a los dos dÃas me lo encuentro a la salida de Sadaic llevando dos bolsas grandes de juguetes... Y no sé. TodavÃa no pude hilvanar los pensamientos que tengo a partir de eso. Seguramente estaba llevándole regalos a su hijo, que por ahà sà es igual a él. TodavÃa no lo pude descular bien (risas). Lo que sà sé es que le dio vergüenza que lo viera con esas dos bolsas enormes.â
* Emmanuel Horvilleur presenta Mordisco el 14 de diciembre en La Trastienda.
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