âPara los antiguos, el Artifex es el hombre que ejerce un arte o un oficio indistintamente, pero en realidad no es ni el artista ni el artesano en el sentido que estas palabras han cobrado hoy en dÃa; es algo más que uno y otro, porque, al menos originariamente, su actividad está unida a unos principios de orden mucho más profundoâ, escribió René Guénon y la cita nos cae perfecta para presentar a Artifex, un pibe de 27 años que vive un Ituzaingó virtual: Ituzion. Desde allà lidera Leonchalón, una nueva sensación que dentro del nutrido ambiente del reggae nacional se está abriendo camino con su mezcla de conciencia reggae, costumbrismo hipâhopero y desparpajo reggaetonero. Santiago BenÃtez se autodefine como âun laburante del arteâ y ahà está probablemente el secreto de el crecimiento exponencial de su banda: âArtifex es mi seudónimo artÃstico y mi marca también como solista. La mayorÃa de la gente no sabe que es una palabra en latÃn. Me alegra que me hables de eso porque todos piensan que el nombre es un recurso estético, pero en realidad tiene mucho contenidoâ. 5m45a
Artifex empezó a rapear âpara hacer algo más agresivoâ, se considera más un cultor del freestyle que un escritor, lo que explica en parte la fluidez de sus rimas positivas y fumancheras, en las que el ritmo es igual de importante que lo que dice. De a poco, haciendo freestyle en el Kiosco Métrico (en Ramos MejÃa), Santiago se empezó a formar como parte de Ars Belum, un colectivo de hip-hop. âComo yo era el que hacÃa las bases, se nos ocurrió buscar en un diccionario de latÃn para encontrar algún nombre. Al que se le ocurrió eso fue a El Difuzor.â La movida del Oeste es clave para entender a este artista que primero se animó a abandonar la guitarra y empezar a rapear, y después le puso una base rÃtmica real a su banda.
En el mundo de Leonchalón (el origen de su nombre parece ser más evidente) todo es una casualidad permanente: Artifex lo llamó a Leo Ghernetti, que laburaba en Del Cielito, con la idea de hacer unos demos. De la arenga de su amigo Leo y el entusiasmo innato del cantante de Leonchalón surgió, en 2009, Coronado, primer disco de Leonchalón (producido por el propio Artifex y Leo Ghernetti) que salió en la época en que Artifex (o Artifle, como a veces le dicen los pibes) se juntó a tocar con sus amigos del barrio. Enseguida pasó algo: âAl toque nos empezamos a dar cuenta de que habÃa algo con la jerga, el baile, algo barrial y popular en las movidas que armábamos. Yo hacÃa los volantes, los carteles, me volvÃa loco hasta que me di cuenta de que tenÃa que tener un managerâ. Es interesante saber que el primer disco de Leonchalón terminó, paradójicamente, siendo financiado con los shows que la banda daba... tocando el disco aún inédito.
âEl tema es que alguien pirateó el disco y de golpe estábamos llevando 500 personas que ya conocÃan todas las canciones. Asà que el disco lo terminamos financiando con los shows... gracias a la piraterÃa.â Si en el disco anterior (plagado de citas a Jah, Babylon, y guiños al patois, la jerga que se habla en Jamaica) los Leonchalón eran más ortodoxos, con âtodo el mambo del reggae, el rastafarismo y hablar mucho sobre lo espiritualâ, en Amor de barrio, su nuevo disco, a la incorporación de más instrumentos (con la trompeta, el trombón y la percusión sumándose en forma permanente), coincide con una actitud más reservada: el amor como energÃa espiritual reemplaza entonces a Jah y confirma que Artifex no quiere convertirse en una caricatura de sà mismo: âEl tema es que yo no fluyo con el papel sino que fluyo con el micrófono. Freestyle es como ir al psicólogo: decÃs cosas que a vos mismo te sorprenden. En el disco anterior yo estaba muy sumergido en la creencia rastafari hasta el punto en que me di cuenta de que tenÃa que bajar un cambio; en un punto empecé a sentirlo como una mochila. Encima laburaba de noche cantando en fiestas de 15 y cumpleaños haciendo un show de música urbana: reggae, reggaetón y hip-hopâ.
Artifex empezó trabajando en la limpieza de un salón y de golpe le pintó hacer algo que, además de un trabajo, le ayudó a entender su oficio como maestro de ceremonias: hoy en dÃa, cada fecha de Leonchalón es una fiesta. âEs que esas rÃtmicas del reggaetón ya están presentes en Yellowman y el dancehall jamaiquino. Eso me llevó a descubrir la belleza de lo bailable, la mÃstica de la noche y empezar a valorar también la electrónica: me sacó muchos prejuicios, hasta que me di cuenta de que esa vida me estaba haciendo mal y empecé a bajar un cambio. Eso me llevó a tener un enamoramiento muy fuerte con Andrés Calamaro y con el Indio, asà que en este nuevo disco me reconcilié con la guitarra y con el mambo de la canción.â Lo cierto es que, en ambos discos (el primero más devocional y rÃtmico, y el segundo más melodioso y romántico), los Leonchalón suenan espontáneos. Y sinceros: âEl Amor de barrio no sólo es el amor enroscado por una minita, o una pareja, o algo asÃ, sino sentir amor también por tu familia, tus amigos o tu barrio mismo. Me gusta estar solo y tener mi intimidad. Soy un solitario que no usa tener noviaâ.
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