âTodo el mundo sale del aguaâ, canta Lisandro Aristimuño en Elefantes, el tema más rockero, el que abre su flamante y quinto disco Mundo anfibio. Una afirmación universal cuya verdad no depende de ninguna sintaxis y nadie negará. Todos venimos del lÃquido amniótico y aproximadamente al año de estrenar los pulmones comenzamos a caminar, como los anfibios, los primeros vertebrados en vincular la vida acuática con la terrestre. La comparación es porque Lisandro acaba de ser papá y su quinto disco está atravesado de comienzo a fin por este cambio orgánico. âSomos anfibios, salimos del agua a la tierra y adaptarnos a eso fue otro disparador para componer. Estás en la panza y de repente salÃs a estoâ, coteja el músico, a la vez que compara el vientre de la mujer con el planeta. La paternidad no le permite esconder la sonrisa y es lo primero que cuenta en la entrevista. Más concreto y terrenal, pero siempre puntilloso en los arreglos, esta vez el cantautor sureño iguala los estados lÃquido y sólido de la materia, aunque con una búsqueda rockera definida por la asistencia de Diego Frenkel en el audio de las guitarras eléctricas, y en las participaciones de Ricardo Mollo, Hilda Lizarazu y Nekro. 4m5l24
El sonido étnico de percusiones que se repite a lo largo del disco tal vez sea lo único que tenga relación con los anteriores, donde el cantautor se plegaba más hacia la música autóctona. Hilando fino, podrÃa relacionarse esta simpatÃa por el rock con haberlo hecho durante cuatro años. Ese asunto suena raro en radio La Tribu. Allà fue donde conoció a Ricardo Mollo, entre muchos otros músicos que visitaron su programa.
El concepto de los dos medios fue pensado con un año y medio de antelación, casi cuando su mujer quedaba embarazada. Y asà fue trazando el bosquejo de las ideas como guión que finalmente se une armónicamente al arte: una pintura de Gabriel Sainz, donde ensambla la ciudad y los hombres que van a trabajar en un universo submarino. SerÃa algo asà como una visión apocalÃptica de un mundo devastado por los humanos y la necesidad de crear urbes bajo el agua. âMe gusta laburar los discos con una temática general y no meter canciones asà como asÃ; me gusta que mantenga una lÃnea o una estética. O por lo menos lo intenté en mis cinco discos, que tienen mucho que ver conmigo: siempre es la mirada de uno, lo que sucede en uno y cómo va madurando. Tuvo que ver especialmente el sistema en el que vivimos y el asombro de mà mismo, de cómo mutamos para poder adaptarnos a situaciones nuevas que el sistema nos pone dÃa a dÃa o mes a mes, como las tecnologÃas, las modas o las leyesâ, cuenta.
De ahà nacen canciones como How Long (con Nekro) y Un dólar, un reloj y una frase sin sentido (con Ricardo Mollo en la voz), a través de una necesidad de usar la música como un puente de comunicación. Y sumamente lejos de enarbolar una bandera o un panfleto, Lisandro le pone voz a una poesÃa que habla de la mutación para ser mejor persona, de las bondades de no traicionarse o de la conciencia del medio ambiente. âEl agua es fundamental para la vida, por eso hay que cuidarla y no contaminarla. Dios quiera que no pase, pero me imagino que en algún punto va a ser motivo de guerras, porque es algo muy primario que tenemos servido, pero en un futuro va a ser como es el petróleo hoy. Trato de dar un mensaje positivo para que haya concienciaâ, dice.
Del agua del rÃo Negro salió caminando este ex chico melancólico del sur, tal como describe su infancia entre la soledad de los campos neuquinos, y entró erguido en la ciudad. Hoy se hace cargo de la alegrÃa tras haber formado una familia y le presenta a su hija todo un mundo por conocer a través de este álbum, nominado a los Grammy Latinos como mejor disco alternativo. âMe re sorprendió âdice Lisandroâ porque no lo busqué, no estoy pensando en eso y no estoy en ninguna multinacional. Me dio una alegrÃa grandÃsima, pero por el hecho de decir: âQué bueno que se premie asà o que se nomine a gente que no está dentro de las ligasâ. Es como que están el Barça, el Real Madrid y lo llaman a uno. Entonces me parece que es más una nominación a eso, no lo veo como algo personal, para mà es un premio tener a Mollo, a Hilda, a Nekro en el disco. El premio es un reconocimiento de los colegas, músicos que iro, y del público.â Uno de los músicos que Lisandro ira es Luis Alberto Spinetta, a cuya memoria está dedicada Mundo anfibio. Cuenta que, además de haber llorado como un marrano al enterarse de su muerte, tuvo el honor de cebarle unos mates en los ensayos de lo que fue el Vélez de Las Bandas Eternas. Sin saberlo, Spinetta estaba cantando una epifanÃa para un Lisandro adolescente cuando escribió eso de que âdespués de todo tú eres la única muralla, si no te saltas, nunca darás un solo pasoâ, en su canción La búsqueda de la estrella.
* Lisandro Aristimuño toca hoy y mañana en Niceto Club (Niceto Vega 5510) a las 21.
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