Una de las chicas rompe el silencio en que se convirtió el disco de Sumo que aún suena entre las mesas de La Tribu y advierte: âEsta es una historia muy triste: mi primer dÃa en el penalâ. Comienza asà la presentación de Yo Soy, revista de la asociación civil y cultural Yo No Fui, que trabaja dentro la cárcel de mujeres de Ezeiza y también fuera, una vez que recuperan la libertad. Puede que el humor que suaviza la crónica valiente de Lucrecia Treviño sea consecuencia de la resiliencia que con el tiempo sobrepuso al castigo impuesto luego de, como dicen ellas, âcometer un errorâ. Perder la libertad, la intimidad y la privacidad, romper una familia, esperar una visita que nunca llega, cosas apenas imaginables para quien ignora el mundo del intramuro. O acaso valga llamarlo inframundo. 4a6n6h
A otra chica le habÃan dicho que lo mejor que podÃa hacer en la cárcel era ser astuta sin perjudicar a nadie. Le pareció buena idea meterse en cuanto taller hubiera en ese radio en el que aún le quedaban ocho años. âCuando llegás, al minuto te querés matar, pero te acostumbrás y después no te querés irâ, cuenta Liliana Cabrera, que volverá, pero para dar un taller de poesÃa: âQue ellas vean que si yo pude, puede cualquieraâ.
Están apostadas alrededor de unos sillones. Comparten un espacio que no es de nadie. Escuchan, se sacan fotos, se quiebran y sonrÃen con ojos de agua y orgullo. Si no fuera porque las coordinadoras las presentan, nadie sabrÃa quién es quién. MarÃa Medrano, coordinadora y madre espiritual del taller de poesÃa que empezó en 2002, explica qué son Yo No Fui y Yo Soy, primera obra de Tinta Revuelta, taller de periodismo que da Cecilia MartÃnez Ruppel. Gracias a la plataforma de financiamiento colectivo idea.me, y al trabajo duro y largo, la revista está por fin en la calle. La diseñó Juan Pablo Fernández, de Acorazado Potemkin.
Tras leer poesÃas de Carmen Orza y Lidia RÃos publicadas en Yo Soy, la poeta invitada Diana Bellessi acierta en que es raro que una revista emocione. La unidad entre los textos de los talleres lo hace: âDesde el editorial ya la emoción es fuerte. Y en la contratapa, el mapa de la poesÃa peruana es hermosoâ, y señala citas de César Vallejo, Blanca Varela, José Watanabe. El texto editorial describe el traslado violento y masivo de 30 mujeres alojadas en un sector de la Unidad 31 de Ezeiza (para mujeres de buena conducta y madres con niños de 4 años) a una cárcel de máxima seguridad, a cambio de cobijar a genocidas de la última dictadura para que tuvieran fácil a la salud. Y en esto encastra otra frase: âA las mujeres no nos quieren ni como criminalesâ, dice la invitada Paula Viturro, activista legal y feminista, que participó de El Teje, primera revista trans producida en el C.C. Ricardo Rojas.
Marta Dillon, editora de Las/12 y oradora invitada, dice que la situación de encierro es doblemente angustiante en los penales de mujeres; no hay tanta cola en la visita como en los de hombres. âCuando una persona es penada, también es penado el entorno familiarâ, dice y enumera los âreâ que supone el sistema carcelario: reinserción, reeducación, resocialización. â¿Qué significan? ¿Adónde hay que volver? No fueron expulsadas de la sociedad, fueron retenidas. Vivimos múltiples encierros, pero ése es muy concretoâ, dice. La nota de tapa trata del binomio sagrado madre-hijo, y abre el debate sobre la ley que establece que las detenidas deben estar presas con sus hijos hasta sus 4 años.
Yo Soy se consigue en Bonpland 1660, los viernes de 14 a 18. O por mail a [email protected]
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