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La cerveza artesanal es trend topic en la ciudad de Buenos Aires, con una gran mayorÃa de locales especializados concentrados en un radio de pocas cuadras de Palermo y San Telmo. Pero el fenómeno va más allá de los polos gastronómicos, y un buen ejemplo es el de Volks Bier Bar, en pleno Constitución.
El grandioso y sólido edificio donde se ubica esta nueva cervecerÃa se construyó en la misma época ây lo hizo la misma constructoraâ que la estación de trenes que parten hacia el sur bonaerense, y estaba destinado originalmente a albergar al personal jerárquico que trabajarÃa en la estación. Desde fines del siglo XIX el barrio fue mutando, y lo mismo el edificio protegido ahora como patrimonio histórico. âMi familia tiene la propiedad desde hace años y yo vivà aquÃ, asà que tengo mucho vÃnculo con el lugarâ, cuenta MatÃas Korman, que convirtió su casa en una cervecerÃa y su pasatiempo en un trabajo.
MatÃas lleva adelante el negocio con su hermano Marcos. Cuando eran adolescentes compraron un escarabajo VW plateado y aún lo tienen. De ahà vino el nombre de la cervecerÃa: del auto del pueblo (Volkswagen) a la cerveza del pueblo (Volks Bier).
En un ambiente donde predomina la madera reciclada, una rockola, varias mesas altas y dos barras, el corazón son las diez canillas de cerveza. En ocho mantienen las de mayor salida (IPA, triple IPA, APA, una estilo Belga con cÃtricos y whisky, una Honey y una Weiss, entre otras) y reservan dos para lo que llaman âexperimentosâ, como una IPA especiada con pimienta, cardamomo y jengibre. La pinta cuesta $70, la media pinta $45 y el growler de 1.8 litros cargado $350 ($240 si es recarga). La cerveza propia la fabrican en San Isidro y también le compran a Meissen y a Una más.
La cocina no pelea por protagonismo. âEstá para acompañar; lo central es la cervezaâ. Hay alitas picantes ($60), papas bravas y australianas ($80/$130) y una buena hamburguesa casera con cheddar y panceta.
En un barrio de fuertes contrastes, nada más transversal que una buena pinta de cerveza.
Volks Bier Bar está en Tacuarà 1524. Teléfono: 4300-5679. Horario de atención: lunes a viernes, de 17 al cierre; sábados a partir de las 19.
En las paredes hay planos y mapas antiguos, dibujos, referencias a viajes y al descubrimiento de nuevos mundos. Lusitano destaca con una increÃble puesta en escena, con grandes arañas, techos altos, biombos, su vista a un jardÃn desbordado y exuberante. Cinco años tardó el joven coleccionista MartÃn Pacanowski en crear este lugar restaurante, imbuido de su pasión por Portugal.
Pacanowski viajó por el mundo codeándose con nobles y millonarios, estudió hotelerÃa en Suiza y Marbella, trabajó en Maximâs, en el Ritz y ahora armó su primer proyecto propio en Buenos Aires. âUn lugar para que la gente venga a distenderse y que tenga un poquito de esa nostalgia que tiene la cultura portuguesaâ, asegura, mientras se escucha a Cesária Evora, algún ritmo africano, un fado o un tema inesperado de los â80.
Como lo fue Casa Cruz hace unos años, Lusitano promete convertirse en el favorito de cierto público. Un jueves a la noche se ve a un ministro del Gobierno, la heredera alocada de una familia patricia, el hijo de un futbolista, algunas modelos y una conocida diseñadora de ropa.
Por sugerencia de Francis Mallmann, el chef es Alejandro Tarditti. Conceptualmente el menú es arriesgado, con platos poco vistos en Buenos Aires: tartare de pargo en colchón de paltas ($260), riñoncitos de cordero al jerez con puré de papas y apio entre las entradas ($240), ravioles de rabo de toro en consomé ($320) o pescado en hojaldre con muselina de limón ($360) entre los principales. Aún en formación, falta tal vez intensificar el buen uso de especias y condimentos. De postre, isla flotante con crema inglesa, profiteroles o el recomendable farandole de glace y sorbete ($250) para compartir. En el primer piso una barra espejada expende oportos y un âdrinkiâ con destino de hit: lleva oporto, frutos rojos y crema de cassis.
A semanas de su apertura, Lusitano logró hacerse de un cÃrculo de habitués. Ojalá no se conforme con ser el nuevo reducto de moda (siempre pasajero), y apueste a convertirse en un clásico.
Lusitano queda en Cabrera 5621. Teléfono: 4776-1654. Horario de atención: martes a sábados por la noche.
Llegó la era del chori de autor. Asà es. Algunos se dieron cuenta â¡por fin!â que habÃa suficientes hamburgueserÃas en Buenos Aires y que era hora de poner la mira en otro producto. Y qué mejor producto que la comida rápida argentina por antonomasia: el choripán. El colombiano Pedro Peña ya venÃa especializándose en los comensales carnÃvoros curiosos y exigentes con La CarnicerÃa, un pequeño y concurrido restaurante de Palermo. Ahora, asociado con el bartender Tato Giovanonni, acaba de abrir Chori, en la esquina de Thames y Santa Rosa, a una cuadra de la populosa Plaza Serrano.
Ristras de chorizos en primer plano, mesas altas, grandes ventanales, paredes grises de cemento alisado y detalles en intenso color amarillo conforman la estética de este local que, claramente, apunta al comensal millennial.
La carta es breve, con seis opciones de chori y una de morci. Está el de cerdo clásico ($72) y el ahumado ($74); el regional de cordero ($92) con cebolla roja, yoghurt, pepino, hierbabuena y batata; y el colorado picante ($86), que no pica tanto. Incluso hay uno vegetariano âsacrilegioâ con berenjena, espinaca, queso y miel ($76). Y un chori invitado, que irá rotando: el de ahora está preparado por los especialistas de Amics (carnicerÃa famosa entre los mejores cocineros argentinos), e incluye manà y repollo.
Para acompañar no están las consabidas papas fritas de los fast food usuales, sino ensalada de papa, yuca frita o ensalada fresca, todas a $32. Por el lado de las bebidas, aparecen las marcas de Giovannoni en el Apóstoles Tonic, que lleva el gin mendocino PrÃncipe de los Apóstoles y la tónica Pulpo Blanco. También hay cerveza Antares tirada y como opción vermutera, Cinzano con soda. De postre, únicamente, banana asada ($42).
Por lo mismo que cuesta un combo en cualquier casa de comida rápida, en Chori sirven un chorizo bien hecho, con ingredientes alternativos a lo usual, y elaborado con materia prima de calidad. Una oportuna e inteligente propuesta, que ya era esperada por muchos en Buenos Aires.
Chori queda en Thames 1653. Teléfono: 3966-9857. Horario de atención: martes a viernes, desde las 19; sábados y domingos, mediodÃa y noche.
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