El autor e historiador Christian Adam se hizo una pregunta que devino estudio: ¿qué leÃan los alemanes durante la era nazi? En busca de la respuesta perdida, el hombre se topó con 350 best-sellers que rankearon alto en los 12 años de existencia del Tercer Reich. A los evidentes El mito del siglo XX, de Alfred Rosenberg, y Mein Kampf, de Adolf Hitler (encabezando la lista), se sumaba una amplia gama de novelas rosa para el ama de casa, tÃtulos detectivescos y de ciencia ficción, libros de chistes o publicaciones vinculadas a los programas de radio de moda. Lo habitual para una época de altÃsimos controles. Sin embargo, entre todos, habÃa uno que llamó la atención de Adam al punto de que fue el impulsor de su reedición. ¿Cuál? Pues, El hombre y el sol, de Hans Surén, que en su momento se valió de su categorÃa de âculto al cuerpo caracterÃstico de la ideologÃa naziâ para llegar a las librerÃas. Su contenido homoerótico consistÃa en una colección de fotos de desnudos con alabanza lÃrica al cuerpo masculino, poses de yoga y esquà sin ropa. âPodrÃa haber sido precursor de la revolución sexual y de la cultura del cuerpo libre de los â60 si no hubiese sido descaradamente racistaâ, explicó Adam sobre la publicación, cuya primera edición data de 1924, aunque se siguió imprimiendo hasta que la guerra impidió la actividad. 2q3d3d
En un prólogo de 1936 âcuando El hombre y el sol ya habÃa vendido 80 mil númerosâ, se muestra cómo el libro era recomendado por la Oficina para la PolÃtica Racial, en tanto sus imágenes eran vistas como expresión de âla salud de la razaâ. La propia revista de las SS Das Schwarze Korps le daba el visto bueno: âQueremos una afirmación fuerte y alegre de las sensaciones del cuerpo, muy necesarias para la construcción de una sexualidad firme y confiada de nuestros jóvenesâ, anunciaba en un editorial. âSi eso servÃa al deseo voyeur del lector, estaba aceptadoâ, aseguró Adam. Y agrega: âHoy en dÃa, su contenido serÃa fácilmente clasificable como homosexual, pero entonces ese nivel de significación no afloraba a la superficieâ.
El libro, sin duda, contrasta con los hechos: en 1933, los nazis comenzaron la deportación de gays a los campos de concentración; entraron al Instituto para la Ciencia Sexual de BerlÃn y quemaron más de 12 mil tÃtulos y 35 mil imágenes por âdegeneradasâ; cerraron clubes; prohibieron publicaciones; armaron listas negras, modificaron el Código Penal para reglamentar la persecución. Pero a El hombre y el sol lo seguÃan leyendo. Y mirando.
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