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No, no es una visión: efectivamente un oasis secreto ha sido plantado en el desierto de Mojave, en California, Estados Unidos. O, más bien, una piscina de 3 x 1,5 metro titulada Social Pool que, además de habilitar el chapuzón en zonas calurosas y desoladas, funciona como instalación. Obra del artista visual austrÃaco Alfredo Barsuglia, la âesculturaâ tiene su vuelta de tuerca: de difÃcil , está semiescondida y requiere el esfuerzo de quienes estén interesados en sumergirse en ella. âLo fundamental es el camino y la voluntad de encontrar el bien de lujoâ, aclaró el hombre con base en Viena, cuyo proyecto parte de un pedido del MAK Centre for Art and Architecture, de Los Angeles. De hecho, en dicha institución comienza el recorrido... 573s5o
Sucede que, para arribar a la pileta (gratuita, con filtro funcional a base de energÃa solar y sistema de cloración activado) es necesario apersonarse en la galerÃa y solicitar las coordenadas geográficas, que son dadas por el personal en formato GPS, mientras âen paraleloâ se hace entrega del juego de llaves que activa el oasis en cuestión. Luego, varias horas en coche y una caminata en el desierto de 20 minutos a una hora. De gratificación instantánea, nada. Porque acorde con su creador, el tesoro elusivo âdisponible hasta el 30 de septiembreâ intenta ser una crÃtica al perezoso consumismo del arte de hoy en dÃa, en tanto âse espera que las piezas operen acorde con los principios de la economÃa en vez de seguir los ideales humanistas de la educación o de los estÃmulos intelectuales y moralesâ. Un concepto refrescante. En más de un sentido.
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