Cuando llegó el momento de entrar a grabar su segundo disco, Melanie sabÃa que tendrÃa a su disposición apenas tres dÃas de estudio, los mismos que habÃa tenido para su álbum debut. Pero los cinco años que los separaban no habÃan pasado en vano. En el medio, Melanie habÃa perdido la voz y la habÃa recuperado, se habÃa cortado el pelo y tenÃa en claro que su nuevo disco iba a contener una historia, de comienzo a fin. No sabÃa cuál era esa historia, pero tenÃa que estar ahÃ. No sabÃa tampoco cómo tenÃa que sonar el disco, no tenÃa ninguna expectativa. Sólo sabÃa que ese sonido tenÃa que ser capaz de suspender el tiempo. Y que cuando estuviese frente a él, frente a ese sonido, frente a esa historia, lo reconocerÃa y serÃa capaz de dejarlo ir. 706tc
Asà fue como la cantante belga Melanie De Biasio cuenta que se creó No deal, su irable segundo opus, un trabajo minimalista y climático, que parte desde un sonido de cuarteto de jazz âpiano, bajo, baterÃa y la flauta que toca Melanieâ para generar un espacio melódico que se desplaza hacia la canción, con ecos de blues y hasta trip hop. Apenas poco más de media hora de música envolvente y contagiosa, siete temas cuya duración va desde los menos de dos minutos de âI Feel Youâ como apertura, hasta el cierre de más de ocho minutos de âWith All My Loveâ. Y si sus tÃtulos no alcanzan para imaginar la historia que cuenta el disco, basta con agregar que justo antes del tema final aparece casi de la nada una seca, rÃtmica y asfixiante versión del âIâm Gonna Leave Youâ que supo popularizar Nina Simone. âMi historia personal está relacionada con el disco, sÃ, pero también es lo que menos importa. Porque lo importante es la historia que pueda construir cada uno de los que lo escuchanâ, explica Melanie al teléfono desde su hogar en Bruselas, donde contesta el llamado para acompañar la sorpresiva edición local de No deal.
âEs un disco que suena como si Billie Holiday entrase en una de las sesiones para el disco solista de Mark Hollisâ, comentó un deslumbrado Phillip Selway, baterista de Radiohead, ante el álbum que ha convertido a Melanie De Biasio en una estrella en ascenso. âEs una intérprete sumamente talentosa y sublime, que sin embargo no usa su disco como una plataforma para lucir todo su talento. En cambio, lo usa para transportarte a un lugar al que se quiere regresar una y otra vez.â Con Mark Everett, el lÃder de Eels, como otro de sus adeptos, abriendo el disco de remixes âproducido por Gilles Petersonâ que acaba de editarse con la idea de continuar la onda expansiva del álbum, la creciente leyenda de Di Biasio comienza con un abuelo italiano que le legó su apellido al casarse con su abuela belga, a la que conoció en una fábrica de Charleroi, su pueblo natal. Una fábrica que con el tiempo cerró y se convirtió en un conservatorio, donde justamente fue a estudiar su nieta.
âEs asÃ, tal cual âconfirma la leyenda Melanieâ. Cuando me enteré de que la fábrica se habÃa convertido en un conservatorio, fui lo suficientemente cararrota como para ir a tocar la puerta y pedir estudiar ahÃ, porque ese edificio era parte de mi historia.â Cantante y flautista desde niña, Melanie tiene una hermana gemela, Catherine, que escucha la música que ella no escucha, y toca los instrumentos que ella no toca. Juntas, podrÃan dominar el mundo. âTuvimos un grupo juntas, cuando éramos adolescentesâ, se rÃe Melanie del otro lado de la lÃnea. Actualmente, Catherine canta en un grupo pop belga llamado Miele, y conserva su pelo bien largo. Su hermana, en cambio, se lo cortó hace unos años en un estilo asado, a lo Jean Seberg en Sin aliento. âLo hice porque mi pelo parecÃa tener toda mi fuerza. Y yo necesitaba que esa fuerza estuviese dentro mÃo, no fuera de mÃ. Creo que funcionóâ, intenta explicar esta extraña Sansón al revés, que también confirma otra de las historias que se cuentan sobre ella, que incluye una agitada gira por clubes nocturnos rusos que terminó abruptamente por culpa de una infección que la dejó sin voz. âCuando me senté sin voz y afiebrada en el avión que me llevó de regreso a casa, una semana antes del final planeado de la gira, me sirvieron la cena y me puse a llorar... de alegrÃa. Porque era la primera cena caliente que comÃa en semanas.â
Aquella gira dio por terminado el recorrido de su primer disco, A Stomach Is Burning (2007), más orientado al jazz y menos conciso como álbum que su sucesor, aun cuando en los shows en vivo actuales Melanie rescata todavÃa algún que otro tema de su repertorio. Aunque aún faltaban varios años por delante para dar forma a No deal, la infección que la silenció la obligó a reeducar tanto su voz como su oÃdo, y su música entró en una nueva etapa. âAprendà que el silencio, si uno no tiene miedo de escuchar, contiene mucha música, muchas cosas hermosas y mucha luzâ, asegura. Y también cuenta que esperar el regreso de su voz (âmi bien más preciadoâ) le hizo repensar qué hacer con ella. âLa música es uno de los canales más poderosos entre la gente y sus emociones, y me di cuenta de que tenÃa que poner mi voz al servicio de ese canalâ, explica Melanie, la cantante sin aliento, que encarna la fuerza del pelo corto y el valor de cantar profunda y suavemente. No hay trato posible en sus canciones, No hay trato con el amor canta en el tema que bautiza el disco recién editado en Argentina. No hay tregua posible, hay que ir hasta el final. Y quedarse ahÃ, esperando que todo vuelva a empezar.
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