âEn boca abierta... ¡entran moscas! Por esa época las tapas de las revistas polÃticas eran muy parecidas, todas muy tipo Somos y, las más farandulescas, seguÃan a Gente. Atlántida gobernaba todo. En Satiricón quisimos diferenciarnos desde el diseño. Aunque hay que decir que era más una revista sociológica que polÃtica, eran notas muy analÃticas hechas por ex publicitarios. Yo estaba de director de arte, venÃa de trabajar como creativo, y con esa tapa busqué molestar un poco. Era febrero del â74, Perón ya estaba en el poder y pensábamos que se nos podÃa venir la censura. El peronismo siempre simpatizó con la censura. La advertencia era que no habÃa que hablar demasiado. Yo andaba como loco con esa mosca: querÃa que de verdad estuviera posada en la lengua, que la gente sintiera que la mosca estaba ahÃ. La boca es mÃa. Tengo una boca generosa y frente a un espejo fue fácil hacerlo.â 4o1b35
âLa idea fue poner el acento en ese peinado tremendo que tenÃa Isabel; parecÃa un gorro. Además, ella habÃa sido la culpable de que cerraran Satiricón a fines del â74, habÃa dejado a un montón de dibujantes sin trabajo, y yo la tenÃa entre ceja y ceja. Mientras iniciamos un juicio al Estado por el cierre de Satiricón, empezamos Chaupinela. Era un equipo más chico, más intransigente, hasta más izquierdoso. Hicimos Chaupinela durante todo ese año. En este número estaba la letra de una canción que se llamaba âLa chica del 17â, por el 17 de octubre, pero también porque era una chica que andaba con un vejete. Como ilustración habÃa un grupo de peronistas tocando el bombo e Isabel bailaba. Ella hizo juicio y tuvimos que suspender la publicación. Pero cuando se tomaban las medidas contra Chaupinela ganamos el juicio de Satiricón y pudimos volver a fines del â75.â
âEsta era la tapa del número de Satiricón que iba a aparecer después del golpe militar. Era un reportaje al gremialista peronista Casildo Herrera. La ilustración la hicimos siguiendo el estilo de Molina Campos porque Casildo Herrera tenÃa una cara de gaucho terrible. Pero la Junta Militar prohibió la revista. Sólo llegamos a cuatro números. Después del golpe, nos pidieron que les lleváramos los originales y nos prohibieron la publicación. Un tal Corti, responsable de la censura militar, llegó a decir que si seguÃamos haciendo la revista nos iban a matar a todos.â
âEl hundimiento del Proceso. Fue una tapa importante: anunciamos que la dictadura se caÃa. HabÃan habido cambios: MartÃnez de Hoz se iba y tomaba las riendas Viola; todo se desmembraba. Y en plena dictadura los pusimos a todos en la tapa, gente muy peligrosa (de arriba abajo, de izquierda a derecha): Lambruschini, GarcÃa MartÃnez, Harguindeguy, Cacciatore, Graffigna, Lacoste, Viola, Klein, Liendo, Videla, MartÃnez de Hoz, Sigaut, y en el barco Chiquita Legrand, y Massera que no se detenÃa ante nada. El mérito de esta tapa es haberla hecho en el â81 cuando todavÃa seguÃan secuestrando gente y hasta mataron en la Panamericana a dos militantes montoneros. Patti era uno de los acusados.â
âEl general Leopoldo Galtieri entrenado por César Menotti, director técnico de la Selección Nacional. El Mundial â78 fue la segunda victoria de la dictadura en el fútbol. También habÃa ganado el campeonato mundial juvenil en Japón. Todos manejos populares para limpiarle el rostro a la muerte. Menotti fue cómplice de todo eso. Ahà entrena a Galtieri, que después tomó el comando de la Junta Militar. ¿Por qué los chorizos? ¡No me acuerdo!â
âEste número ya estaba en la calle cuando empezó la Guerra de Malvinas. Curiosamente hice el Obelisco destrozado sin saber de la derrota ni nada. Un socio mÃo se asustó tanto que me vino a buscar a un almuerzo para decirme que levantáramos la revista de los quioscos. ParecÃa demasiado anunciar una derrota cuando la guerra recién empezaba. Pero fue algo casual. Ahà va Galtieri abrazado a Alemann, un personaje nefasto, siempre cómplice de la dictadura que como buen representante de la banca suiza también fue muy cuidado por Menem y por todos los dueños del poder económico. Y Reutemann está ahà porque siempre salÃa segundo. âLole, no va másâ, decÃa la tapa.â
âEsta me parece que fue la tapa más jugada de todas. Nos secuestraron la publicación y metimos un recurso de amparo. Tuvimos cuatro juicios: a Enrique Vázquez, a Luis Gregorich, a Tomás Sanz y a mÃ. Es divertido: en la demanda que me hace Nicolaides decÃa que un comandante en jefe del Ejército no podÃa dejar de dominar una patineta. Parece que se sentÃa tan hábil como para no tropezar. No entendió que estaban acabando con la Justicia, no entendió nada Nicolaides. Lo bueno fue que al poco tiempo sacamos la tapa siguiente con los tres comandantes como los monos de la censura. Fue arriesgado. Pero nos acompañaron más de 330 mil compradores, un millón y medio de lectores. Fue una cifra record para Humor y el número se agotó. Era el año final de la dictadura y estábamos 100 mil ejemplares arriba de Gente: Humor era la revista que más vendÃa.â
â¿Será Justicia? Ya en democracia, cuando AlfonsÃn se atreve a enjuiciar a los responsables de la dictadura, les apuntamos a estos sinvergüenzas que al principio iban muy divertidos a recibir las acusaciones de la Corte Suprema de Justicia. Tomamos la decisión de âtirarlesâ democráticamente. Elegimos a los personajes que consideramos más peligrosos: Suárez Mason, Galtieri, Videla, Camps, Massera y Viola, los que finalmente fueron condenados.â (Dibujo en lápiz de Izquierdo Brown)
âNosotros inventamos lo del gato dos años antes que Nik. Empezamos con el tema del pelo de Menem y hasta nos dimos el lujo de ponerle una rata en la cabeza durante la fiebre de la pelÃcula de Puenzo. Creo que fue un hallazgo señalar que Menem tenÃa que ir preso mostrándolo sólo de espaldas y con el gato en la cabeza. Estaba todo él.â
âEs una de las tapas que más me gustan: la imagen cuenta todo. Menem es un delincuente, un forajido y un forajido en la Argentina. Se cubre con un paño que es la Argentina. El tÃtulo también me gusta mucho: âGana por afanoâ. Era octubre del â95 e iba a haber elecciones. A pesar de taparle más de media cara, creo que agarré algo muy de Menem: esa mirada desagradable que le salta cuando es acusado por algo; él es un tipo muy agresivo que se escudaba en cierta simpatÃa, pero cuando le costaba responder a algo le saltaba el demonio. Insistà bastante en esa mirada, la mirada del musulmán traidor que renunció a sus orÃgenes, regresó buscando apoyo y después se volvió a despegar. Lo que pasó después tuvo mucho que ver con eso.â
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